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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE información política los trabajadores alemanes e italianos en gran medida de la radio, es posible decir con seguridad que la estación Radio Moscú, combinando las mentiras termidorianas con la estupidez e insolencia, se ha convertido en el factor más poderoso en la desmoralización de los obreros en los estados totalitarios. este respecto, como en otros, Stalin actúa simplemente como asistente de Goebbels.
Al mismo tiempo, como los antagonismos de clase que hicieron posible la victoria del fascismo, continúan su acción bajo éste, lo están minando gradualmente también. Las masas están más descontentas que nunca. Cientos y miles de abnegados obreros a despecho de todo, continúan efectuando un trabajo revolucionario de zapa. Una nueva generación, que no ha sufrido directamente la destrucción de viejas tradiciones y grandes esperanzas, se ha situado en primera línea. La preparación molecular de la revolución proletaria continúa irresistiblemente bajo la pesada loza del Estado totalitario. Pero para que la energía oculta explote en franca rebelión, es necesario que la vanguardia del proletariado encuentre una nueva perspectiva y un nuevo programa y una nueva bandera exenta de manchas y deshonores.
Esto constituye el principal obstáculo. Es dificilísimo para los obreros de los países fascistas el decidirse por un nuevo programa. Un programa se comprueba con la experiencia, y es precisamente la experiencia de los movimientos de las masas lo que falta en los países del despotismo totalitario. Es muy probable que un verdadero éxito proletario en uno de los países democráticos. sea necesario para dar impulso al movimiento revolucionario en los países fascistas. Es posible un efecto similar por medio de una catástrofe militar o económica. En la actualidad es imperativo que se lleve a cabo un trabajo preparatorio, sobre todo, de propaganda que no dará sus frutos abundantes sino en el porvenir.
De esto podemos estar convencidos aún en estos momentos; una vez que se desencadene la revolución en los países fascistas será de tal carácter que bajo ninguna circunstancia se detendrá a resucitar cadáveres como el de Weimar.
De aquí en adelante surje una divergencia que no admite compromiso alguno entre la Cuarta Internacional y los, viejos partidos que sobreviven a su bancarrota. El Frente Popular en emigración, constituye en verdad el más nefasto y traidor de todos los posibles Frentes Populares concebibles.
Representa esencialmente la nostalgia impotente de coalición con una burguesía liberal inexistente. Si tuviese éxito, no ha 50 ría sino preparar una serie de nueyas derrotas para el proletariado a la manera española.
Por lo tanto la primera condición para una lucha revoluciomaria contra el fascismo, es una exposición despiadada de la teoría y práctica del Frente Popular.
Tareas de la IV Internacional Por supuesto que esto no quiere decir que la Cuarta Internacional rechace las consignas democráticas como un medio de movilizar las masas contra el fascismo. Por el contrario, tales consignas, en cierto momento, pueden desempeñar un papel muy serio. Pero las fórmulas de la democracia (libertad de prensa, derecho de sindicalización, etc. son para nosotros sólo con signas accidentales o episódicas en el movimiento independiente del proletariado y no el lazo corredizo, de la democracia colocado en el cuello del proletariado por los agentes de la burguesía (España. Tan pronto como el movimiento asuma algo el carácter de masa, las consignas democráticas serán entrelazadas con las transitorias; es de suponer que los comités de fábricas aparecerán antes de que los viejos rutinarios salgan de sus cancillerías para organizar sindicatos; los soviets se extenderán por la faz de Alemania antes de que una nueva Asamblea Constituyente se reuna en Weimar. Lo mismo es verdad con relación a Italia y los demás países totalitarios o semi totalitarios.
El fascismo sumergió a estos países en la barbarie política.
Pero no ha cambiado su estructura social. El fascismo es un instrumento en las manos del capital financiero y no de los terratenientes feudales. Un programa revolucionario debe basarse en la dialéctica de la lucha de clases, la cual rige también en los países fascistas, y no en la psicología de los fracasados y aterrorizados. La Cuarta Internaciona rechaza con repugnancia la mascarada política, que incitó a los stalinistas, los ex héroes del Tercer Período a presentarse sucesivamente disfrazados de católicos, protestantes, judíos, alemanes nacionalistas y liberales sólo con el fin de ocultar su fisonomía repelente. La Cuarta Internacional, siempre y en todas partes, se presenta bajo su propia bandera. Propugna abiertamente su propio programa al proletariado en los países fascistas. Los trabajadores más avanzados de todo el mundo ya están firmemente convencidos de que el derribamiento de Mussolini, Hitler y sus agentes e imitadores sólo será un hecho bajo la dirección de la Cuarta Internacional. 51