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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE zado un grado tal que ya no les queda más que un remedio para poder seguir adelante: matarlo.
SOBRE LABORDE LOS TROTSKISTAS EN GENERAL to con el candidato que se comprometa, en caso de triunfar, a dar veinticuatro horas a Trotsky para que abandone el territo110 mexicano Como dice el mismo Valadés para los comunistas, un candidato presidencial puede ser reaccionario: pero, por ningún motivo, ha de tener simpatías por León Trotsky, y ha de prometer para el futuro, expulsar del país al desterrado ruso.
Esos informes, irrefutados y seguramente irrefutables, pueste que conocemos la honestidad de Valadés, arrojan sobre los patrones de la Sección Mexicana de la Internacional staliniana un naz de luz que nos permite, una vez más, levantar la camisa de los simuladores y gangsters que capitanea ese despreciable quidam que responde al nombre de Hernán Laborde (dispensa que lo miente, amigo lector. Están ellos dispuestos a entregar el voto de sus partidarios, trabajadores, maestros que de buena fe los sigan, a quienquiera que esté dispuesto a permitirles realizar la villanía que durante años han venido persiguiendo: cobrar en Moscú el precio de León Trotsky, vivo o muerto. Qué importa a esa gentuza cuanto escrúpulo pueda asaltar la mente de cualquier hombre medianamente honrado, ya sean escrúpulos políticos, ya sean de conducta personal, ya sean de cualquier otra índole? Inútil pedir a estos siniestros personajes de expediente criminal derechura política, respeto a un programa que no tienen, respeto a partidarios que ellos sólo consideran como carne de chantaje: inútil recordarles que un partido szoletario debe sostener inflexiblemente la integridad intransigente de toda garantía de carácter político (y el asilo es una) mientras viva en régimen capitalista si no quiere ver a sus propios partidarios un dia embozalados, encarcelados, deportados o muertos, cuando en lugar de la política del buen demócrata se tenga la del buen burgués. Inútil aducir eso y cuanto signifique llamada a la lealtad individual, colectiva o revolucionaria, porque esos señores la desconocen bajo cualquiera de sus formas. Inútil tratar con ellos. no es a ellos a quienes nos dirigimos.
Nos dirigimos a la masa de trabajadores que todavía se siente influida por el opio staliniano. ellos sometemos esos hechos, para que los examinen y pesen y juzguen. Apelamos a su instinto proletario y al aliento de renovación que los anima para que, junto con nosotros, convengan en que el envilecimiento y la putrefacción del llamado Partido Comunista ha alcanDI La Voz de México ha expresado su seguridad de que el último y trágico accidente ferroviario ha sido obra de las manos de la reacción y en particular de Trotsky pesar de toda la seriedad de tal fuente de información, de primera intención esta noticia nos parece increible. Sin embargo, recordando los procesos de Moscú, en los cuales los trotskistas se acusaron a si mismos como autores de crímenes mucho más monstruosos aun, decidimos en el presente caso proceder, con nuestras modestas fuerzas, a una investigación meticulosa ella nos ha proporcionado un éxito mucho mayor del que nosotros esperábamos al comienzo Trotsky nos es querido, pero la verdad nos es más queri, do aun. Los documentos caídos en nuestras manos establecen, irrefutablemente, que es necesario reconocer que el principal organizador del accidente ferroviario ha sido el conspirador de Coyoacán Nosotros hemos logrado, también, de pasada, llegar a descubrir quienes son sus principales consejeros. Es evidente que Trotsky trasmitía sus prescripciones, las más criminales, por intermedio. lo habríais creido vosotros? de Hernán Laborde.
Muchos pueden creer ésto inconcebible, pues Laborde es conocido como el principal enemigo del trotskismo en México. Sin embargo, solo pueden razonar así personas muy ingenuas o hipócritas podridos que no se dan cuenta de la duplicidad diabólica de los trotskistas Como Radek, Piatakov y decenas de otros que desarrollaban aparentemente una campaña rabiosa contra Trotsky, pero que en realidad eran sus agentes secretos, Hernán Laborde no hace sino cubrirse con el stalinismo para cumplir más resueltamente su trabajo trotskista de zapa. Las pruebas? Hay demasiadas. Tomemos las más simple, la más clara. Muchas personas han manifestado más de una vez su extrañeza al ver a la cabeza del Partido Comunista de México a una persona cuyos discursos, declaraciones y aun denuncias se caracterizan por llevar la marca de una imbecilidad extraordinaria. En verdad, so