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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE es el producto inevitable del capitalismo en putrefacción en la medida en que el proletariado no reemplaza oportunamente a la democracia burguesa ¿Cómo la victoria militar de las democracias en putrefacción contra Alemania e Italia podrá ser capaz de liquidar el fascismo, siquiera por cierto tiempo? Si hubiera razones para pensar que una nueva victoria de la Entente (menos Italia. bien conocida de nosotros y ya un poco vieja, podría producir resultados tan milagrosos, es decir, tan contradictorios respecto de las leyes histórico sociales, sería necesario no solamente desear esta victoria, sino hasta hacer todo lo posible para que se produjera. En este caso, los social patriotas ingleses y franceses tendrían razón. En realidad, tienen ahora todavía menos razón que hace veinticinco años o más exactamente, desempeñan ahora un papel incomparablemente más reaccionario e infame.
Si es cierto que hay posibilidades (y no hay duda de que existen algunas) de que la derrota de Alemania e Italia pueda, con la existencia de un movimiento revolucionario, conducir al derrumbe del fascismo, por otra parte, también las hay más cercanas e inmediatas de que la victoria de Francia de el último colpe a la democracia en putrefacción, particularmente si semejante victoria es obtenida con el apoyo politico del proletariado francés. La estabilización del imperialismo francés y británico, la victoria de la reacción nilitar fascista francesa, la consolidación del dominio de Inglaterra sobre la India y otras colonias serán, a su vez, apoyos para la más negra reacción en Alemania e Italia En caso de victoria, Francia e Inglaterra harán todo por salvar a Hítler y a Mussolini y evitar el caos. La revolución proletaria puede naturalmente cambiar esta perspectiva. Pero es preciso ayudar a esta revolución y no estorbarla. Es imposible ayudar a la revolución en Alemania, si no es aplicando en realidad los principios del internacionalismo revolucionario en los países en guerra contra ella Los autores del documento se expresan resueltamente contra el pacifismo abstracto, y en eso tienen naturalmente razón Pero no tienen de ninguna manera razón cuando piensan que el proletariado puede resolver grandes tareas históricas por medio de una guerra, que no esté dirigida por él mismo, sino por su mortal enemigo, el gobierno imperialista. Del documento puede colegirse que en el momento de la crisis checoeslovaca, nuestros 14compañeros franceses e ingleses habrían debido reclamar la intervención militar de su burguesía, y así tomar sobre ellos mismos la responsabilidad de la guerra, no de la guerra, en general y, naturalmente, no de una guerra revolucionaria, sino de una guerra imperialista dada. El documento cita las palabras de Trotsky, según las cuales Moscú habría debido tomar sobre si la iniciativa del aplastamiento de Hitler en 1933, antes de que éste se convirtiera en un peligro amenazante (Boletin de la posición, 21 de marzo de 1933. Pero estas palabras significaban que un gobierno verdaderamente revolucionario de un Estado obrero habría actuado así. Mas se puede presentar la misma reivindicación al gobierno de un Estado imperialista?
Claro, nosotros nos rehusamos a cualquier responsabilidad por el régimen llamado régimen de paz. La consigna todo por la paz no es nuestra, y ninguna de nuestras secciones la ha lanzado. Pero de la misma manera que no tomamos sobre nosotros responsabilidad alguna por la paz de ellos, tampoco podemos tomar sobre nosotros responsabilidad alguna por la guerra de ellos. Mientras más resuelta, firme e intransigente sea nuestra posición de esta cuestión, tanto mejor nos entenderán, las masas, si no al principio de la guerra, cuando menos, en su curso. La clase obrera checoslovaca podía luchar contra su gobierno y su política de capitulación con las consignas de paz y derrotismo. Esto plantea una cuestión muy concreta, en forma muy abstracta. No había lugar para el derrotismo porque no había guerra (y no fué por casualidad que no la hubo) Durante las veinticuatro horas críticas de confusión e indignación general, el proletariado checoeslovaco tuvo la plena posibilidad de derrocar el gobierno capitulador y tomar el poder. Para eso necesitaba sólo una dirección revolucionaria. Claro está, después de la toma del poder, habua vuvido una resistencia desesperada a Hitler y habría indudablemente provocado una poderosa reacción de las masas obreras de Francia y de otros países. No adiviriaremos lo que habrían podido ser los acontecimientos ulteriores. En todo caso, la situación sería ahora incomparablemente más favorable para la clase obrera mundial. Si, no somos pacifistas, si estamos por la guerra revolucionaria. Pero la clase obrera checa no tenía el menor derecho de confiar la dirección de la guerra contra el fascismo a los caballeros capitalistas, que en. 15