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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE tas; al reformismo sin reformas; a la democracia aliada a la al pacifismo sin paz; al anarquismo al servicio de la burguesía; a los revolucionarios que viven en mortal temor de la revolución. Todas estas organizaciones no son promesas para el futuro, sino descompuestos residuos del pasado. La época de guerras y revoluciones las arrasará a flor de tierra.
La Cuarta Internacional no busca ni inventa panaceas. Se basa completamente en el marxismo, como la única doctrina revolucionaria que iros capacita para comprender la realidad, averiguar las causas que han motivado las derrotas, y se prepara conscientemente para la victoria. La Cuarta Internacional continúa la tradición del bolchevismo, la primera doctrina que enseñó al proletariado como se conquista el poder. La Cuarta Internacional hace una limpia de matasanos, charlatanes y moralistas no solicitados. En una sociedad basada en la explotación, la más alta moral es la de la revolución social. Todos los métodos que levantan la conciencia social de los obreros, la confianza en sus propias fuerzas y su voluntad de sacrificio en la lucha, son buenos. Los métodos prohibidos son los que difunden temor y sumisión en los oprimidos ante los opresores, los que aplastan el espíritu de protesta e indignación o sustituyen por el deseo de las masas el deseo de los líderes: por la convicción, la coacción; por el análisis de la realidad demagogia y juicios falsificados. Por eso es que la social democracia prostituyendo al marxismo. y el stalinismo la antitesis del bolchevismo son dos mortales enemigos de la revolución proletaria y sus normas de conducta.
El enfrentarse a la realidad honradamente; no uscar la línea de menor resistencia; el llamar a las cosas por su verdadero nombre; el decir la verdad a las masas no importa cuán amarga pueda ser; no temer los obstáculos; ser sincero tanto en las cosas pequeñas como en las grandes; el basar su programa en la lógica de la lucha de clases; el ser intrépido cuando la hora de la acción llega éstas son las leyes de la IV Internacional. Ha demostrado que pudo nadar contra la corriente. La ola histórica que avanza la pondrá sobre su cresta.
Contra el Sectarismo.
Bajo la influencia de la traición de las organizaciones históricas del proletariado, ciertas disposiciones de ánimo y grupos sectarios de varias clases resurgen y se levantan en la periferia de la IV Internacional. En su base está la negativa de luchar por las demandas parciales y de transición, es decir, por los intereses y necesidades elementales de la clase obrera tal y como son hoy.
58 El prepararse para la revolución significa para estos sectarios el convencerse asimismo de la superioridad del socialismo. Proponen el volver las espaldas a las viejas uniones, es decir, a decenas de millones de obreros organizados como si las masas pudiesen de algún modo vivir fuera de las condiciones de la patente lucha de clases Permanecen indiferentes a la lucha interna en las organizaciones reformistas como si uno pudiese ganar a las masas sin intervenir en sus luchas diarias Rehusan el distinguir entre la democracia burguesa y el fascismo. como si las masas pudiesen evitar el sentir la diferencia a cada paso, Los sectarios solo son capaces de diferenciar entre dos colores: rojo y negro. Para no tentarse asimismo simplifican la realidad. Rehusan distinguir entre ambos campos combatientes en España por la razón de que ambos tienen un carácter burgués. For la misma razón consideran necesario el permanecer neutrales en la guerra entre el Japón y la China. Niegan la diferencia de principio entre la y los países imperialistas y por causa de la política reaccionaria de la burocracia soviética rechazan la defensa de las nuevas formas de propiedad creadas por la Revolución de Octubre contra el ataque furioso del imperialismo. Incapaces de hallar acceso a las masas las acusan fanáticamente de inhabilidad para alcanzar por sí mismas las ideas revolucionarias.
Estos estériles políticos generalmente no necesitan un puente, en la forma de demandas transitorias, porque no tienen intención de cruzar a la otra orilla. Ellos sencillamente pierden el tiempo en el mismo sitio, satisfaciéndose asimismo con la repetición de sus sempiternas y estériles abstracciones. Los acontecimientos políticos son para ellos ocasión de hacer comentarios y no de actuar. Siendo los sectarios, en general como toda clase de obcecados e impostores, castigados por la realidad a cada paso, viven en un estado de perpetua exasperación, quejándose acerca del régimen, los métodos y constantemente revolcándose en el fango de pequeñas intrigas. En sus propios círculos acostumbran mantener un régimen de despotismo. La postración política del sectarismo sirve para complementar, cual su sombra, la postración del oportunismo, no revelando vistas revolucionarias. En la política práctica, los sectarios se unen con los oportunistas, particularmente con los centristas, en todas las luchas contra los marxistas.
La mayor parte de los grupos y camarillas sectarias que viven de las migajas casuales de la mesa de la IV Internacional, llevan una existencia orgánica independiente, con grandes. 59