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CLAVE CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista año dura sólo unas cuantas horas. Los cuentos sobre bomhardeos deliberados en contra de los civiles, deben ser desechados. Lo cierto es que esos bombardeos no ayudarían a los llamados que Stalin dirige a las masas finlandesas y sólo sery virían para alzarlas en contra del Ejército Rojo. Stalin intentará dominar a las masas un poco más tarde. Su primer objetivo, como se desprende de las noticias sobre incursiones aéreas, son los aeropuertos y aviones finlandeses (recientemente reforzados con 30 Bristol Blenheims ingleses y 80 Savoia Marchetti italianos. su segundo objetivo, las vías de comunicación, especialmente con Suecia (Tornea y Abo, por ejemplo. y, sólo en tercer lugar, acosar las filas del ejército burgués de Finlandia. Esa estrategia se ajusta a la que emplean los Aliados y también Hitler.
Cualquiera que sea la razón ya Stalin esperara que la burguesía finlandesa habría de aceptar sus condiciones cuando viese que él hablaba seriamente y podía llevar adelante sus amenazas, o ya sea la culpa del Estado Mayor de Moscú, o una combinación de ambas cosas el hecho es que Stalin falló en proveer su ejército con un sostén adecuado de artillería, militar, y sin tomar en cuenta la cuestión de un mando idóneo ni las condiciones del tiempo, esa debilidad de la artillería causó en gran parte la derrota ignominiosa del Ejército Rojo.
Los despachos de prensa publicados sobre ésto, informan que el Ejército Rojo está empleando ahora artillería pesada, do los del norte, en donde se lanzaron saliendo de Murmansk, rado plan de campaña.
En cuanto al destino de Finlandia, todos los expertos militares predicen unánimemente que a menos que reciba una ayuda substancial de los Aliados, o de que Stalin desista dejando este frente estabilizado. inevitablemente será derro tada y aplastada, en cuyo caso podemos esperar la guerra civil. en conjunción con el avance del Ejército Rojo y la nacionalización de la propiedad de la burguesía finlandesa.
Pero Stalin no es respecto de la revolución proletaria lo que Napoleón respecto de la revolución burguesa. Su actitud ante Finlandia estará determinada, en primer término, por la necesidad de conservar los privilegios y usurpaciones de la burocracia. Si antes de entrar en guerra se mostró dispuesto a pactar con la burguesía finlandesa, lo que hubiera supuesto un abandono total del proletariado, hoy mismo, a pesar del Gobierno popular de Kuusinen, puede súbitamente presentársenos como salvador de esa misma burguesía. Recordemos la cautela con que ha sido redactado el programa del Gobierno de Kusinen. Se encuentran en el concesiones al pro letariado y las capas pobres de la población en general, pero para la gran propiedad capitalista sólo se prevé el control de!
Estado. Cualquiera que sea la dependencia del gobierno de Kuusinen respecto del Kremlin, no puede perderse de vista que su Estado no sería el mismo que sustenta la propiedad nacionalizada en Rusia. La burguesía sería vigilada, pero no expropiada. Se observa claramente la precaución con que Stalin se aventura. Teme sobre manera provocar la irritación de la burguesía mundial. Ataca a Finlandia imperialista. pero deja abiertas ante sí tanto la perspectiva de expropiar a la burguesía como la de sostenerla con sus propias manos.
La exploración de Sumner Welles por las capitales de Europa es sin duda un punto que obliga a reflexionar a Staa un lin. Por dificultosa que aparezca la conclusión de la paz entre los imperialismos, Stalin sabe que sólo puede desconfiar de su aliado Hitler y que únicamente la perspectiva de una guerra general de los imperialismos contra la Unión Soviética podría conciliarlos en la paz. Mientras que hace unas semanas Stalin exigía la dimisión del Gobierno Kajender para tratar de paz, las últimas noticias anuncian una proposició de paz trasmitida a Kajender por mediación del Gobierno sueco. En caso de que la paz entre Inglaterra y Alemania se presentara como más probable. Stalin se apresuraría a tranquilizar a la burguesía concluyendo precipitadamente con a Finlandia una paz que garantizara plenamente la propiedad. la expropiación, por el camino de las mayores concesiones al proletariado, no se lanzaría sino en caso de ser sorprendido por la paz imperialista y por tanto estando ya virtualmente An guerra con la burguesía mundial. Entonces sentiría la necesidad de buscar en el proletariado un apoyo que diariamente se enajena con su política de traición. 192 193