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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE Sólo quienes han sido antimperialistas por corazonada. pequeño burguesa, pueden creer ahora que hay alguna diferencia entre el buen vecino Roosevelt y los diplomáticos del dólar republicanos, o entre los lacayos stalinistas de la O, y los lacayos de la Cuál es la democracia que defienden estos señores. La democracia que Roosevelt sostiene en Puerto Rico, por ejemplo? Que contesten los luchadores del movimiento nacionalista portorriqueño por la independencia de la Isla: Pedro Albizu Campos. Clemente Soto Vélez, Luis Velázquez, Pablo Rosado Ortiz, Juan Gallardo, Julio Velázquez y tantos otros presos, torturados, perseguidos o asesinados por la justicia demócrata de Wall Etreet. La democracia que Roosevelt sostiene en el interior mismo de los Estados Unidos? Que contesten los huelguistas del acero, los de la industria automovilística los del carbón asesinados por la policía al servicio de los grandes patrones, encarcelados y también perseguidos o vendidos por sus líderes traidores al servicio de la Casa Blanca. La democracia que usufructúa su buen amigo el General Martínez en El Salvador? El saldo de ella son doce mil campesinos fusilados en masa en 1931, multitud de hombres presos, deportados o vigilados, la prensa amordazada, los trabajadores muriendo de harpbre, la miseria y la abyección adueñadas del país ¿Las democracias de Ubico.
de Vargas, de Benavides, de Somoza, de Batista, de Trujillo, etc. etc. Regímenes de opresión y de crueldad a los que no pue de llamarse democracia sino por irrisión, por idiotez o por perfidia.
La defensa de la Democracia en el continente americano sólo significa la defensa de los intereses imperialistas de Wall Street, amenazados en el mundo entero y especialmente en América Latina por los otros grupos rapaces imperialistas.
La burguesía yanqui ha visto bajar su comercio con Amé.
rica Latina de dos mil millones de dólares (oro) antes de la crisis, a menos de mil millones (plata) en los últimos años. Su par ticipación en las importaciones sudamericanas, que era de 44 ha pasado a ser de 34 en las importaciones latinoamericanas. Ha visto peligrar su derecho sobre 21 materias que no posée en territorio propio y que el Departamento de Guerra considera estra tégicas. es decir, indispensables para la guerra, lo mismo que sobre otras tenidas como críticas. es decir insuficientemente producidas en el interior. Entre esas materias están el estaño, et caucho y el manganeso de Bolivia, el café de Brasil y Colombia, la lana de Argentina, los nitratos de Chile, la plata de México, el petróleo de Venezuela, Colombia, México y tantos otros. En fin, América Latina tiene carne de cañón en abundancia. EI ejército latinoamericano en pie inmediato de guerra puede estimarse en un millón de hombres, es decir, mayor que el ejército yanqui. Esto también hay que defenderlo, tras la mampara de mócrata.
La defensa de la democracia por los Estados Unidos significa, pues, en realidad la defensa de su hegemonía continental.
Wall Street no puede seguir tolerando los coqueteos de sus demócratas vecinos, como Benavides o Martínez, con los países to talitarios. Los alemanes y japoneses en Brasil, con sus vastas concesiones territoriales, los germano italianos en Perú, en Centroamérica (Martínez, no actúa sino después de consultar al cónsul alemán, barón von Hundelhausen y a un coronel italiano llamado Sergio Belice) son una amenaza, para la unidad del rebaño colonial latinoamericano. Más aun, necesita convertir el continente en un sólido punto de apoyo para la agresión internacional. La influencia extraña, así sea británica, francesa, alemana, italiana o japonesa, demócrata o fascista, le es intolerable porque debilita o es susceptible de debilitar su concentración de fuerzas imperiales. Los Estados Unidos, bajo Roosevelt o bajo Landon o bajo cualquier otro servidor del imperio, son y tendrán que ser día a día más totalitarios en sus relaciones con la América Latina, cualquiera que sea el carácter de su demagogia o de su politica interior, hasta conseguir que ningún aspecto de la vida politica, económica o ideológica de estos países se halle ligado con potencias extracontinentales.
La campaña rooseveltiana para atemorizar a la América Latina con el peligro fascista europeo o asiático. suena asombrosamente fraternal con las campañas de propaganda a la Hitler, a la Mussolini o a la Stalin. Con el fantasma de una invasión fascista emprendida por Italia enredada en España, en Etiopía y en sus líos mediterráneos por Alemania digiriendo difícilmente el Danubio o por el Japón perdido en el vientre del dragón chino. Roosevelt pretende unificar alrededor de política tanto a la opinión norteamericana cuanto a la continental y demócrata europea. y distraer así la atención de los pueblos oprimidos por el imperialismo yanqui, proponiéndo 27 26