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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE el proceso político engendrado por la guerra, y al mismo tiempo descubren claramente el origen del temor del Kremlin a la revolución.
En el suplemento semanal del Paris Soir del 31 de agosto de 1923, se reporta una conversación entre el embajador francés Coulondre y Hitler el 25 de agosto, es decir, el día del rompimiento de las relaciones diplomáticas. Hitler bar.
bota y hace alarde acerca del pacto que concluyó con Stalin Un pacto realista. Coulondre responde: Pero Stalin mostró duplicidad. El triunfador verdadero (en caso de guerra) será Trotsky. Ha pensado usted en esto? Ya sé. el Fuehrer responde: pero ¿por qué Francia e Inglaterra dan a Polonia carta bianca. etc. El nombre personal tiene, por supuesto, un carácter puramente convencional. Pero no es accidental que tanto el diplomático democrático como el dictador totalitario señalen al espectro de la revolución por el nombre del hombre que el Kremlin considera su ene.
migo número uno. Ambos participantes en la conversación convienen como si fuera evidente por sí mismo que la revolución se desarrollará bajo una bandera hostil al Kremlin.
El antiguo corresponsal en Berlín del periódico semioficial francés Temps, escribiendo ahora desde Conpenhague, reporta en su despacho del 24 de septiembre, que bajo la oscuridad que prevalece en el Berlín oscurecido, los elementos revolucionarios han estado pegando carteles en los distritos obreros con las siguientes consignas: Abajo Hitler y Stalin. Viva Trotsky! De este modo los trabajadores más valientes de Berlín expresan su actitud hacia el pacto. la revolución será conducida por los valientes y no por los cobardes. Afortunadamente Stalin no está forzado a oscurecer Moscú. De otra manera las calles de la capital soviéticas serían tapizadas con consignas no menos significativas.
En la víspera del aniversario de la independencia checa, el Protector Barón Neurath, y el gobierno checo prohibieron severamente todas las demostraciones la agitación obrera en Praga, particularmente la amenaza de una huelga ha sido señalada oficialmente como el trabajo de los comunistas trotskistas (New York Times, 28 de octubre. No me inclino siquiera a exagerar el papel de los trotskistas en las de.
mostraciones de Praga. Pero el hecho mismo de que su papel fué oficialmente exagerado explica por qué los dirigentes del Kremlin tienen miedo a la revolución no menos que Coulondre, Hitler y el Barón Neurath. Pero la sovietización de la Ukrania Occidental y Rusia Blanca (Polonia Oriental) así como el actual intento de sovietizar Finlandia, no son actos de revolución socialista? Sí y nó. Más nó que sí. Cuando el ejército rojo ocupa una nueva provincia, la burocracia de Moscú establece un régimen que garantiza su dominio. la población le está permitido únicamente confirmar las reformas efectuadas por un plebiscito totalitario. Una revolución de esta clase es factible únicamente en los territorios ocupados por el ejército rojo con una población reducida o atrasada. El nuevo jefe del Gobierno soviético en Finlandia, Otto Kussinen, no es un líder de las masas revolucionarias sino un viejo funcionario stalinista, uno de los secretarios de la Komintern, con una mente rígida y un espinazo flexible. Esta revolución puede ser aceptada por.
el Kremlin. Hitler no la teme.
El aparato de la Komintern, compuesto sin excepción de Kussinen y Browders, es decir, funcionarios carreristas, es absolutamente incapaz de conducir un movimiento revolucionario de masas. Pero sirven para disfrazar el pacto Stalin Hitler con frases revolucionarias para engañar a los obreros de la URSS y de fuera. más tarde pueden ser utilizados como un arma para chantagear a las democracias imperialistas. Es sorprendente lo poco que han sido entendidas las lecciones de los acontecimientos españoles. Defendiéndose de Hitler y Mussolini, quienes se esforzaron en utilizar la guerra civil en Epaña para construir un bloque de cuatro potencias contra el bolchevismo, Stalin se fija a sí mismo la tarea de probar a Londres y París que él fué capaz de preservar de la revolución proletaria a España y Europa con mucho mayor eficiencia que Franco y sus protectores. Nadie estranguló 88 89