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Tribuna Marxista CLAVE CLAVE Tribuna Marxista se verán en un campo de concentración si. no huyen a tiempo. Una vez en los campos de concentración, probablemente al fin comprendan el sentido de las advertencias que por primera vez les damos.
UNA LECCION MAS prensible. El deber elemental del marxista revolucionario consis te en realizar un trabajo sistemático en las organizaciones de masas del proletariado y, en primer lugar, en los sindicatos. Este deber se lo reparten la la y, en general, todas las organizaciones sindicales. Pero un trabajo perseverante en el interior de los sindicatos, la educación de los miembros de la baso en el espíritu del marxismo revolucionario, están tan alejados de la política de los bloques aventureros con jefes sindicales corrompidos, como el cielo de la tierra. Quien presta el pulgar al diablo, arriesga toda la mano. Pero no hay un sólo marxista revolucionario que preste, no digamos el pulgar, pero ni siquiera una uña a la actual pandilla dirigente de la Una lucha implacable contra ella, frente a la clase obrera, es el deber revo lucionario elemental. El señor Ramírez y sus compadres deben ser expuestos para siempre en la picota, por la vanguardia proletaria! X La pandilla de Toledano Laborde organiza persecuciones fisicas contra la ataques contra su sede y sus mítines; saboteo técnico, transmisiones de radio, etc. Esta especie de gangsterismo, puesta en circulación en el movimiento obrero mundial por Stalin, no tiene nada de común con una verdadera lucha contra la reacción; no es más que un medio ordinario que las diversas pandillas de la aristocracia obrera usan para arreglar sus cuentas entre sí. La labor de la política revolucionaria no consiste en impedir mecánicamente que un jefe sindical se exprese, sino en enseñar a las masas a desconfiar de los jefes reaccionarios y a expulsarlos, Es imposible no observar de nuevo que los stalinistas, imitando a su amo, para sus fines emplean cada vez más impúdicaca y abiertamente toda clase de represiones totalitarias. pero como en México no tienen el poder, se ven obligados a limitarse a la lucha interna en la clase obrera. Los métodos totalitarios en el Estado burgués, es decir, en una sociedad basada sobre la propiedad privada, no son otra cosa que fascismo. En este sentido, los procedimientos de Toledano Laborde abren el camino a la dictadura fascista. Todas las restricciones a la democracia en la sociedad burguesa, a fin de cuentas caen con todo su peso sobre la clase obrera. Los verdaderos precursores del fascismo en México no son solamente Ramírez, agente de la reacción abierta, sino también los stalinistas Laborde y Toledano. Sin embargo, no hay que creer que alcanzarán la absolución bajo la dictadura fascista que preparan. No, en caso de victoria de ésta. 2A PROPOSITO DE LA CONFERENCIA DE LIMA El trabajoso alumbramiento de la resolución llamada de solidaridad en Lima, acababa de terminarse en los momentos en que entraba en prensa este número de CLAVE. Nos vemos, pues, en la imposibilidad de exponer aquí un análisis detallado de la Conferencia Panamericana. Lo haremos en nuestro próximo número.
Por lo pronto, nos limitaremos a expresar apresuradamente algunas conclusiones sumarias, pero inquebrantables y al mismo tiempo instructivas.
La América Latina es un punto de apoyo absolutamente indispensable para la agresión mundial de los Estados Unidos. No se trata, por lo tanto, para la Casa Blanca de defender las democracias de América, sino de defender a ésta como tal, para los Estados Unidos. Los agrupamientos de países latinoamericanos frente a los Estados Unidos nada tienen que ver con la línea de separación entre la democracia y el fascismo. Son la posición geográfica y estratégica, así como los intereses comerciales, y no la forma política, los que han determinado la actitud de cada país frente a las exigencias piadosas e hipócritas de Cordell Hull, el que tenía a su favor a algunas de las más brutales dictaduras y en su contra a países que se aproximan a la democracia.
Es evidente que la política de Roosevelt, es decir, la del imperialismo amistoso y sonriente, ha quebrado; lo que constituye un complemento bastante natural de la quiebra del New Deal en la política interior de los Estados Unidos. La conclusión que habrá de formular que formula ya el capital americano, es bastante clara: nada serio puede obtenerse mediante concesiones a los obreros, en la vida interior, ni mediante concesiones a los pueblos bárbaros en el dominio de la política exterior. El formidable programa de armamento de los Estados Unidos da un elocuente relieve a la derrota diplomática de Cordell Hull en Lima.
Para el Nuevo Continente también, una época de hierro va a iniciarse. Nada de ilusiones ni de espejismos pacifistas. Es solamente por medio de la lucha revolucionaria que los pueblos latinoamericanos, lo mismo que el proletariado de los Estados Unidos, podrán conseguir su emancipación.