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CLAVE Tribuna Marxista FRASES PALABRAS CLAVE propósito de la situación internacional Por León Trotsky.
TRIBUNA MARXISTA No.
MEXICO, Octubre, 1938.
DECLARACIONES DEL CUERPO DE REDACCION La Libertad de Prensa y la Clase Obrera Estas líneas son escritas en lo más fuerte de la peor confusión diplomática suscitada alrededor de la cuestión de los sudetinos. Chamberlaic volo con la vana esperanza de encontrar allá una solu.
ción a las contradicciones imperialistas. Si la guerra estallara ahora mismo, o si, lo que es más verosímil, los maestros del mundo lograran alejarla una vez más por algún tiempo, esta cuestión no ha sido todavía resuelta definitivamente. Ninguno de estos señores quiere la guerra.
Todos temen sus consecuencias. Pero tendrán que pelear. No se escapa.
rán de eso. Su economía, su política, su militarismo todo se aferra a la guerra.
Los telegramas actuales comunican qui an todas las iglesias del mundo llamado civilizado fueron recitadas rogativas en favor de la paz. Vinieron a su tiempo, como la coronación de toda la serie de mitines, banquetes y congresos pacifistas. Cuál de esos dos medios es más eficaz. Las piadosas rogativas o los balidos pacifistas? No podemos decirlo. De cualquier manera solamente esos dos recursos quedan a la disposición del viejo mundo.
Cuando ruega un campesino ignorante, quiere realmente la paz.
Cuando un simple obrero o un ciudadano de un país oprimido hablan con.
tra la guerra, podemos creerlos: quieren realmente la paz, aunque a me.
nudo no saben como conseguirla. Pero los burgueses ruegan en sus igle.
sias no por la paz, sino por la conservación y el acrecentamiento de sus mercados y colonias; si se puede, pacíficamente (es más barato. si es imposible, por medio de la armas. Exactamente de la misma manera, los pacifistas imperialistas (Jouhaux, Lewis y Compañía) no se inquietan en nada por la paz, sino por la conquista de las simpatías y de un apoyo para su imperialismo nacional.
Los sudetinos son tres millones y medio. Si hubiera guerra, el rúmero de los muertos hubiera sido, verosímilmente, cuatro o cinco ve.
ces mayor, y quizás aún diez veces, con la cantidad correspondiente de heridos, mutilados, enloquecidos; con un largo séquito de epidemias y otras calamidades. Sin embargo, este argumento es incapaz de ejercer la menor influencia sobre uno otro de los campos opuestos. Pues al fin de cuentas no se trata para todos esos pillos de ninguna manera de los tres millones y medio de alemanes, sino de la dominación sobre Europa y sobre el mundo.
Hitler habla de nación. de raza. de la unidad de la san.
gre. En realidad, su tarea consiste en extender la base militar de Ale.
mania para iniciar la lucha por la posesión de colonias. La bandera nacional no es allá sino la hoja de parra del imperialismo.
Es el mismo papel que desempeña en el otro campo el principio de la democracia. Sirve a los imperialistas para cubrir sus viejas usur(Continúa en la página 13. Se desarrolla en México una campaña contra la prensa reaccionaria.
Esta campaña está encabezada por los dirigentes de la 0, más exactamente, por el Sr. Lombardo Toledano en lo personal. El fin de esta campaña es restringir la prensa reaccionaria, para colocarla bajo una censura democrática o para prohibirla completamente. Las organizaciones sindicales han sido puestas en movimiento, en calidad de ejér.
cito activo. Los demócratas irremediables, corrompidos por la experien.
cia del Moscú stalinista y con amigos de la a su cabeza aclaman esta campaña, que no puede ser considerada de otra manera que como suicida. Realmente, no es difícil prever que aunque el triunfo de esta campaña condujera a resultados prácticos dentro del gusto de Lombardo Toledano, sus consecuencias gravitarían más pesadamente sobre los hom bros de la clase trabajadora. La teoría y la experiencia histórica atesti guan tgualmente que cualquier restricción de la democracia en la socie.
dad burguesa es, al fin y al cabo, enderezada invariablemente contra el proletariado, lo mismo que cualquier impuesto también gravita sobre los hombros de los trabajadores. La democracia solamente tiene valor para el proletariado en la medida en que permite el desenvolvimiento de la lucha de clases. En consecuencia, un líder de la clase obrera que arma.
al Estado burgués con instrumentos excepcionales de control sobre la opinión pública en general, y sobre la prensa en particular, es precisamente un traidor. Con la agravación de la lucha de clases, los burgueses de todos matices llegarán al fin de cuentas a ponerse de acuerdo entre ellos mismos, y dirigirán entonces las leyes de excepción, todos los reglamentos restrictivos, todas las especies de censuras democráticas contra la clase obrera. Aquél que todavía no haya entendido esto, debe abandonar las filas de la clase obrera.
Pero la dictadura del proletariado objetarían algunos amigos de la URSS. a veces se ve obligada a recurrir a medidas de excepción, en contra de la prensa reaccionaria en particular. Esta objeción. decimos nosotros. significa, sobre todo, la identificación del Estado obrero con 1