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Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE CLAVE de no ocurrir una serie de revoluciones victoriosas, más guerras habrán de seguir: el cuento de la guerra para acabar con las guerras es un cuento vacuo y pernicioso. Trabajadores. recordad esa predicción! La actual guerra. segunda guerra imperialista no es un accidente; no es el resultado de la voluntad de este dictador o de aquél. Fué predicha hace mucho tiempo. Se ha originado inexorablemente en las contradicciones de los intereses capitalistas internacionales. Contrariamente a las fábulas oficiales destinadas a narcotizar al pueblo, la causa principal de la guerra, lo mismo que de todos los otros males sociales cesantía, altos costos de vida, fascismo, opresión colonial es la propiedad privada de los medios de producción, junto con el Estado burgués que en ella se apoya.
Con el actual nivel de la técnica y de la capacidad de los trabajadores es enteramente posible crear condiciones adecuadas para el desarrollo material y espiritual de toda la humanidad.
Sólo sería necesario organizar la vida económica de cada país y la del planeta entero de modo correcto, científico y racional, de acuerdo con un plan de conjunto. Sin embargo, mientras las principales fuerzas productivas de la sociedad estén en poder de los monopolios, esto es, de pandillas capitalistas aisladas, y mientras el Estado nacional continúe siendo un dócil instrumento en manos de esas pandillas, la lucha por los mercados, por las fuentes de materias primas, por la dominación del mundo habrá de asumir inevitablemente un carácter cada vez más destructor. Sólo la clase trabajadora revolucionaria puede arrancar de manos de las rapaces pandillas imperialistas el poder del Estado y el dominio de la economía. Ese es el significado de la advertencia de Lenin de que sin una serie de revoluciones victoriosas seguiría inevitablemente una nueva guerra imperialista. Las diversas predicciones y promesas que fueron hechas han sido sometidas a la prueba de los acontecimientos. El cuento de la guerra para acabar con las guerras ha resultado una mentira. La predicción de ienin se ha convertido en una trágica verdad.
Francia, y los tardíos merodeadores imperialistas: Alemania e Italia.
El siglo XIX fué la era de la incontestable hegemonía del más viejo poder capitalista: la Gran Bretaña. De 1815 a 1914. es cierto, no sin explosiones militares aisladas reinó la paz británica. La flota británica, la mayor del mundo, jugó el papel de policía de los mares. Esa era, sin embargo, pertenece al pasado. Desde fines del último siglo, Alemania, armada con la técnica moderna, comenzó a adelantarse para tomar el primer sitio en Europa. Allende el océano, surgió un país todavía más poderoso, una antigua colonia británica. La contradicción económica más poderosa que llevó a la guerra de 1914 18 fué la rivalidad entre la Gran Bretaña y Alemania. En cuanto a los Estados Unidos, su participación en la guerra tuvo un carácter preventivo: no se podía permitir a Alemania subyugar el continente europeo.
La derrota arrojó a Alemania dentro de la más completa impotencia. Desmembrada, cercada de enemigos, quebrada por las indemnizaciones, debilitada por las convulsiones de la guerra civil, pareció fuera de competencia para un largo período por venir, si no para siempre. En el continente europeo, la voz cantante pasó temporalmente al patrimonio de Francia. Para la victoriosa Inglaterra, el balance de cuentas se saldó, en último análisis, con deudas: independencia creciente de los dominios; movimientos coloniales por la independencia; pérdida de la hegemonía naval; menoscabo en la importancia de su marina, por virtud del desarrollo de la aviación.
Por inercia, Inglaterra todavía intentó jugar el papel dominante en el escenario mundial durante los primeros años después de la victoria. Sus conflictos con los Estados Unidos comenzaron a asumir un carácter ostensiblemente amenazador.
Parecía que la próxima guerra habría de suscitarse entre los dos anglosajones aspirantes a la dominación mundial. Inglaterra, sin embargo, pronto tuvo que convencerse de que su peso económico específico era inadecuado para combatir con el coloso de allende el mar. Su convenio con los Estados Unidos sobre paridad naval significó una renuncia formal a la hegemonía del mar, ahora ya perdida. La substitución de su libre cambismo LAS CAUSAS INMEDIATAS DE ESTA GUERRA La causa inmediata de la actual guerra es la rivalidad entre los viejos y ricos imperios coloniales, la Gran Bretaña y. 300 301