BourgeoisieCommunismDemocracyFascismIV InternationalMarxMarxismSocialismStalinStalinismWorking Class

Tribuna Narxista CLAVE CLAVE Tribuna Marxista jo todas sus máscaras y a despreciarlos, cualesquiera que ellas sean, tal es la prinera y principal abligación del revolucionario.
EL DESENLACE La dictadura de los stalinistas en el campo republicano, por su misma naturaleza, no será de larga duración. Si las derrotas provocadas por la política del Frente Popular arrojan una vez más al proletariado español en una ofensiva revolucionaria, esta vez con éxito, la pandilla stalinista será barrida definitivamente. Pero, si, lo que por desgracia, es más probable, Stalin logra conducir su trabajo de enterrador de la revolución hasta el fin, aún en este caso el no ganará el agradecimien.
to. La burguesía española ha tenido necesidad de él como verdugo, pero no le es útil como protector o preceptor. Londres y París de una parte.
Berlin y Roma de la otra, son a sus ojos firmas mucho mas serias que Moscú. Es posible que Stalin mismo trate de retirarse de España antes de la catástrofe definitiva: El espera de este modo hacer caer la responsabilidad de la derrota sobre sus aliados más cercanos. Después de lo cual, Litvinov solicitará de Franco el reestablecimiento de relaciones diplomáticos. Es algo que ya hemos visto mas de una vez, Por todo ello, aun la victoria militar completa del ejército republicano sobre el general Franco, no significará de ningún nodo el triunfo de la democracia. Los obreros y los campesinos han llevado dos veces a los republicanos y sus agentes de izquierda al poder: en abril de 1931 y en febrero de 1936. Las dos veces los héroes del Frente Popular han cedido la victoria del pueblo a los representantes más reaccionarios y naás serios de la burguesía. La tercera victoria lograda por los generales del Frente Popular significadá su acuerdo inevitable con la burguesía fascista, sobre las espaldas de los obreros y de los campesinos. Tal régi.
men no será más que otra forma de dictadura militar, aunque puede ser sin monarquía ni la dominación abierta de la iglesia católica.
En fin, es posible que las victorias parciales de los republicanos sean utilizadas por los intermediarios anglo franceses desinteresados para reconciliar a los beligerantes. No es difícil comprender que, en caso de semejante variante, los últimos restos de democracia serán apagados en los abrazos fraternales de los generales Miaja (comunista) y Franco (fascista. Una vez más: sólo pueden vencer la revolución socialista o el fascismo.
No se puede excluir la posibilidad de que la tragedia de lugar, en el último momento, a una farsa. Cuando los héroes del Frente Popular deban abandonar su última capital, antes de subir al barco o al avión, puede ser que proclamen una serie de reformas socialistas. para dejar de ellos un buen recuerdo al pueblo. No obstante, ello no les servirá de nada.
Los obreros del mundo entero se recordarán con odio y desprecio de los partidos que han conducido a su pérdida una revolución heroica.
La experiencia trágica de España es una advertencia amenazante puede ser la última advertencia antes de acontecimientos todavía más 20 graves dirigida a todos los obreros avanzados del mundo. Según las palabras de Marx, las revoluciones son las locomotoras de la historia.
Ellas avanzan más de prisa que el pensamiento de los partidos revolucionarios a medias. El que se detiene, cae bajo las ruedas de la locomotora, por otra parte y éste es el principal peligro la locomotora misma se descarrila frecuentemente. El problema de la revolución debe ser pene.
trado hasta el fondo, hasta sus últimas consecuencias concretas. Es necesario conformar la política a las leyes fundamentales de la revolución, esto es: al movimiento de clases en lucha y no a los prejuicios y a los temores de los grupos pequeño burugeses superficiales que se intitulan Frente Populares y muchos otros frentes. La línea de menor resistencia se convierte en la revolución en la línea del peon fracaso. El miedo de aislarse de la burguesía, conduce a aislarse de las masas. La adapta.
ción a los prejuicios conservadores de la aristocracia obrera, significa la traición a los obreros y a la revolución. Los excesos de prudencia. constituyen la imprudencia más funesta. Tal es la principal lección de el hundimiento de la organización política más honesta de España, el partido centrista. Los partidos y los grupos del Bureau de Londres no desean o no saben, manifiestamente, sacar las conclusiones ne.
cesarias de la última advertencia de la historia. Por eso, ellos mismos es.
tán destinados a la catástrofe.
Por el contrario, existe ahora una generación de revolucionarios que se educa en las lecciones de las derrotas. Ella ha comprobado en los he.
chos la reputación de ignominia de la Segunda Internacional. Ella ha medido la profundidad de la caída de la Tercera Internacional. Ella por sus actos. Gran escuela inapreciable, pagada con la sangra de inu.
merables combatientes. Los cuadros revolucionarios se rehacen ahora únicamente bajo la bandera de la Cuarta Internacional. Esta ha nacido bajo el ruido de las derrotas, para conducir los trabajadores a la victo.
ria.
Coyoacán, 17 12 37.
DI. 21