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Tribuna Marxista CLAVE tas les al imperialismo fascista como cabeza de turco de la pala.
brería vacua de los líderes reformistas, charlatanes al servicio del Tio Sam. La esperanza de Roosevelt es que los trabajadores latinoamericanos olviden la experiencia de tantos años de opresión y vejámenes y se cobijen bajo las alas amorosas de Wall Street. esto es lo que han propuesto vinicamente los líderes de las internacionales podridas. En Futuro. el pasquin stalinista. la política de la tercera internacional se retrata de cuerpo entero en una caricatura publicada con motivo de la conſerencia de Lima, mostrando a los Estados Unidos como una gallina de anchas alas bajo las cuales se guarecen veinte pollitos que representan a los países latinoamericanos, aterrorizados por un buitre fascista que planea en lo alto. En Pravda del 17 de abril del año pasado. Stalin, por boca de alguno de sus gansos, urge a los Estados Unidos para que adopten una política extranjera más activa y para que inicien una acción común con todos los elementos democráticos de América Latina, como único medio posible de resistir a las fuerzas destructivas del fascismo. Haya de la Torre, impresionado porque Roosevelt no emplea caño nes todavia, cree en la sinceridad de Roosevelt, olvidando así lo poco que alguna vez haya sabido de marxismo, para sostener la inepcia habitual del pequeño burgués que cree que la política es algo que se mueve de acuerdo con el deseo personal de un grupo de gentes o de una sola persona y no resultado de las relaciones nacionales e internacionales de clase. Por lo demás, confunde dos rosiciones distintas. la de Hitler, para quien la dilación es mortal y la del imperialismo americano, que todavía no está reducido al último recurso de los cañones, sino que puede y debe esperar. Haya de la Torre como los demás congénetes suyos de la pequeña burguesía ex antimperialista y los advenedizos stalinistas opone la política de Roosevelt a la de sus predecesores. La presencia y el clarísimo discurso de Lany don en Lima son el más rotundo e implacable bofetón a semejante sandez. De ese modo indudable afirmó Roosevelt la uni.
dad histórica de la burguesía norteamericana y de su imperialismo, por encima de todas las diferencias secundarias de partido.
Ahora que ni Haya de la Torre ni los fuehrers stalinistas tieren interés en mostrarse menos impermeables a los hechos del immarialismo. No es tanta su ineptitud cuanta su hipócrita per fidia.
CLAVE Tribuna Marxista Lo que si están logrando los frente populis de América Latina, a la zaga de sus gemtlos de España, de Francia y de Checoeslovaquia, con su fe en la sinceridad de la burguesía demócrata. es dejar al fascismo el sitio antimperialista que ellos abandonan, como se demostró plenamente en Lima, donde los agentes de Hitler Mussolini jugaron el papel de defensores de la libertad de los pueblos latinoameri caros frente al imperialismo yanqui. Ellos y los anglo argeny tinos se encargaron de desenmascarar la celada de Hull. consiguiendo con eso despertar entre las masas de nuestra América, antimperialistas por esencia, una simpatia que no está exenta de peligros. Lo mismo que en todos los países de frente popular las claudicaciones y traiciones de las cimas dirigentes del movimiento obrero acaban por traducirse en un modo de desviar a las masas trabajadoras hacia el redil del fascismo: no. digamos a los grupos vacilantes de la pequeña burguesía. De esta suerte, los antifascistas para reir se convierten en los mejores colaboradores del fascismo.
Apoyar el imperialismo demócrata de los yanquis con el pretexto de luchar contra el fascismo, implica apoyar igualmente a los regímenes amigos de los Estados Unidos en la América Latina, es decir, a toda la torva jauría de caciques criollos. Creer que sosteniendo el imperialismo norteamericano se pone un valladar a la penetración fascista de América Latina resulta igual a tapar el pozo después de que se ahogó el niño. En efecto, de 20 Repúblicas latinoamericanas, sólo cuatro pueden pasar por demócratas. y eso habilitando a Costa Rica y a Colombia de demo racias. Las demás no son otra cosa que tiranías o dictaduras constitucionales. con marcada preferencia sostiene Washington los regímenes totalitarios de América Latina que los otros, porque garantizan mejor sus intereses imperialistas.
Una cosa es la democracia relativa con que Wall Street puede halagar a sus esclavos locales, para ganarse su conformidad y otra es la necesidad de capataces que resultan indispensables en las colonias y semi colonias yanquis del continente. Para el régimen local, lo adecuado es dejar ciertas libertades a los obreros: pero precisamente por eso, para el régimen colonial, el único sistema de gobierno posible es el del strong man. el del caudillo, el del ca cique, el del tirano criollo, tan conocido en nuestras tierras y que, de por sí, tradicionalmente es un aprendiz fuehrer o duce. Los amos de 29 28