AnarchismBolshevismBourgeoisieCapitalismDemocracyFascismMarxismRussian RevolutionSocial DemocracySocialismStalinismURSSWorkers MovementWorking Class

CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE (6 el hecho de que frenos paralizantes le impiden realizar su misión emancipadora; frenos menos potentes que los del propio capitalismo, pero más sutiles e insidiosamente fabricados, y gracias a los cuales, los partidos tradicionales del trabajo. la II y la III Internacionales han logrado atar de pies y manos al proletariado.
Los jefes de la II Internacional obran como agentes directos del imperialismo democrático ayudándolo a amortiguar los choques de la lucha de clases y esperando preservar, así, su posición en la democracia capitalista declinante. Los jefes de la TII, traicionando todos sus principios e ideales tradicionales, se han convertido en un instrumento de la burocracia soviética. Las dos viejas Internacionales difieren, en la actualidad, en la medida en que difieren la burguesía anglo franco americana y la pandilla stalinista dirigente.
En lugar de enviar el cadáver putrefacto del capitalismo a los limbos de la Historia, la social democracia y el stalinismo se unen para blanquearlo y preservarlo. Desde hace largo tiempo han abandonado la lucha de clases; ambos concentran sus esfuerzos para arrastrar a la clase obrera al servicio del capitalismo, en nombre de una democracia y de un Frente Popular falsificados; en lugar de destruir al monstruo, sostienen el dominio de los pueblos coloniales por sus imperialismos respectivos y ofrecen su ayuda militar con el mismo fin Ninguna de las dos viejas internacionales ha sido capaz de organizar la resistencia proletaria contra el fascismo en Alemania o en Austria. Aun en España, en donde el proletariado. a сuyo lado nos mantenemos con firmeza y entusiasmo. ha mostrado su incapacidad para luchar efectivamente contra la bestia fascista; los viejos partidos han minado su resistencia y han exterminado brutalmente a las fuerzas revolucionarias en la retaguardia de su propio frente, conduciéndose como agentes del imperialismo anglo francés y de la burocracia de Moscú.
En realidad, al abandonar la vigilancia de clase de los obreros, al abandonar la independencia del movimiento obrero, subordinándolo a la burguesía democrática, han facilitado la victoria del fascismo, cuyo fin, que es aplastar al proletariado como movimiento independiente y como clase, ha sido cumplido parcialmente, de antemano, por las viejas Internacionales.
No menos traidor es el papel desempeñado por la social democracia el stalinismo frente al peligro de guerra inminente.
Con mayor cinismo que la II Internacional antes de la última guerra, cuando ésta adoptaba, cuando menos formalmente, una po38 sición anti guerrera, las dos Internacionales reclaman ahora la responsabilidad de conducir a las masas a la carnicería.
Las dos Internacionales no tienen el deseo ni la posibilidad de organizar la lucha contra la guerra imperialista que viene. Por el contrario, completamente corrompidos por el social patriotismo y enarbolando el estandarte de piratas del imperialismo democrático, los social patriotas obran como sargentos reclutadores del imperialismo.
El papel que ambas Internacionales desempeñan en la defensa de la Unión Soviética es igualmente perfido. No defienden a la gran Revolución rusa, sino a la burocracia reaccionaria usurpadora; no plantean las bases de la sociedad socialista sino que.
minan los cimientos colocados hace 20 años por las masas rusas bajo la dirección de los bolcheviques.
Nosotros, la IV Internacional, defensores leales de la contra todos sus enemigos de afuera y de adentro, acusamos al stalinismo de haber sometido la vida económica del país a los intereses de la pandilla burocrática de la cúspide. Partidarios de la verdadera demoeracia proletaria acusamos al stalinismo de haber privado a las masas soviéticas de todas las grandes libertades conquistadas por ellas con las armas en la mano.
La burocracia reaccionaria ha establecido en la un odioso Estado totalitario, gracias a un régimen sangriento y de terror continuo, complementado con los ataques de gangsterscontra los revolucionarios en el extranjero y con la corrupción del movimiento obrero e intelectual. Este régimen desacredita el nombre de socialismo. Los sedicentes partidos comunistas no son más que agencias a sueldo de este régimen totalitario, cuyo único fin mundial es el mantenimiento del statu quo imperialista.
La II Internacional sólo difiere del stalinismo por su crítica puramente verbal y superficial. El bonapartismo mina a la revolución bolchevique. X El proletariado mundial no puede avanzar sin romper las cadenas que lo unen a las viejas internacionales y a su política. El anarquismo que en España demostró que es prisionero de su propia doctrina, y que capituló ante la burocracia en nombre del Frente Popular, no puede realizar esta ruptura. Igualmente fútiles son los pequeños centristas, unidos en la Oficina de Londres, que rehusan romper claramente con las viejas internacionales, lanzándose en el camino de una lucha de clases consecuente, hacia el socialismo internacional revolucionario.
Sólo haciendo revivir las grandes tradiciones del marxismo. 39