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Tribuna Marxista CLAVE CLAVE Tribuna Marxista habrían podido ser un punto de resistencia. Es verdad que los principales caminos que llevan a Barcelona cruzan por una zona de planicie: el que va de Villafranca del Panadés y el otro de Tibidabo, ambos se juntan aproximadamente a veinte kilómetros de la ciudad. Pero aunque los fascistas se acercaran a la ciudad, quedaban todavía las montañas que rodean a la capital catalana.
Barcelona está circundada por Montjuich y Tibidado. Pudimos haber fortificado estas alturas y transformarlas en una línea de defensa, a las puertas mismas de la ciudad.
P: No obstante, ellos dicen que desde el punto de vista estratégico, Barcelona era indefendible.
Eso es una mentira. La verdad es que habríamos podido defender a Barcelona más fácilmente en la cadena de montañas cerca de Igualada o en las lomas de Saraf que en las puertas de la ciudad misma. Pero Barcelona se presta más para la defensa que Madrid, por ejemplo. Ni la indudable superioridad de los armamentos fascistas (resultado de la pasividad del proletariado internacional, anestesiado por el Frente Popular) ni las razones estratégicas son suficientes par explicar la caída de Barcelona, especialmente esa caída tan rápida y casi sin lucha Los fascistas entraron a Barcelona después de una breve batalla en Hospitalet.
un suburbio de Barcelona, junto al mar. Qué sucedió, entonces?
En pocas palabras: la estrategia y la técnica militar están subordinadas a la política, sobre todo, en una guerra civil. Barcelona fué abandonada, no hubo nadie que la defendiera, nadie o casi nadie que estuviera dispuesto a dar su vida por defenderla contra Franco. Esta es la trágica realidad.
No es necesario hablar del gobierno, ese siniestro Gobierno de la Victoria. En la noche del lunes, tres días antes de la entrada de Franco, el gobierno se reunió. Un boletín leído por Uribe, el Ministro de Agricultura comunista, nos informó de las decisiones oficialmente anunciadas y las medidas resueltas: 1o. Declarar el estado de guerra (ley marcial) en todo lo que quedaba de la España gubernamental es decir, tratar de amordazar al proletariado (aunque en realidad no se tenía fuerza para conseguirlo. 20. Sostenerse en Barcelona. Esta fué la declaración oficial DI la realidad. La realidad? la vez que anunciaban eso, los señores ministros hacían ya sus maletas: sus muebles y una sorprendente cantidad de colchones estaban ya cargados en camiones, y ese mismo día empezó la aristocrática fuga en Rolls Royces e HispanoSuizas Llenos de pánico, los ministros quisieron llamar a los obreros de la de Barcelona, a fin de que estos derramaran una vez más su sangre generosa y salvaran la situación antes que nada, la situación personal en peligro de los señores ministros. Estos caballeros creían que la misma triquiñuela puede repetirse con buen éxito un número infinito de veces. Según su opinión, el proletariado debe estar encadenado normalmente.
debe respetar las leyes burguesas, debe ejecutar constantemente las tareas más duras, debe presenciar el maltrato a sus militantes, etc. En el momento de peligro, se aflojan un poco las cadenas y se permite generosamente al proletariado que muera en defensa del gobierno legítimo y de la república democrática. El proletariado según la imagen que se forjan estos caballeros aprovecha la feliz ocasión que se le brinda, sube a las barricadas, ofrenda varias decenas de miles de víctimas y salva la situación. El peligro fascista pasa. Después, se aprietan de nuevo las cadenas y se pone al proletariado a trabajar, exactamente como antes.
Este es el plan. Ingenioso, ciertamente; pero semejante triquiñuela triunfa solamente un número limitado de veces Sobrecogidos de pánico, entonces, los ministros mandaron un apresurado llamamiento a Garcta Oliver (el líder anarquista) a fin de encargarlo de seis divisiones militares y de dirigir las operaciones Pero Garcia Oliver no es hombre de armas!
No quiero recordar los servicios que prestó García Oliver al proletariado español durante las jornadas de mayo de 1937 en Barcelona (1. en cualquier caso, Oliver es sobre todo un orador (1. Por medio de su discurso del de mayo de 1937, que terminó con la consigna. Cesad el fuego. el ministro de justicia anarquista García Oliver, entregó a los militantes de la a la matanza de los stalinistas. Los obreros de Bartelona recuerdan claramente ese discurso. 23 22