BourgeoisieCominternDemocracyFascismMarxismStrikeUnited FrontWorkers MovementWorking Class

CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxisia CLAVE pequeña. Por su esencia misma, representa el aparato político de la explotación de la pequeña burguesía por el imperialismo. La alianza con el Partido Radical no es, en consecuencia, una alianza con la pequeña burguesía sino con sus explotadores. Realizar la verdadera alianza de los obreros y de los campesinos sólo es posible si se enseña a la pequeña burguesía cómo libertarse del partido radical, como arrojar de una vez por todas, el yugo de éste. Sin embargo, el Frente Popular obró en sentido directamente opuesto; los socialistas y los comunistas, al entrar en este frente, se echaron encima la responsabilidad del partido radical y lo ayudaron, así, a explotar y a engañar a las masas populares.
En 1936, socialistas, comunistas y anarco sindicalistas ayudaron al Partido Radical a enfrentar y a deshacer el poderoso movimiento revolucionario. En los dos últimos años y medio, el gran capital logró reponerse un poco de su espanto. El Frente Popular, una vez cumplido su papel de freno, no representó para la burguesía más que una dificultad inútil. Así cambió la orientación internacional del imperialismo francés. La alianza con la fué considerada como de poco valor y de gran riesgo, y el acuerdo con Alemania, necesario. Los radicales recibieron del capital financiero esta orden: romper con los aliados, los socialistas y los comunistas. Como siempre, cumplieron la orden sin vacilar.
La ausencia de oposición entre los radicales al cambiarse el frente, demostró una vez más, que este partido es imperialista por esencia y democrático de palabra. El Gobierno radical, despreciando todas las lecciones de la Comintern, sobre el frente único de las democracias se aproximó a la Alemania fascista y, de paso, como era evidente, retiró todas las leyes sociales que habían sido el producto accesorio del movimiento obrero de 1936.
Todo se llevó a cabo de acuerdo con las estrictas leyes de la lucha de clases; por esta causa, eso podía ser previsto, como lo fué en efecto.
Pero los socialistas y los comunistas, pequeño burgueses ciegos, se encontraron cogidos de improviso y ocultaron su desconcierto con una declamación vacía. Cómo! Ellos, patriotas y demócratas, ayudaron a restablecer el orden, aplastaron al movimiento obrero, prastaron servicios inapreciables a la república, es decir, a la burguesía imperialista, y ahora se les pone en la puerta sin ceremonia. En realidad, si fueron arrojados, es precisamente por haber prestado a la burguesía todos los servicios enumerados antes. La gratitud jamás ha sido, hasta ahora, un factor de la lucha de clases.
El descontento de las masas engañadas es grande. Jouhaux, Blum y Thorez están obligados a hacer cualquier cosa para no perder definitivamente su crédito. En respuesta al movimiento espontáneo de los obreros, Jouhaux proclama la huelga general, la protesta de los brazos cruzados. Protesta legal, pacífica, completamente inofensiva. Sólo por 24 horas explica Jouhaux con una sonrisa deferente dirigida a la burguesía. El orden no se trastornara, los obreros guardarán una calma digna, ni un cabello caerá de la cabeza de las clases dominantes. El mismo Jouhaux, lo garantiza. No me conocéis, señores banqueros, industriales y generales. Habéis olvidado como os salvé durante la guerra de 1914 1918? Por su parte, Blum y Thorez secundan al Secretario General de la Unicamente una protesta pacífica, una pequeña protesta simpática, patriótica. Mientras tanto, Daladier moviliza las categorías importantes de obreros y prepara las tropas. Frente al proletariado con los brazos cruzados, la burguesía, libertada de su pánico gracias al Frente Popular, no se prepara, de ninguna manera, a cruzar los brazos: tiene la intención de utilizar la desmoralización engendrada por el Frente Popular en las filas de los obreros para asestar un golpe decisivo. En estas condiciones, la huelga sólo podía terminar con un fracaso.
Los obreros franceses acababan de pasar por un tumultuoso movimiento huelguista con ocupación de fábricas. Para ellos, la etapa siguiente sólo podía ser una verdadera huelga general revolucionaria que pusiera la conquista del poder en la orden del día. Nadie indica ni puede indicar a las masas otra salida a la crisis interior, ningún otro medio de lucha contra el fascismo que viene y la guerra que se aproxima. Todo proletario francés que reflexiona, comprende que al día siguiente de una huelga teatral de 24 horas, con los brazos cruzados, la situación no será mejor, sino peor. Sin embargo, las categorías más importantes de obreros corren el peligro de pagar cruelmente. con la pérdida del trabajo, con multas, con prisión ¿En nombre de qué? En ningún caso se alterará el orden, jura Jouhaux. Todo quedará en su lugar. la propiedad, la democracia, las colonias, y con ello la miseria, la vida cara, la reacción el peligro de guerra. Las masas son capaces de aportar grandes sacrificios, pero quieren tener ante ellas una gran perspectiva política. Tienen que saber claramente cuál es el fin, cuáles son los métodos, cuál es el enemigo. Sin embargo, los dirigentes de las organizaciones obreras han hecho todo para extraviar y desorientar al proletariado. Todavía ayer, el partido radical era glo. a 6