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Tribuna Marxista CLAVE Tribuna Marxista CLAVE argolla del tratado de Versalles, y es por la fuerza de las armas que intenta hoy, por la segunda vez, crearse un espacio vital a expensas del espacio vital de sus rivales.
La lucha por la hegemonía mundial se desarrolla esencialmente, como en 1914, entre Inglaterra y Alemania; Francia no es más que el satélite y el proveedor de carne de cañón de Inglaterra. Yendo al fondo de las cosas escribía Georges Scelle, en Europe Nouvelle del 27 de diciembre de 1919 la guerra de que salimos no fué más que un gigantesco duelo anglo alemán. En Berlín y en otras partes se consideraba a Francia como cogida entre la espada y la pared. Nada ha cambiado.
Sin embargo, la rivalidad anglo alemana se dibujó menos netamente estos últimos años que en los años que precedieron a 1914, y algunas veces pudo dudarse que condujera a una nueva guerra. La burguesía británica vió sin desagrado la subida de Hitler al poder. Tuvo para él bastantes complacencias. Firmó con él un pacto naval, y, si la burguesía francesa no hubiera hecho fracasar el proyecto, habría firmado un acuerdo general de limitación de los armamentos. La misma burguesía dejó a Hitler intervenir en España y absorber Austria. En Munich le entregó Checoeslovaquia. Por qué. Como consecuencia de la ceguera de los gobernantes ingleses? En manera alguna. Sino porque hoy, mucho más que en 1914, las contradicciones imperialistas están neutralizadas, en cierta medida y hasta cierto grado, por fuery zas contrarias. La solidaridad de clase entre las diversas burguesías juega un mayor papel que hace 25 años. Durante mucho tiempo la burguesía británica ha agradecido a Hitler haber alejado el espectro de la revolución del centro de Europa. Muy recientemente aún, en el Informe final sobre su misión en Berlín, Sir Neville Henderson rendía homenaje al canciller del Reich por la forma en que él restituyó a la nación alemana el respeto de sí misma, y su orden disciplinado. añadía: Sólo cuando las teorías del nacionalismo alemán fueron extendidas más allá de las fronteras de Alemania, la filosofía nazi excedió los límites compatibles con la paz. En buen inglés: cuando se comprobó que el capitalismo alemán regenerado por Hitler recuperaba su expansión hacia el exterior, interrumpida por Versalles, entonces solamente la solidaridad de clase cedió el paso a la rivalidad imperialista.
Después del Anschluss, la burguesía británica comprendió que estaba amenazada su hegemonía mundial, la dominación que hace sufrir a cerca de quinientos millones de esclavos coloniales. se entregó sin más tardanza a un gigantesco rearme.
Si en Munich cedió a Hitler, no fué con el deseo o la esperanza de un compromiso duradero, sino porque su rearme no estaba terminado, sus fuerzas aéreas aun no estaban en condiciones de enfrentarse con las de Alemania. Pero fijó ella misma en el verano de 1939 la fecha del arreglo general de cuentas; ante todo porque se consideraba presta para esta fecha, en seguida porque quería impedir que Alemania tuviese el tiempo de poner en explotación los recursos de Europa central y sud oriental. Durante el último invierno contrarresto sistemáticamente la expansión económica de Alemania en los países danubianos y balcánicos al mismo tiempo que garantizaba a Polonia el mantenimiento del statu quo de Versalles, lo que ella lo sabía conducía con toda seguridad a la guerra. El pacto Hitler Stalin no hizo más que reforzar su voluntad de guerra inmediata, a fin de no dejar a Alemania tiempo de sacar partido del depósito ruso.
Entre el 25 y el 30 de agosto Hitler, a pesar del apoyo ruso, vacilaba aún en lanzarse a una guerra contra Inglaterra, e intentaba concluir con ésta (sobre las espaldas de Polonia)
un nuevo compromiso; llegó hasta proponer a Sir Neville Henderson una alianza militar. Pero el gobierno de Londres se hizo el sordo e impelió a Varsovia a la resistencia, para, en seguida, dejar caer fríamente al aliado polaco. Jamás otra guerra ha revelado más claramente su verdadera faz.
Alemania no ha tomado los armas por Dantzing sino por la hegemonía mundial. Inglaterra no ha tomado las armas por Polonia sino para defender su hegemonía mundial amenazada. Ha tomado las armas es un poco exagerado: Inglaterra obra por persona interpuesta. Cinco millones de franceses están hoy movilizados para defender el botín de la burguesía británica, y, esto haciendo, el de la burguesía francesa. 94 95