BourgeoisieMarxismTrotsky

CLAVE Tribuna Marxista CLAVE Tribuna Marxista Su moral y la Nuestra CLAVE inicia sus ediciones de ce da suficientes bases para un juiobras revolucionaria con la public cio de tal respecto.
cación de una de León Trotsky. Por qué este corto libro, un ver Su moral y la nuestra. Este pe dadero folleto, ha podido escandaliqueño libro ha tenido la virtud de zar no sólo a los gazmoños apósprovocar, no obstante su brevedad, toles de la moral burguesa, sino un profundo disgusto en la pequeña también a muchos izquierdistas y burguesía intelectual de Europa, socialistas más o menos amansados que saludó la versión francesa con de los países democráticos! Pos.
una tupida lluvia de dicterios, ca. que constituye una briosa ofensiva lumnias y malévolag interpretacio sobre un sector del frente de la es, a las que se han mezclado, co lucha de clases que los vevalucionamo para variar, algunas trampas rios no habían creído indispensable literarias; todo ello en defensa de atacar a fondo hasta hoy, pero en 13 moral pura su moral que el cual se refugian ahora los trángTrotsky desnuda con fugas de la revolución proletaria, con mano implacable y diestra.
para asumir una postura de neuLa traducción que CLAVE publi. tralidad aparatosa ante la ola 28ca única autorizada y revisada cendente de la reacción.
por el autor. lleva un apéndice, Log demócratas, social demócratas, en el cual se eontestan los ataques anarquistas y otros representantes suseitados por la francesa y se agre de la izquierda afirma Trotskygar algunos detalles corroborativos se han puesto a exudar moral, del de ias ideas fundamentales expues mismo modo que la gente transpira tas en la obra principal. Es mu doble cuando tiene miedo. Incacho más exacta que la otra, en la paces de enfrentarse con las tareae que el traductor. Víctor Sergede la hora, se dedican a predicar; cometió numerosas infidelidades, ex huyer de la acción revolucionaria plicables, en el peor de los casos, por la puerta falsa de las admonicon ayuda de la política, y en el ciones morales. Pero aun bajo sa mejor, con la del psicoanálisis. nuevo disfraz de clérigog seglares, La lectura del mencionado Apéndi continúan sirviendo a la burguesía. 44 de la que son lacayog vergonzantes a šas wasas, como meio de parali o desvergonzados. Nada más natu zar su crecienle rebcldía y de re ral entonces que se rebeien contra forzar la coacción física a que la quien, como Trotsky, los obliga a somete la clase capitalista con in.
hacer una especie de examen da tensidad cada vez mayor.
conciencia del que salen asqueados La ansiosa preocupación por la de sí mismos.
moral, por una moral revestida con En la ética, como en todas las la respetabilidad de un código de formas de la superestructura id cls. valores eternog, pese a su patento gica, la descomposición del capita variabilidad y sus raíces terrelismo llegado la etapa imperia nas, no sólo es, en consecuencia, lista ge manifiesta con el aspecto una escapatoria hacia el nebuloso de un retorno al misticismo, las reinado del mito, para hurtarse a especulaciones teológicas, de las que la angustia de las contradicciones ni siquiera se han librado las cien en que se debate la burguesía decirus físicas. La sociedad moderna cadente, sino también un recurso refleja la creciente inestabilidad de mañoso de ésta para minar la vosus fundamentos materiales, que se luntad combativa de las clases ex.
desploman siguiendo las leyes de su plotadas. He ahí por qué se ha propia dinamica, en el desesperado hecho necesario en el momento acidealismo de que hacen gala los tual el ataque vigoroso a esa secrepresentantes intelectuales de la eión del frente ideológico enemigo clase dominadora, anhelosa de cn. en la cual reinó hasta ahora una contrar asiderog sobrenaturales pa.
conpleta calma.
ra defenderse contra fenómenos cu El trabajo que Trotsky dedica a yo origen desconoce o se niega obsesta faz de la lucha se ajusta, en tinadamente a conocer.
cuanto a su técnica, a las mejores Pero en esta recaída en la me tradiciones de la literatura marxistafísica; en la reinstalación de feta que pudiéramos llamar clásica: tiches espirituales apenas remoza en él la habilidad polémica, la agre: dos que al parecer había aniquilado sividad del estilo ágil y certero, codefinitivamente el pensamiento cien.
rren pareja con el rigor del anátífico, hay, junto al impulso psico lisis, la exactitud del razonamienlógico, casi biológico, del hombre to científico y la perspicacia, no que se acoge al amparo de potensólo para encontrar, sino para excias y extrahumanas y extraterre poner, las conexiones internas de nales cuando lo espantan efectos de lng fenómenos estudiados. Es obra caugas para él ignotas e incontrode dialéctica tanto por la destrelables, el propósito interesado de za con que se persiguen y desenadormecer con narcóticos mentales trañan los antagonismos subyacen 45