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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE La Prostitución de la Dialéctica Siempre he pensado que el interés secundario manifestado por Marx, a lo largo de toda su obra, por expresar detenida y académicamente su concepción de la dialéctica Materialista, encerraba una enseñanza, y no sólo el motivo de las jeremiadas que entonan quienes prentenden conti.
nuarlo marcando el paso sin cambiar de sitio.
Ese relativo desinterés de Marx, fué en efecto, compensado ge.
nerosamente por él con la constante aplicación de la nueva dialéctica: al estudio de la realidad económica y social del capitalismo. Más que ocuparse de analizar especulativamente la fisonomía del método, modelo en él la actividad toda de su pensamiento y de su acción revolucionarios. esa tradición de vivir la dialéctica más que conversarla, de hacer que lo racional devenga real, ha sido mantenida por los mejores repre.
sentantes del marxismo. Engels y Lenin, para sólo hablar de los muer.
tos, no abordaron tampoco las cuestiones abstractas de la dialéctica, si.
no cuando a ello los empujó la polémica (Anti Duhring, Empiriocriticis.
mo. es decir, la lucha revolucionaria directa, que constituyó la preoeupación de preferencia en su vida.
No quiere eso decir que la especulación filosofica haya de ser aje.
na al pensamiento revolucionario. No estamos formulando una regla sino tratando de interpretar un hecho continuado a través de las tras existencias más importantes que conoce la historia del proletariado. Todas consagradas íntegramente a la actividad revolucionaria; todas tan.
didas a un sólo fin: la destrucción del sistema de explotación capitalista.
En todas encontramos tácitamente resuelta la cuestión de la dialéctica por el camino del pensamiento revolucionarie concreto y de la activi.
dad práctica revolucionaria. Quiero decir, los tres dieron primacía a las tareas doctrinarias prácticas que eran susceptibles de entrañar un avance inmediato en la lucha histórica (concreta) de la clase trabajadora, dejando para más tarde el trabajo académico de formular una exposición sistemática del método dialéctico materialista De hecho, fué nara nunca. cambio de eso, cada momento de su acción de su pensamiento constituye un ejemplo de continuada aplicación de la concepción dialéctica nueva.
Esa primacía de la práctica, en su sentido más amplio, sobre la es.
peculación, fuertemente marcada por la undécima tesis de Marx sobre Feuerbach, indica que los fundadores tanto como Lenin, consideraron que las tareas inmediatas de quienes pretenden guiar al proletariado a la victoria, no consisten en forjar sistemas escolares de pensar, ni en esne.
cular sobre los elementos de la tríada hegeliana, ni en contemplar plá.
cidamente un mundo que por ser real es racional. comprobando esté.
rilmente las negaciones de negaciones, como si contáramos los señores barbados que pasan por la calle. Ellos tuvieron, por el contrario, como trabajo propio del revolucionario, la práctica revolucionaria, es decir, la lucha política, doctrinaria o directa, siempre enderezada a una fi.
28 DIE nalidad histórica, es decir, concreta y práctica. en eso, encuentro yo una enseñanza. el ejemplo cobra un valor actual y mayor, cuando observamos esa corriente de marxismo, especulativo o académico que ha venido desaTrollándose en los últimos años, con fuerza creciente, y en la que ocupa un lugar preponderante, simbólicamente, la cuestión de la dialéctica, en su fisonomía más hegeliana que marxista, más heredera de la racionali.
dad de lo real que de la realidad de lo racional, Ese movimiento escolástico denuncia, en efecto, cierta tendencia profunda a despojar el marxismo de su contenido activo, político, direotamente revolucionario, para convertirlo en un espantajo para susto de ti.
moratos y, sobre todo, en instrumento de fijación de la historia y de justificación de las realidades de nuestro tiempo. Llena este movimiento de fuga hacia las humaredas hegelianas, un papel tristemente concreto en las luchas de nuestra época. No obedece, claro está, a capricho e a temperamento de quienes intervienen en la lucha, sino a las mismas cau.
sas determinantes que encontramos en el fondo de todas las desfigureciones y traiciones de los capituladores del movimiento revolucionario.
Trátase de dar a la fase stalinista, el carácter de eternidad que Hégel quiso ofrecer al Estado prusiano de Federico Guillermo III y que hoy también, los otros neo hegelianos fascistas de la calaña de Gentile ofre.
cen al Estado totalitario de Mussolini. Trátase de recoger, como hemos insinuado ya, el otro filo de la dialéctica hegeliana: todo lo real, como el Estado knuto soviético de Stalin, es racional, es dialéctico. corresponde esa corriente de estabilización, de amortiguación de la lucha de clases. según la feliz expresión del Lic. Lombardo Toledano, al prometer su apoyo al Presidente Ortiz Rubio en memorable entre vista, a las realidades políticas y sindicales que ha conseguido, en la práctica, organizar el racket mundial que sirve los intereses burócratas de Moscú. También de ellas ha desaparecido todo contenido revolucionario; su objeto es igualmente servir de mampara al espíritu demócrata patriotero y su fraseología demagógica desempeña el papel de los vacuos filosofeos sobre la dialéctica, empeñar al proletariado en una labor de pataleo verbal, desviarlo de la lucha por sus propios objetivos, ponerlo al servicio de una burguesía que es hoy hermana siamesa de la burocracia del knut.
Es evidente que los marxistas resueltos a mantener, en la teoría y en la práctica, el sentido revolucionario del socialismo científico, por ello mismo deben ocuparse de la simulación seudofilosófica de los nuevos revisionistas. No para caer en la lucubración especulativa de éstos, sino para desenmascararla y revelar el motor oculto de la farsa ideológica que encierra. Claro que semejante tarea implica un análisis de los conceptos fundamentales de la dialéctica materialista, lo mismo que de las tendencias confusionistas que han nacido como hongos del lodo staliniano.
Más aún, sería necio pretender que la concepción original de Marx contiene la totalidad y la eternidad de lo posible en cuanto al método del materialismo revolucionario. Precisa inventariar las nuevas aportacio.
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