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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE y los países democráticos o semidemocráticos del otro. En realidad, semejante cómoda agrupación no se halla de ningún modo asegurada. Italia y Alemania podrían, en la futura guerra, como aconteció en la pasada, encontrarse en campos diferentes: esto no se halla de ningún modo excluído. Qué hacer en ese caso? Aún la misma clasificación de países por su carácter puramente político, presenta dificultades cada día mayores. adónde poner a Polonia, a Rumania, a la actual Checoeslovaquia y a una serie de otros países de segunda y de tercera magnitud? La tendencia fundamental de los autores del documento es, según parece, la siguiente: el derrotismo es obligatorio en los países fascistas dirigentes. Alemania, Italia. mientras que hay que renunciar al derrotismo en los países que se encuentren en guerra contra los países fascistas dirigentes, aún en el caso de que su virtud democrática fuere dudosa. Así se puede presentar más o menos la idea fundamental del documento.
Aún en esta forma, es errónea y se acerca manifiestamente al social patriotismo Recordemos, antes que nada, que todos los jefes emigrados de la social democracia alemana son derrotistas unánimes: Hitler les quitó sus fuentes de influencia y de ingresos. En este derrotismo democrático. antifascista. no hay sin embargo nada progresista. No está él ligado con la lucha revolucionaria, sino con esperanzas sobre el papel emancipador del militarismo francés o de otro cualquiera ¡Ay! Los autores del documento, manifiestamente en contra de su propia voluntad, dan un paso precisamente en esta misma dirección Andz todo, en nuestra opinión, dan ellos una definición demasiado vaga y parcialmente errónea del derrotismo sistema de acción, especial e independiente, enderezado a provocar la derrota. No es así. El derrotismo es una política proletaria clasista, que considera que aún durante la guerra, el enemigo está en el interior del propio país imperialista. Por el contrario, el patriotismo es la política que considera que el principal enemigo está fuera del propio país. La idea de derrotismo significa en realidad: desarrollar una lucha revolucionaria implacable contra la propia burguesía como principal enemigo, sin detenerse ante el hecho de que esta lucha pueda provocar la derrota del propio gobierno: a condición de un movimiento re 12DI volucionario, la derrota del propio gobierno es el mal menor.
Lenin no dijo ni quiso decir otra cosa. No puede hablarse de ningún otro derrotismo. Debemos renunciar al derrotismo revolucionario, en lo que se refiere a los países no fascistas? En eso reside toda la cuestión; con ella existe y sucumbe el internacionalismo revolucionario. Los trescientos sesenta millones de hindúes, por ejemplo, deberán renunciar a servirse de la guerra en interés de su emancipación? La insurrección de los hindúes durante la guerra podrá indudablemente facilitar mucho la derrota de la Gran Bretaña.
Mas todavía. en caso de insurrección de los hindúes (a pesar de todas las tesis. deben los obreros británicos sostenerlos?
por el contrario. deben ellos pacificar a los hindúes, mecerlos, en interés del éxito de la lucha del imperialismo inglés contra el fascismo. Qué hacer. La victoria contra Alemania o Italia equivaldría ahora (mañana putrá ser diferente) al derrumbe del fascismo. Ante todo, son ids pequeñas palabras las que atraen la atención: ahora (mañana puede ser diferente. Los autores no explican lo que quieren decir exactamente con eso; pero de todas maneras muestran que aún desde su punto de vista, su posición tiene carácter contingente, inestable, poco seguro: mañana mismo podrá resultar sin valor. Se dan suficiente cuenta de que los cambios y semi cambios de regímenes políticos, en la época del capitalismo en putrefacción, se producen con bastante frecuencia y rapidez, sin que cambie la base social, sin que se detenga la decaden cia o el declinar capitalista. Sobre cuál de los dos procesos debe apoyarse nuestra política, en cuestión tan fundamental como la de la guerra: sobre el cambio de los regímenes políticos o sobre la base social del imperialisino, común a todos los regímenes políticos, que los unifica inevitablemente contra el proletariado revólucionario. La actitud ante la guerra es la cuestión estratégica fundamental. Es inadmisible subordinarla a consideraciones y posibilidades tácticas contingentes.
Pero aún desde el punto de vista episódico, la idea citada del documento que examinamos es falsa. La victoria contra los ejércitos de Hitler o de Mussolini significa en sí misma sólo la derrota militar de Alemania y de Italia, y de ningún modo el derrumbe del fascismo. Nuestros autores reconocen que el fascismo. 13