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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES RESEÑA El último libro de Borges DO Decia Borges en una conferencia pronunciada en el Colegio Libre sobre El Escritor y la Política que tres parecen ser las actitudes del escritor actual ante la sociedad: la torre de marfil, el arte dirigido, el arte comprometido. En la primero el escritor se aísla y aisla su obro. En el arte dirigido amoldo su producción a las directivas estatales o partidarias. El arte comprometido. la littérature gagé. quiere ser una solución media entre las dos posiciones extremas: el artista compromete su obra, la embandera, pero la obligación del compromiso no parte de ningún poder coercitivo, queda librada a la ética del artista, es voluntaria.
Para Borges ninguna de las tres posiciones enunciadas puede satisfacer a un escritor libre, para quien ser verdaderamente libre significa ser fiel a sí mismo. Al término de su conferencia Borges propuso su solución personal al problema: El artista no debe comprometer su arte, debe comprometerse a si mismo. Vale decir que el artista, el genuino, el verdadero, el libre, no debe rebajarse a los maniqueísmos partidarios ni encerrarse en un turrieburneismo cobarde. Como artista, como hombre, su irrecusable ética viril es salvar su arte y entregarse a sí mismo. Así lo ha entendido Borges, así lo ha entendido Camus; así lo entienden Herbert Ready Stephen Spender para quienes poesía y politica pueden ser hechos independientes. Otras Inquisiciones (1937 1952) es un libro múltiple y limitado. En múltiple por la variedad de sus temas: Oscar Wilde y Kafka, Quevedo y las paradojas de Zenón, Carriego y Pascal, teologia y metafísica. Es limitado por las mismas dos tendencias que el mismo Borges denuncia en el Epílogo: Una, a estimar las ideas religiosas o filosófica por su valor estético y aún por lo que encierran de singular y maravilloso. Esto es, quizá, indicio de un escepticismo esencial. Otra, a presuponer ly a verificar que el número fábulas o de metáforas de que es capaz la imaginación de los hombres es limitado, pero esas contadas invenciones puede ser todo para todos, como el Apóstol.
Esta facultad de Borges le permite obtener curiosos resultados. Así de una discusión estética sobre la Oda a un Ruiseñor de Keats puede llegar a Insospechadas conclusiones de alcance social como éstas: El inglés rechaza lo genérico porque siente que lo individual es irreductible, inasimilable e im.
par. Un escrúpulo ético, no una incapacidad especulativa, le impide traficar en abstracciones como los alemanes. No entiende la Oda a un Ruiseñor; esa valiosaincomprensión le permite ser Locke, ser Berkeley y ser Hume, y redactar, hará setenta años, las no escuchadas y proféticas advertencias del Individuo contra el Estado.
Aunque las preocupaciones principales de Borges son la especulación metafísica y la literaria. una vida consagrada menos a vivir que a leer. asi define Borges la suya) estos ensayos nos muetran también al Borge político con su acendrada pasión por el individualismo y con su asombro ante lo ridículo de los nacionalismos Ya en 1931, en una nota sobre Nuestras Imposibilidades comentaba la falacia de estos últimos con esta breve reflexión suscitada por un partido de fútbol: Ahora, desde que los once compadritos buenos de Buenos Aires fueron maltratados por los once compadritos malos de Montevideo, el extranjero an sich es el uruguayo. Anotemos de paso que el nacionalismo puede defender malamente su irracionalidad con argumentos racionales pero que fatalmente sucumbe a la ironía. En Otras Inguisiciones estas ideas se repiten en numerosos ensayos. Asi en su comentario sobre un libro de Wells: Wells, increiblemente, no es nazi. Increíblemente, pues casi todos mis contemporáneos lo son, aunque lo niegueno lo ignoren. Desde 1925, no hay publicista que no opine que el hecho inevitabla y trivial de haber nacido en un determinado país y de pertenecer a tal raza lo a tal buena mixtura de razas) no sea un privilegio singular y un talisman suficiente. Vindicadores de la democracia, que se creen muy diversos de Goebbels, instan a sus lectores, en el dialecto mismo del enemigo, a escuchar los latidos de un corazón que recoge tos intimos mandatos de la tierra y la sangre. Recuerdo durante la guerra civil española, ciertas discusiones indescifrables. Unos se declaraban republicanos; otros nacionalistas; otros, marxistas; todos, en un Téxico de Gauleiter, hablaban de la Raza y del Pueblo. Hasta los hombres de lo hoz y el martillo resultaban racistas. También recuerdo con algún estupor cierta asamblea que se convocó para confundir el antisemitismo. Varias razones hay para que yo no sea un antisemita; la principal es ésta; la diferencia entre judíos y no judíos me parece, en general, insignificante; a veces, ilusoria o imperceptible. Nadie, aquel dia, quiso compartir mi opinión; todos juraron que un judío alemán difiere vastamente de un alemán. Vanamente les recordé que no otra cosa dice Adolf Hitler; vanamente insinué que una asamblea contra el racismo no debe tolerar la doctrina de una Raza Elegida; vanamente alegué la sabia declaración de Mark Twain; Yo no pregunto de que raza es un hombre; basta que sea un ser humano; nadie puede ser nada peor (The man that corrupted Hadleyburg, pág. 204. Así en sus opiniones sobre Nuestro Pobre Individualismo. Los ilusiones del patriotismo no tienen término. En el primer siglo de nuestra era, Plutarco se burló de quienes declaran que la luna de Atenas es mejor que la luna de Corinto; Milton, en el XVII, notó que Dios tenía la costumbre de revelarse primero a Sus Ingleses; Fichte, a principios del XIX, declaró que tener carácter y ser alemán es, evidentemente, lo mismo. Aquí, los nacionalistas pululan; los mueve, según ellos, el atendible o inocente propósito de fomentar los mejores rasgos argentinos. Ignoran, sin embargo a los argentinos; en la polémica, prefieren definirlos en función de algún hecho externo; de los conquistadores españoles (digamos) o de una imaginaria tradición católica o del imperialismo sajón. más adelante agrega: El más urgente de los problemas de nuestra época (ya denunciado con profético lucidez por el casi olvidado Spencer) es lo gradual intromisión del Estado en los actos del Individuo.
Con más detalle y extensión se formulam ostas mismas reflexiones en 220 221