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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES sus desatinos la intransigencia de éste, y que ahora! Intenten preser.
var la paz mundial precisamente con una medida calculada para convertir aquella intransigencia en guerra abierta: el rearme de Alemaia y la liberación de los dirigentes de guerra nazis. En una tal coalición nuestros aliados no son los pueblos oprimidos sino Franco, el senador McCarthy, el general Mac Arthur y los expertos en bombardeo estratégico. no tenemos ningún derecho a pretender que no conocemos a esta gente por lo que son. Ellos entraron en Corea. y nosotros con ellos, como campeones de la independencia. La UNESCO elaboró planes para hacer de ese país un modelo de democracia industrial.
Desearía saber quién se atrevería hoy a sugerir que algún coreano pueda preferir tal liberación a lo peor que una tiranía local sea capaz de dar. Ellos han arrasado todas las ciudades y poblados, han permitido la masacre de civiles, la ejecución de mujeres y niños. la tortura de prisioneros, la destrucción en gran medida rencorosa y sin objeto de propiedades por valor de 400 millones de libras esterli.
nas, que se hayan producido dos millones de bajas y que cuatro millones de seres se encuentren sin hogar. es esta lucha, una minúscula campaña del conflicto mundial, la que está siendo extendida hasta Europa. Nosotros somos la próxima Corea, aquí y salvo que lo impldamos pronto.
Creo que nadie me acusará de ser comunista. dio al Estado como institución yodio, las arbitrariedades y estrecheces del Estado Soviético. Puedo decir también que, como la gran mayoría del pueblo de este país, tengo por el pueblo ruso exactamente la misma amistad que abrigo por todos los pueblos, intensificada antes que disminuida por los sufrimientos que aquél ha soportado. Sé que ellos desean is paz, así como todos los pueblos la desean. podría respetar, aunque no apoyar, a cualquiera que haya pensado que la fuerza armada puede ser usada hoy para liberar a alguien, ya sea de los abusos en Oriente como los abusos en Occidente. Hoy esto no es así. La guerra no liberará a nadie de nada. Si nosotros coope.
ramos con ella en cualquier forma o manera nos pondremos en manos de hombres tan entregados a causa de sus propios temores, a la comsión de crímenes ilimitados y sin objeto como lo estuvieron los nazis. aún más ilimitados y sin objeto. Qué podemos hacer entonces? Los que nos encontramos sobre esta tribuna hemos criticado al gobierno parlamentario muy amenudo y desde nuestros distintos puntos de vista. Estamos unidos al afir.
mar que aquél no confiere al individuo la posibilidad de decisión ni constituye una efectiva defensa contra los psicópatas con cargo. Ahora bien, cualquiera sea vuestra opinión sobre esta teoría, tiene que seros evidente que podéis cambiar la política del gobierno pero nunca mediante el voto. Salvo que estemos dispuestos a votar por el Partido Comunista o por movimientos minoritarios que no tienen esperanzas de hacer oir su voz, no tenemos alternativa entre los programas de los partidos políticos, menos aún entre realidades. Si alguien va a ac.
tuar hoy, tendremos que ser nosotros, como individuos, no mediante los vehículos oficiales sino mediante nuestra propia actividad. La úni.
ca barrera entre este país y la guerra es la opinión pública, la resistencla pública, la certeza en aquellos que quieren hacer la guerra de que no la podrán hacer con nosotros. por sobre todas las cosas, os pido que comprendáis que ellos no pueden ir a la guerra sin nosotros.
No somos impotentes, Si los que hoy formulan la pregunta ¿Qué podemos hacer? lo comprendieran podemos impedir la guerra.
Creyendo ésto podemos contestar a la pregunta. esta es mi respuesta. fortaleced vuestra resolución, determinad cual es vuestra posición. Haceos oir por todos los medios. Reunid a vuestros vecinos y discutid el tema con ellos. Unid vuestras voces, individualmente o en grupos, a la de cualquiera de las organizaciones que están exteriori.
zando sentimientos anti bélicos y con las cuales podéis estar de acuerdo. Pero, habiendo hecho ésto, recordad que en última instancia tenéis a la vez el deber y el derecho de rehusaros, como individuos, a participar en la guerra o en los preparativos de guerra.
No tenéis derecho a alegar que ignoráis que puede involucrar la guerra. al margen y por encima de la farsa de innumerables pactos y convenciones contra el genocidio y la masacre desde Ginebra hasta Nuremberg, avia invocados por los mismos que os invitan a pelear.
Tenéis todo el derecho de salvaguardar vuestras vidas y las de vues.
tro inocente prójimo con la misma negativa que nosotros en vano esperamos de aquellos alemanes que apoyaron a Hitler. Sir Stafford Cripps dijo en 1938: los trabajadores deben aclarar sin dejar lugar a dudas que no apoyarán al gobierno en la política que está ahora siguiendo. Antes que esos discursos sean retirados de circulación por sediciosos os insto a releerlos, Dejadme concluir con esto. Creo que si cada uno de nosotros resuelve aquí y ahora primero, que nuestra voz se hará oir, que no guar.
daremos silencio, y, segundo, que en ninguna circunstancia participaremos de buena gana en la guerra o en los preparativos de guerra, creo que podemos triunfar y que en tal empresa nos encontraremos actuando conjuntamente con y por el interés de los pueblos de todos los países. Que cads uno de nosotros use su voz y su conciencia, y yo creo que podemos tener éxito.
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