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Tribuna Marxista CLAVE CLAVE Tribuna Marxista distinta. Ahí fue donde se entabló la lucha yanqui británica. Ahf fue donde actuaron Hull Landon Lewis Tracy al mando del bloque demócrata. cuya lista encabeza Getulio Vargas, el siniestro tirano de Guanabara; Cantilo, fantasmal, dirigiendo desde Buenos Aires las tropas de la City londinense y los agentes germano italia nos, azuzando la oposición antiyanqui en todos los sectores de opi nión, oficiales o no. Ahí fue, en realidad, donde se jugó la partida.
Iniciada con discursos y declaraciones de tono demagógico por Roosevelt y Hull, continuada con opiniones aclaratorias más o menos autorizadas de comparsas de segunda fila (militares, fi nancieros, periodistas, burócratas sindicales. la nueva política nor teamericana esperaba consolidar su primera etapa (organización de las fuerzas continentales disponibles) por medio de una especie de pacto defensivo y ofensivo de las veintiún repúblicas, preparado oportunamente por Hull. La concertación de ese pacto habría de permitir a los imperialistas de Wall Street apoyar se sobre los países vasallos en una ofensiva mundial a fondo contra los otros grupos imperialistas, enarbolando la bandera de la de mocracia, por lo menos, en tanto ésta les fuera útil. El proyecto de declaración de Hull que Getulio fascista habría querido ver reforzada más allá de lo que pretendía su amo demócrata fue torpedeado por Londres, que ofreció en cambio un contraproyec to anodino por boca de Cantilo, finalmente adoptado bajo el nom bre de Declaración de Lima.
Claro que esa declaración no satisfizo ni con mucho la ambi ción yanqui; pero tuvo ésta que contentarse con ella, por lo me nos públicamente, en espera de momentos más favorables y pronta a servirse de otros medios. En efecto, los intereses que mueven a Roosevelt y sus gentes son demasiado premiosos para admitir su conformidad con el revés sufrido. lo más seguro es que Lima, para lo futuro una vez gastado en ella el cartucho demagógico de la defensa de la democracia en el hemisferio se transforme en un simple episodio desdichado que la diploma cia del dólar tratará de convertir en victoria. en este sentido.
Įqué mejor epilogo podía tener la reunión panamericana, que esa 2a. conferencia de Lima en la que, pocos días después, se juntaron los representantes diplomáticos y consulares de Estados Unidos en América Latina, para reforzar nuestras líneas diploma ticas de defensa en Sudamérica. 24 Los Estados Unidos, a pesar del poco valor concreto de la Declaración de Lima, están tratando de explotar lo que en ésta haya de apoyo para su tesis explicativa de la campaña armamentista: el punto de profesión de fe democrática.
Por lo demás, en la parte en que la Dleclaración calle, hablará la metrópoli. Roosevelt pretende hacer girar en torno de ella toda la justificación de su alarmismo y, por lo tanto, del rearme yanqui y de la necesidad de formar un solo bloque continental, bajo las órdenes del imperialismo demócrata del Norte.
La tesis se resume así: la amenaza fascista de Alemania, Italia y el Japón se vuelve día a día más inminente. La penetración del fascismo en este hemisferio se ha venido operando por medio de agentes confidenciales de los distintos regímenes totalitarios; pero muy pronto esa táctica podrá ceder el sitio a un ataque armado, a una invasión en forma, y es preciso que los Estados Unidos y las otras democracias del continente se unan en un esfuerzo defensivo común para expulsar de estas tierras a las hordas fascistas. El móvil, pues, del rearme norteamericano es exclusivamente la defensa de la democracia; por lo tanto, los países latinoamericanos demócratas deben colaborar en la tarea, cada uno en la medida de sus posibilidades, cediendo territorios para bases militares, poniendo en pie de guerra tropas bien adiestradas, otorgando concesiones y contratas, comprando material bélico y estrechando, en fin, sus lazos económicos y políticos con Washington, jefe de estos flamantes paladines de la democracia.
Para sostener esta teoría. Roosevelt envió a Lima una delegación en la que iban Hull, demócrata gobiernista; Landon, ex: candidato presidencial de los republicanos: Tracy, de la Federación Americana del Trabajo (A. y la hija de John Lewis, de la Esto es, la delegación englobada, como sostenedores de la misma política imperialista, en una especie de frente popular, a sectores que van de la derecha conservadora (Landon)
hasta los stalinistas, representados por Lewis. personale más autorizado que el desprestigiado Browder (Partido Comunista. Con ello quiso mostrar Roosevelt que su política acometiva se halla respaldada por toda la maffia dirigente de la Unión Norteamericana. De Landon a Lewis, todos están de cuerdo en repetir. como el internacionalista Browder, right or wrong, my country. tratándose de la defensa de su propia burguesía.
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