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Tribuna Marxista CLAVE Tribuna Marxista CLAVE partido revolucionario e impidieron que se abrieran paso tendencias intransigentes verdaderamente revolucionarias. Por su política de adaptación a todas las formas del reformismo, fueron los mejores auxiliares de los traidores anarquistas, socialistas y, comunistas. La honradez y el heroismo personales de numerosos obreros del C. provocan naturalmente nuestra simpatía; contra la reacción y los canallas del stalinismo, estamos listos a defenderlos hasta el final. No vale, sin embargo, gran cosa el revolucionario que bajo la influencia de consideraciones de orden sentimental es incapaz de estudiar objetivamente la verdadera esencia de un partido dado. El buscó siempre la línea de menor resistencia, temporizó, se esquivó, jugó al escondite con la revolución Para los obreros que se enderezan contra la burguesía, durante la revolución, toda la fuerza de su odio de clase, la participación de un jefe revolucionario en un gobierno burgués constituye un hecho de enorme importancia: los desorienta y los desmoraliza. semejante hecho no cayó del cielo. Fué un eslabón necesario de la politica del Los jefes del hablaban con grande elocuencia de las ventajas de la revolución socialista sobre la revolución burguesa; pero nada serio hicieron para preparar la revolución socialista porque la preparación sólo podía consistir en una movilización sin reservas audaz, implacable, de los obreros anarquistas, socialistas y comunistas contra los jefes traidores La energia y el heroísmo del proletariado español dieron al muchos años para prepararse. El ha tenido dos o tres veces el tiempo necesario para dejar los pañales y llegar a adulto. Si no lo ha hecho no es por culpa de los imperialismos democráticos ni de los burócratas de Moscú, sino a consecuencia de una causa interna: su propia dirección no sabía a donde ir ni qué caminos tomar.
Una enorme responsabilidad histórica recae sobre el Si éste hubiera seguido una política revolucionaria intransigente, en el mamento de la insurrección de mayo de 1937, y probablemente mucho antes, se hubieran encontrado, naturalmente, a la cabeza de las masas y hubiera asegurado la victoria.
Pero el no era un partido revolucionario, sino un partido centrista levantado por la revolución.
El juego del escondite Marceau Pivert dice en su carta que su única divergencia 24 con nosotros consiste en la apreciación del ritmo. Los acontecimientos grandiosos que se desarrollaron en 1936 revelaron cuál era el error del Pivert sobre la cuestión del ritmo. Pivert se vio cogido de improviso por estos acontecimientos, pues, a pesar de todo, continuaba siendo un amigo de izquierda junto con Leon Blum, es decir junto con el peor agente del enemigo de clase. El ritmo de los acontecimientos no se adapta al ritmo de la indecisión centrista. Por otra parte, los centristas siempre cubren su desacuerdo con la política revolucionaria invocando el ritmo. la forma o el tono. Se puede encontrar esta manera centrista de jugar al escondite con los hechos y las ideas en toda ia historia del movimiento revolucionario Con relación al problema de la revolución española el más importante de estos últimos años, la Cuarta Internacional ha analizado marxistamente cada etapa de la situación, ha criticado la política de las organizaciones obreras (especialmente del y ha dado un pronóstico. Marceu Pivert no ha tratado de criticar nuestra apreciación ni de oponer su análisis al nuestro. Es una cosa que los centristas jamás hacen, pues temen instintivamente todo análisis científico. Viven de impresiones generales y de correcciones imprecisas a las concepciones ajenas. Temiendo comprometerse juegan al escondite con el proceso histórico No quiero presentar a vuestro partido exigencias extraordinarias: apenas acaba de separarse de la social democracia y no conoce otra escuela. Pero se ha separado para ir a la izquierda y esto ie da grandes posibilidades de desarrollo revolucionario; de otra manera no me hubiera dirigido a Pivert, pero éste no se da cuenta de la situación. Asegura que durante la crisis de septiembre el partido estuvo a la altura de las circunstancias. Esta apreciación me parece precaria. No hubo guerra. Las masas no se vieron ante el hecho consumado. El miedo a la guerra dominaba al proletariado y a la pequeña burguesía. Vuestro partido dió expresión a estas tendencias, con las palabras de orden abstractas del internacionalismo. Pero no hay que olvidar que en 1914 la social democracia alemana y el partido socialista francés fueron muy internacionales. muy intransigentes hasta que estalló el primer cañonazo Claro que hay que felicitar a vuestro partido por no haberse lanzado en el 25