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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE Crónica Resolución del Partido Obrero Internacionalista Sección Mexicana de la Cuarta Internacional, Sobre el Carácter del Estado Soviético, la Ocupación de Polonia y la Guerra de Finlandia La noción de Estado burgués, aparece perfectamente clara e incontrovertible. Su base económica es ci sistema de producción, distribución y cambio capitalistas, con el subsecuente dominio dei capital financiero que determina y caracteriza la época imperialista. Su estructura política o Estado propiamente dicho, varía relativamente a las necesidades de la clase dominante en cada época, pero permanece invariable en su misión de guardián de la sociedad capitalista. Las diversas formas que ha adoptado a lo largo de su historia (Estado democrático, militarista, bonapartista, fascista) representan adaptaciones sucesivas del mismo a los intereses de determinados grupos capitalistas, o la subordinación de intereses parciales al interés general de la burguesía como clase dominante.
y Partiendo de esta noción del Estado en función de los intereses de la burguesía, el marxismo ha llegado a definir la naturaleza del Estado en general y del estado proletario en particular, como instrumento al servicio de la realización del socialismo.
La revolución rusa de octubre de 1917 confirmó brillantemente las previsiones teóricas del marxismo otorgándoles por primera vez en la historia plena realización práctica. Las bases del Estado Obrero eran la nacionalización y planificación de la economía, capital financiero comprendido, y el monopolio del comercio exterior. Políticamente el Estado, destruídas las formas burguesas, se apoyaba en los soviets de obreros, campesinos y soldados. Desde enterices acá el Estado Obrero ha sufrido una serie de modificaciones que nosotros, como movimiento político internacional hemos sido los primeros en denunciar desde 1923. La culminación de estas transformaciones se verifica en el Pacto Stalin Hitler, la ocupación de los territorios incorporados a Polonia y la Guerra Ruso Finlandesa. Estos acontecimientos han recrudecido en algunos sectores de la vanguardia obrera, la tendencia a dejar de considerar a la Unión Soviética como un Estado Obrero.
Pero esta tendencia tropieza con una dificultad insuperable, reflejo de la inconsistencia teórica de su propia concepción. Negándose a considerar a la URSS como un Estado Obrel o, no puede, sin embargo, darle categoría de Estado Burgués. Ahora bien, independientemente de los vicios y la corrupción que padezca un estado cualquiera, tiene que tener una base de clase, de lo contrario, retrocederíamos de la concepción materialista a la concepción idealista del Esiado que lo sitúa por encima de las clases. Quienes niegan al Estado ruso la categoría obrera o burguesa imaginan un nuevo tipo de Estado, y por consiguiente un nuevo tipo de Sociedad sin contornog precisos de clase. Esto es teóricamente una monstruosidad y equivale a negar la posibilidad histórica de la Revolución proletaria.
Existe también la tendencia a considerar la burocracia soviética como una clase, y a este respecto se hacen paralelog entre la nacionalización y planificación soviéticas y las capital financiers, en las condiciones extremadamente tensas de la Alemania actual. Por el contrario, la nacionalización y planificación soviéticas llevan en su seno el impulso inicial medidas parciales de nacionalización y dirección de la economía tomadas por los regímenes fascistas, particularmente el hitleriano. No consideradas sino como medidas aisladas hay semejanza entre unas y otras, pero consideradas en función del régimen que las produce, las medidas tomadas por Hitler representan la salud de la burguesía como clase y de su de la revolución proletaria, esto es, la expropiación general de la burguesía. En la economía del régimen fascista se traduce la máxima concentración de la riqueza dentro de la sociedad capitalista; en la economía soviética es la primera tentativa para una dirección única, racional y proletaria de la economía lo que se traduce.
Sobre este campo, una burocracia voraz y monstruosa ha fructificado absorbiendo una parte de los beneficios (plusvalía) de la nacionalización, y usurpando la dirección política y administrativa del país. Los resultados de este proceso han sido definidos por la Cuarta Internacional como el triunfo del thermidor. En la arena internacional, la burocracia thermidoriana ha hecho del movimiento obrero una mercancía al servicio de sus intereses conservadores. Pero la actividad de la burocracia reaccionaria soviética respecto de la clase obrera mundial ha tenido aspectos mucho más criminales que su actuación en Polonia y en Finlandia. En España y China la burocracia soviética ha luchado a sangre y fuego contra el movimiento obrero por el establecimiento o la consolidación de regímenes burgueses. En Rusia blanca y Ucrania la burocracia ha arrojado a la burguesía instaurando un régimen de nacionalización semejante al de la URSS. En la medida en que la resistencia de la burguesía sea prolongada y recia, particularmente en Finlandia, se verá obligada a apoyarse en mayor medida en las capas pobres de la población: proletariado y campesinos.
En este medio, los revolucionarios encontrarán circunstancias propicias para luchar contra la burocracia y llevar la revolución proletaria hasta sus últimas consecuencias. En España hemos visto como escapaban al control staliniano sus propios sindicatos y afiliados políticos. Mientras el Partido Comunista se alzaba contra las colectivizaciones, sus afiliados colectivizaban. Si el stalinismo no fue derrocado se debió a la falta de un Partido Revolucionario, no a la falta de condiciones objetivas.
Ciertamente, la burocracia tiene el propósito de someter a sus intereses y control exclusivo los territorios ocupados así como Finlandia. Para ello no escatimará crímenes y represiones. Pero es antidialéctico considerar en este problema sólo las intenciones subjetivas de la burocracia. El juego de los acontecimientos tiene una fuerza propia de desarrollo en contradicción con las intenciones y los intereses de aquélla. Hay que apoyarse en ellos para vencer a la burocracia.
Está demostrado por su última actuación que la burocracia se ve obligada a salvaguardar la economía nacionalizada, y en esta medida sus intereses son opuestos a los de la burguesía. Sobre esta base, la burocracia se reservará la parte del león; es decir, suprimirá, hasta el máximo, la democracia proletaria y asegurará los privilegios de su pandilla a expensas de las masas. Pero si las masas mismas, si el proletariado tomase el poder lo ejercería sobre las mismas medidas de nacionalizacióón, arrojando por la borda a la burocracia y dejando al margen máximo posible de beneficios para las capas pobres de la población.
Esto quiere decir, que la burocracia no es sino una excrecencia monstruosa en el seno del proletariado que absorbe los beneficios económicos y políticos de la nacionalización, pero en manera alguna una clase.
Si la burocracia fuera una clase sería indispensable al régimen económico que la soporta, como la burguesía lo es respecto del suyo. Ello nos obligaría a una revisión total de nuestras concepciones. Por el contrario, el sistema económico de la URSS está en pugna cada vez más aguda con la burocracie que le otorga su carácter álgido de Estado obrero degenerado.
Nuestra actitud ante la URSS está determinada por la necesidad de conservar y desarrollar la economía planificada. Esta es, al mismo tiempo, la única forma de lucha revolucionaria contra el parasitismo burocrático. la burguesía no le interesa la lucha contra la burocracia soviética sino en la medida en que puede atentar contra la revolución de Octubre. En la guerra de Finlandia ve una posibilidad y se lanza en socorro de la democracia agredida. Los bolcheviques leninistas deben defender a la Unión Soviética poniéndose a la cabeza de la lucha por la Revolución Proletaria en Finlandia. los gritos de Stalin y su gobierno de marionetas los trabajadores finlandeses deben responder: No robierno popular sino dictadura del proletariado basado en los soviets democráticos de obreros, campesinos y soldados. En Finlandia y Polonia ocupada, la lucha por la Revolución Social y la independencia es la mejor manera de llevar hasta sus últimas consecuencias la defensa de la URSS contra la burguesía mundial y contra la burocracia thermidoriana.
El ejército Rojo deberá ser saludado por los trabajadores ruso blancos, ucranianos y finlandeses, a los gritos de 11 ABAJO LA BURGUESIA, VIVA EL PODER DE LOS SOVIETS DEMOCRATICOS, ABAJO LA BUROCRACIA. México, a 29 de diciembre de 1939 PARTIDO OBRERO INTERNACIONALISTA.
Nota: Esta resolución ha sido aprobada por el Grupo Bolchevique Leninista de Refugiados Españoles.
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