BourgeoisieCentrismHitlerIV InternationalMarxismStalinismTrotskyismWorking Class

CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE el tejedor, hace todo lo posible para rugir como paloma. Los conocemos, no son recién llegados. Los Fenner Brockway, los Walcher, los Brandler, los Sneevliet, los Pivert, así como los elementos expulsados de la Cuarta Internacional, han dispuesto de años, de decenas de años algunos de ellos, para revelar su eclecticismo incorregible en la teoría, su esterilidad en la práctica. Son menos cínicos que los stalinistas y están un poco más a la izquierda que los social demócratas de izquierda. Esto es todo lo que puede decirse de ellos! Por eso, en el cuadro de las Internacionales, hay que marcarlos con el número 118 1 Con fondo o sin fondo entrarán en la historia como una asociación de limones exprimidos. Cuando, bajo los golpes de la guerra, las masas lleguen al movimiento revolucionario, no preguntarán la dirección del Buró de Londres.
Perspectivas.
en ninguna parte del mundo, una nueva organización compuesta por elementos jóvenes, frescos, sobre la base de un programa propio. Ningún grupo revolucionario se colocará bajo esta bendera que no tiene pasado ni porvenir. En los países coloniales, el Buró de Londres no tiene ni sombra de influencia. Podemos considerar esto como una ley: la organización revolucionaria que en nuestra época imperialista no es capaz de extender sus raíces a las colonias, está condenada a vegetar miserablemente. Cada uno de estos grupos que se han sobrevivido a sí mismos, se mantiene por inercia, no por la fuerza de las ideas.
La organización que posee el pasado revolucionario más serio en ese medio, el hasta hoy ha sido incapaz de revisar valientemente su política centrista, que fué una de las causas más importantes del desastre de la revolución española. Los otros miembros de la unión son más incapaces, todavía, de crítica y de autocrítica. Un espíritu de diletantismo marchito se cierne sobre toda esta organización.
Es verdad que alrededor de la bandera de la Cuarta Internacional se reunieron, en sus primeros tiempos, no pocos deshechos. Pero se llevó a cabo un trabajo de selección, de depuración, de reeducación, sobre la base de una teoría científica y de un programa exacto. Este trabajo, cuyo sentido y cuya importancia jamás han comprendido los filisteos, se ha realizado, y se realiza, en una atmósfera de discusión libre, abierta y paciente. Quien no ha soportado esta prueba, ha demostrado que no sirve para edificar una Internacional revolucionaria. Deshecos desarraigados, gastados, expulsados de todas partes, han entrado en el fondo del centrismo internacional. Este sólo hecho los señala a todos con un estigma de invalidez irremedia1 le. En un instante de lucidez, Marceau Pivert proclamó hace algunos años: la tendencia de la clase obrera que conduce a la lucha contra el trotskismo, se caracteriza, por eso mismo, como una tendencia reaccionaria. Esto no ha impedido, como vemos, que Pivert, centrista nato que separa la acción de la palabra, se Jaya unido al Buró de Londres que trata de adquirir fisonomía alejándose convulsivamente del trotskismo.
Sin embargo, no es difícil prever que la burguesía, los reformistas y los stalinistas calificarán de trotskistas o de semitrotskistas a estos creadores de fondos. Parcialmente, por ignorancia, pero sobre todo para obligarlos a excusarse, a justificarse, a definirse. el Buró de Londres no dejará de jurar con todas sus fuerzas que no es trotskista, y que si algunas veces ha rugido como el león, a la manera de su abuelo Bottom. 50Todas las fuerzas y todos los resortes fundamentales de la guerra pasada, han vuelto a ponerse en juego en una forma incomparablemente más violenta y abierta. El movimiento sigue caminos ya trazados, por eso los ritmos son más rápidos. En la actualidad, nadie cree, como en vísperas de 1914, en la inviolabilidad de las fronteras o en la estabilidad de los regímenes. Esto es una enorme ventaja para el partido revolucionario. Si en vísperas de la guerra pasada, las propias Secciones de la Segunda Internacional aun no sabían cuál iba a ser su conducta al día siguiente y adoptaban resoluciones archi revolucionarias; si los elementos de izquierda no han podido salir del pantano pacifista más que poco a poco, buscando su camino a tientas, en la actualidad todas las posiciones de partida están ocupadas con precisión desde antes de la guerra. Nadie espera una política internacionalista de parte de los partidos social demócratas que, por otra parte, sólo ofrecen la defensa de la patria. Al salir de la Segunda Internacional los social patriotas checos, comenzó la división oficial de ésta, de acuerdo con las líneas nacionales. La política de la Tercera Internacional también está trazada de antemano, casi con la misma claridad: el pronóstico se complica en este caso, en un grado muy débil, con un elemento de aventurerismo. Si los social demócratas y los ex comunistas alemanes e italianos son derrotistas platónicos, es únicamente porque Hitler Mussolini no les permiten ser patriotas. Pero en todas partes en donde la burguesía continúa alimentando a la burocracia obrera, los social democrátas y los ex comunistas 51