BourgeoisieCominternCommunismCommunist PartyDemocracyMarxismOpportunismSocial DemocracySocialismSocialist HomelandStalinStalinism

Tribuna Marxista CLAVE Tribuna Marxista CLAVE El comu patriotismo El desarrollo monstruosamente rápido del oportunismo soviético se explica por razones análogas a las que, una generación antes, habían llevado al apogeo al oportunismo en los países capitalistas: el parasitismo de una burocracia obrera que ha logrado resolver su cuestión social sobre la base del desarrollo de las fuerzas productivas de la Pero como la burocracia soviética es incomparablemente más fuerte que la burocracia obrera de los países capitalistas, como el pesebre de que dispone se distingue por una capacidad casi infinita, nada tiene de asombroso que la variedad soviética de oportunismo baya alcanzado de golpe un carácter particularmente pérfido y vil.
Por lo que hace al ex Comintern propiamente hablando, su base social tiene un doble carácter: por una parte, vive de los subsidios del Kremlin, está sometida a las órdenes de éste y, en este sentido, el burócrata ex comunista es el hermano menor y subalterno del burócrata soviético. Por otra parte, los diversos aparatos del ex Comintern beben en las mismas fuentes que la social democracia, es decir, en los sobre beneficios del imperialismo nacional. El crecimiento de los partidos comunistas en los últimos años, su penetración en las filas de la pequeña bur.
guesía, su instalación en el aparato estatal, en los sindicatos, en los parlamentos, en las municipalidades, etc. ha reforzado en una forma extraordinaria su dependencia hacia el imperialismo nacional, en detrimento de su dependencia hacia el Kremlin.
Hace diez años se predijo que la teoría del socialismo en un solo país conduciría inevitablemente al desarrollo de tendencias nacionalistas en las secciones del Comintern. Esta predicción se han transformado en un hecho manifiesto. Pero hasta estos últimos tiempos, el comu patriotismo francés, británico, belga, che coeslovaco, americano, etc. parecía ser, y hasta cierto grado lo era, el reflejo de los intereses de la diplomacia soviética (la defensa de la En la actualidad se puede predecir con seguridad el advenimiento de una nueva etapa. El aumento de los antagonismos imperialistas, la cercanía manifiesta del peligro de guerra y el aislamiento, también manifiesto, de la reforzarán infaliblemente las tendencias nacionales centrífugas en el interior del ex Comintern. Cada una de sus seccio.
nes comenzará a desarrollar una política patriótica por su propia cuenta. Stalin ha reconciliado a los partidos comunistas de las democracias imperialistas con su burguesía nacional. Esta 46 DI etapa ha sido sobrepasada en la actualidad. El conciliador bonapartista ha cumplido su tarea. Desde ahora, los comu patrioteros tendrán que preocuparse por su propia suerte, cuyos intereses no siempre coinciden con la defensa de la Cuando el americano Browder juzgó que era posible declarar ante la comisión senatorial, que en caso de guerra entre los Estados Unidos y la su partido estaría con su patria bien amada, es posible que él mismo considerara esta frase como una simple estratagema de guerra. Pero en realidad, la respuesta de Browder es el síntoma infalible de cambio de la orienta.
ción hacia Moscú a la orientación nacional. La estratagema de guerra surgió de la necesidad de adaptarse al patriotismo imperialista. La cínica grosería de esta estratagema (pasar de la patria de los trabajadores a la república del dólar)
revela toda la produndidad de la degeneración sufrida, toda la fuerza de la dependencia de las Secciones del Comintern hacia la opinión pública de la burguesía.
Quince años de depuraciones ininterrumpidas, de depravación y de corrupción han conducido a la burocracia del Comintern a un estado tal de desmoralización que ha sido capaz de tomar abiertamente en sus manos la bandera del social patriotismo. Los stalinistas (bien pronto habrá que decir: los anti stalinistas) están muy lejos de haber inventado la pólvora; no han hecho más que tomar por su cuenta los clichés más gastados del oportunismo pequeño burgués. Pero al propagarlos, han introducido en ellos el furor de advenedizos revolucionarios que han hecho de la calumnia totalitaria, del chantage y del asesinato, los métodos normales de la defensa de la democracia. En cuanto a los viejos reformistas clásicos, que se lavan las manos inocentemente ante cada caso desagradable, han sabido utilizar el sostén de los nuevos reclutas del patrioterismo.
En el país imperialista que durante la guerra se encuentre al lado de la si hay uno. la sección del Comintern defenderá. evidentemente, a Moscú. Sin embargo, el valor de esta defensa no será grande, pues en ese país todos los partidos defenderán a la para no comprometerse ante el aliado imperialista. Moscú ordenará, sin duda, que el partido comunista no grite demasiado fuerte y probablemente tratará de disolverlo. Por el contrario, en los países del campo opuesto, es decir, precisamente en los que Moscú necesitaría defensores, los ex partidos comunistas estarán completamente al lado de su patria imperialista: será incomparablemente menos 47