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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE Forjando la Vanguardia en Francia Intercambio de Cartas de Trotsky Pivert Guérin Trotsky a Pivert Estimado camarada Pivert: Confieso que no sin vacilar me he decidido a escribirle esta carta. No sólo porque nuestras opiniones políticas están lejos de coincidir, sino sobre todo porque la idea misma de dirigirme desde un país lejano a un militante político de Francia, para una cuestión que atañe a Francia puede parecer fuera de sitio. Sin embargo, he deshechado esas dudas. La situación es tan crítica, la suerte del proletariado de Francia, del de toda Europa, y, en un grado con siderable la del mundo entero, dependen en tal medida del desenvolvimiento próximo futuro de los acontecimientos en Francia; los elementos fundamentales de la situación son tan claros, aún a gran distancia, que juzgo inadmisible no intentar explicarme con usted, mientras todo no está todavía perdido. El desarrollo (en Francia) se aproxima ostensiblemente a su desenlace. Este no puede ser otro que el establecimiento de una dictadura fascista al principio prefascista (bonapartista) de tipo militar o la victoria del proletariado. un año o dos. pienso yo es el plazo máximo que resta para el desenlace definitivo. es decir, irreparable por largos años.
Lo que puede salvar la situación en Francia es la creación de una verdadera vanguardia revolucionaria de algunos millares de hombres, que comprendan claramente la situación, que estén completamente liberados de la influencia de la opinión pública burguesa y pequeño burguesa. socialista. comunista. anarco sindicalista. etc. y dispuestos a ir hasta el final Bajo el golpe de grandiosos acontecimientos han caído pulverizados los grandes partidos tradicionales y sus agrupamientos, del género del Frente de Hierro (sin hierro. del Frente Popular (sin pueblo. etc. Lo que no se rompe, lo que no se pulveriza es sólo aquello que ha sido soldado por ideas revolucionarias claras, precisas, intransigentes.
Me es imposible seguir de cerca la actividad de su partido; no conozco su composición interior, razón por la que me abstengo de pronunciar una apreciación. Pero conozco los otros partidos del Buró de Londres, que existen desde hace bastante más de un año. me pregunto. Puede el partido de ustedes abordar grandiosas tareas, mano con mano al lado de Fenner Brockway, Walcher. Sneevliet, Brandler y otros venerables inválidos, que no sólo no han demostrado en nada su capacidad de orientarse en los acontecimientos revolucionarios, sino que al contrario, han mostrado a menudo su absoluta incapacidad para la acción revolucionaria y, en los años siguientes, su incapacidad no menos absoluta de aprender algo de sus propios errores? El mejor grupo fué el no es claro ya que el terror del frente a la opinión pública pequeño burguesa de la II y de la III internacionales y, sobre todo, frente a la de los anarquistas fué una de las principales causas del derrumbamiento de la revolución española?
De dos cosas una. bien el proletariado francés, engañado y debilitado por Blum, Thorez, Jouhaux y compañía, será tomado de improviso y aplastado sin resistencia, como el proletariado de Alemania, de Austria y de Checoeslovaquia. bien, en el período que resta, la vanguardia del proletariado francés todavia alzará la cabeza, juntará a su rededor a las masas y será capaz tanto de resistir como de atacar. Pero esta variante supone un tal florecimiento de las esperanzas de las masas, de su confianza en ellas mismas, de su pasión, de su cólera contra el enemigo, que todo cuanto es mediano, intermedio, informe será arrojadó a un lado y disipado al viento. Sólo revolucionarios dispuestos a ir hasta el final son capaces de dirigir una verdadera insurrección de las masas. sin, insurrección, la catástrofe es inevitable. y en un plazo muy corto.
Yo no veo otro camino para la formación inmediata de una vanguardia revolucionaria en Francia, que la unificación del par tido de ustedes y de la Sección de la IV Internacional. Incumbe a usted, camarada Pivert, una gran responsabilidad, muy semejante a la que pesaba sobre Andrés Nin, en los primeros años de la revolución española. Puede usted imprimir a 15 14