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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE La reunión estuvo consagrada, como de costumbre, a hacer olvidar la época en que el partido fué un instrumento al servi.
cio de la clase obrera para congraciarse con los nuevos amos. En donde antes decían: clase contra clase, ahora dicen: la unidad por ercima de todo; en donde ponían: la religión es el opio del puebio, ahora exhiben un retrato del papa, amigo de la democracia. en donde se hablaba de lucha contra el imperialismo, ahora se habla de apoyo a la democracia yanqui (i Nuestra buena sangre nos cuesta. contra el fascismo; en donde se hablaba de social. traidores (Lombardo, por ejemplo) ahora se habla del camarada socialista. En donde antes ponían vergüenza y dignidad revolucionarias, ahora han puesto la complacencia laboriosa que les enseñan los jesuitas de siempre y los neo jesuitas de la Duelo Stalinista Pío XI, el amigo de la democracia ha muerto y con él ha perdido el stalinismo a uno de sus líderes mundiales.
En uno de sus primeros escritos. Crítica de la Filosofía del Derecho de Hégel publicada en español por la editorial mexicana Dialéctica. bajo el título de Filosofía de la Revolución. dijo Marx que la religión es el opio del pueblo. la droga bajo cuya influencia enervante imagina el pueblo transformada su miseria real en una fantasmagórica opulencia, la droga por cuya virtud proyecta el pueblo hacia una vida superior imaginaria, los deseos de felicidad que no podrá ver cumplidos en el mundo que le depara el régimen capitalista.
Sobre ese tema bordaron los más valiosos líderes del pensamiento revolucionario de nuestro tiempo, una vasta literatura. En ella encontramos lo mismo observaciones de carácter filosófico que verdades de índole combativa inmediata y directa.
Desde el análisis científico hasta el planfleto, desde la aplicación rigurosa del materialismo dialéctico a los dogmas y leyendas de las religiones, hasta el cartel y la caricatura sangrienta contra la suntuosa hipocresía ensotanada. Todos recordamos en México las campañas de La Sotana. el excelente periódico antireligioso del Prof. Enrique Beltrán, allá por los duros años de la crisis del 29, cuando se andaba a salto de mata.
La iglesia católica de Pío XI acababa de dirigir entonces contra Mexico su enciclica İnquis Afflictisque (18 nov. 1926)
en la que el papa se quejaba del tratamiento inflingido a su igle sia por el gobierno de este pais. Lanzaba en ella un grito de alarma para que el mundo catolico entero sepa, por boca del padre comun, por una parte, hacia qué fines ha sido desatada la tiranía irrefrenable de nuestros enemigos y por la otra, cuanta ha sido la virtua, la constancia heroica de los obispos, sacerdotes, órdenes religiosas y legos. Se trataba de la virtud y de la heróica constancia que prepararon los levantamientos cristeros de entonces. Insistió más tarde el papa sobre el mismo tema, en su encíclica Miserentissimus Redemptor (8 de mayo de 1928. contra México y la atea Union Soviética. hablando de países en los que todos los derechos, divinos o humanos han sido destruídos. sacerdotes y monjes son lanzados de su domicilio, expuestos a insultos.
etc. El movimiento cristero estaba en su última fase.
La opinión oficial del pasado respecto del comunismo consta, sin embargo, en la enciclica Divini Redemptoris (18 de marzo de 1937. Con ella responde Pío XI a la pérfida táctica de traiciones de Dimítrof Stalin corolario natural de su política de cargada. y da de pasada un puntapié a la mano tendida de Thorez y compañía. El comunismo despoja al hombre de su libertad, roba a la personalidad humana toda su dignidad y quita todas las restricciones morales que reprimen las erupciones del ciego impulso. los pobres, el papa ofrece en cambio la oportunidad de ser felices y de salvarse para la eternidad conservándose siempre pobres de espíritu, y teniendo los bienes espirituales en mayor estima que las propiedades y placeres de la tierra. Nada, sin embargo, es capaz de hacer retroceder al stalinismo en su camino de claudicaciones. los puntapiés del papa, contesta tendiendo inútilmente la mano, en busca de una limosna de unidad. Se arrastra ante el Vaticano, del mismo modo que se arrastra en el umbral de todas las puertas de la burguesía, del mismo modo que pidió la unidad con Hitler, recién llegado éste al poder. Pero sus actos de contrición parece que llevan en la frente una marca lacayuna. salivazo de la historia que los obliga a entrar en casa de los nuevos amos por la 6