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Tribuna Marxista CLAVE un régimen de dictadura del proletariado; por lo demás, la verdad es que toman esas medidas, no de la dictadura del proletariado, sino de sus usurpadores bonapartistas. En otras palabras, envenenan la ya enferma democracia burguesa, con el virus de la podrida burocracia stalinista.
CLAVE Tribuna Marxista el Estado burgués. pesar de que México es un país semi colonial, también es un Estado burgués, y en ningún caso, un Estado obrero. Sin embargo, aun desde el punto de vista de los intereses de la dictadura del proletariado, la prohibición de los periódicos burgueses o la censura de ellos no son, en el más mínimo grado, un programa ni un princi.
pio o un régimen ideal. Ttales medidas pueden únicamente ser un mal inevitable y temporal.
Una vez en el timón, el proletariado puede verse forzado, durante un pierto período, a usar medidas excepcionales contra la burguesía, si ésta Se coloca en una posición abierta de rebeldía contra el Estado obrero. En este caso, la restricción de la libertad de prensa va de la mano con todas Jas otras medidas que se toman para sostener la guerra civil. Naturalmente, si se ve uno forzado a apuntar la artillería y a dirigir la aviación contra el enemigo, no puede uno permitir a ese mismo enemigo, mantener sus propios centros de información y propaganda dentro del campo armado del proletariado. Sin embargo, aun en este caso, si las medidas excepcionales se extienden hasta convertirse en un régimen prolongado, llevan en sí mismas el peligro de un completo desenfreno y de un monopolio poZítico de la burocracia obrera, pudiendo llegar hasta ser una de las fuentes de su degeneración.
Tenemos enfrente un ejemplo viviente, en la odiosa supresión de la Jibertad de palabra y de prensa que se practica ahora en la Unión Soviética. Nada de común tiene con los intereses de las dictaduras del proletariado. Al contrario, está encaminada a proteger los intereses de la nueva casta gobernante contra al oposición de los obreros y campesinos. Es precisamente esta burocracia bona partista de Moscú la que está siendo Simitada por los Sres. Lombardo Toledano y compañía, que identifican su carrera personal con los intereses del socialismo.
Las tareas reales del Estado proletario consisten, no en colocar a la opinión pública una mordaza policíaca, sino en liberarla del yugo del capital. Esto puede realizarse únicamente por medio del paso de los medios de producción, inclusive los de la producción de la publicidad, a manos de la sociedad entera. Una vez llevada a cabo esta medida socialista básica, sodas las corrientes de la opinión pública que no luchen contra la dictadura del proletariado, armas en mano, deben tener la posibilidad de expresarse libremente. El Estado obrero tiene la obligación de poner a lisposición de ellas, los medios técnicos necesarios (imprentas, papel, transporte, etc. en relación con la importancia numérica de esas corrientes en el país. El hecho de que la burocracia stalinista haya monopolizado la prensa constituye una de las principales fuentes de descomposición del aparato del Estado y amenaza todas las conquistas de la Revolución de Octubre, con una completa ruina.
Si buscáramos ejemplos de la influencia fatal de la Comintern sobre el movimiento obrero en los diferentes países, esta campaña de Lombardo Toledano ofrecería uno de los casos más sorprendentes de esa especie Toledano y sus correligionarios intentan, ante todo, introducir en el régimen de la democracia burguesa, los medios y los métodos que, bajo ciertas condiciones y temporalmente, pueden llegar a ser inevitables en La anémica democracia mexicana se encuentra constantemente en peligro mortal por dos lados; por el lado del imperialismo extranjero y por el de los agentes reaccionarios del interior, en cuyas manos están concentradas las publicaciones de más amplia circulación; pero únicamente los ciegos y los tontos pueden pensar que los obreros y campesinos pueden libertarse de la influencia de las ideas reaccionarias mediante la prohibición de la prensa reaccionaria. En realidad, sólo la mayor libertad de palabra, de prensa y de reunión, pueden crear las condiciones favorables para el desarrollo del movimiento revolucionario de la clase obrera.
La lucha irreconciliable contra la prensa reaccionaria, es un imperativo. Pero los obreros no pueden substituir su propia lucha, que debe realizarse a través de sus organizaciones y su prensa, por el puño policíaco del Estado burgués. Hoy, el Estado puede hallarse dispuesto benévolamente para con las organizaciones obreras; mañana, podrá caer, y caerá inevitablemente en las manos de los elementos más reaccionarios de la burguesía. En este caso, cualquier legislación restrictiva sería arrojada sobre los obreros. Unicamente los aventureros, guiados por las exigencias del momento, pueden descuidar esto.
El mejor modo de luchar contra la prensa burguesa es el desarrollo de la prensa proletaria. Claro que periódicos amarillistas del tipo de El Popular no son capaces de desempeñar esa tarea. No son ni prensa obrera ni prensa revolucionaria; ni siquiera, simplemente, prensa democrática honrada. El Popular sirve las ambiciones personales del Sr.
Lombardo Toledano, quien a su vez sirve a la burocracia stalinista. Sus métodos, mentiras, calumnias, persecusión, falsificación, son también los métodos de Toledano. Este no tiene ni programa ni ideas. Lo más natural, por lo tanto, es que un periódico de esta laya no pueda alcanzar a la clase trabajadora en su médula, ni alejar la prensa burguesa de las manos proletarias.
Así llegamos a la conclusión inevitable de que la lucha contra la prensa burguesa debe comenzar por barrer con los líderes envilecidos de las organizaciones de la clase obrera, en particular por liberar la prensa obrera de la tutela de Lombardo Toledano y demás chambistas burgueses. El proletariado de México necesita una prensa honesta, que exprese sus necesidades, defienda sus intereses, amplíe su horizonte y prepare la revolución socialista en el país. Esta es la actitud de CLAVE.
Nosotros declaramos, pues, en primer lugar, una guerra sin cuartel a las viles aspiraciones bonapartistas de Toledano, y en esto, esperamos el apoyo de todos los trabajadores avanzados, de todos los marxistas y de todos los demócratas genuinos.
21 de agosto.