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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES EUROPA. AMERICA Por Eugen Relgis DI Exponer en algunas páginas, en el marco de este ensayo, el tema América Europa, significa, forzosamente, limitarlo a la correlación civilización cultura que hemos analizado en los capítulos anteriores. Este tema es vasto y demasiado complicado para enfocarlo bajo un solo punto de vista. Hace ya mucho tiempo que nos preocupa. En 1930 32 emprendimos con este propósito una encuesta internacional, dirigiéndonos casi a las mismas personalidades que habían contestado a nuestra anterior encuesta sobre Los Caminos de la Paz. Pero, si bien a esta última habíamos recibido 165 respuestas, a la nueva encuesta fueron apenas la mitad de los solicitados quienes respondieron; es evidentemente más fácil o más cómodo contestar a una pregunta de orden general que a un problema localizado, inclusive cuando se trata del Viejo y del Nuevo Mundo. los cincuenta textos recogidos después de la primera guerra mundial (publicados en diversas revistas europeas y sobre todo en Nervio de Buenos Aires, 1932) hemos añadido unas cua.
renta respuestas recibidas después de la segunda guerra mundial (aparecidas en algunos periódicos de Montevideo y en la revista Cénit de Paris, 1948 51. El conjunto debe constituir un libro que con la introducción y conclusiones de rigor, puede muy bien interesar, como una contribución colectiva al debate permanentemente abierto sobre Europa y América. No podemos aquí indicar más que lo esencial, eligiendo dos respuestas que nos parecen más significativas. Una procede de un europeo que nunca ha visitado América; la otra de un europeo exilado desde hace treinta años en Sud América.
La primera está firmada por el sociólogo e historiador austría.
co Max Nettlau. la pregunta concerniente a la posición de Amé.
rica con relación a Europa y viceversa, parte del principio que la evolución progresiva crea entre todos los hombres relaciones basadas sobre la igualdad, la reciprocidad, la solidaridad, interpretadas en el sentido de equidad y de tolerancia. Es, pues, una ética universalista alimentada por la idea de una humanidad que no puede avanzar sino bajo el sol de la libertad. La correlación América Europa es también enfocada bajo ese punto de vista mundial. Cualquier criterio que separe europeos y americanos pertenece a esos obstáculos que los factores interesados, prejuicios, tradiciones, ignorancia, etc. saben poner entre los humanos. Estos obstácu.
los nos hacen ignorar a los vecinos más próximos, incluso aquellos que viven en el mismo inmueble. Mucho más a los hombres que viven en otro país del que nos separan montañas o el océano. Pero hoy se puede hablar de América y oir su voz sin salir de la vivienda. No hay más que una ciencia, una técnica y, entre hombres del progreso, una mentalidad y ética comunes. Es cierto que las mentalidades atavicas son todavia muy tenaces. Datan de los siglos de los grandes descubrimientos geográficos; los espíritus de campanario se figuran que el hombre se retrotrae al salvajismo cuanto más se aleja de su terruño. Estos factores funestos separan a los pueblos, mantienen a los Estados mútuamente hostiles, perpetúan la industria monstruosa de la guerra, los monopolios del comercio, el poder oculto de los especuladores políticos, etc. Es pues, imprescindible luchar contra esos factores antiprogresivos que disgregan los destinos de América y Europa. Las proble.
mas hurnanos son internacionales todos. Hay soluciones múltiples pero hay que evitar hacer valer en estas soluciones las diferencias ficticias que corresponden al pasado: Para toda cuestión trascen.
dente no existen Estados ni continentes; no hay más que una humanidad global de la que somos todos partículas minúsculas. la segunda pregunta de nuestra encuesta, sobre si puede observarse una misión específica de la América del Sur (civilización latina) y de la América del Norte (civilización anglo sajona y técnica. y en consecuencia cuál es el papel que desempeña la América en la síntesis de la cultura universal, Nettlau, como concienzudo historiador, se ve obligado a objetar que de la vida natural, es decir: vivir nuestra vida en la labor, a la vida del deber y de la misión, hay una serie indeterminada de gradaciones, de desvíos, de perversiones que han producido las desdichas que viene sufriendo la humanidad. Toda idea de deber implica una autoridad exterior o interior. La misión se manifiesta más bien por el fanatismo, por la expansión de la fuerza, por las conquistas, sacrificando a la humanidad por una voluntad personal o colectiva. La misión latina, o civilización latina, creó el imperialismo romano, el de Carlos V, la Francia de Luis XIV, el imperio de Napoleón, y pretende subsistir todavía por medio del fascismo universal. La misión o la civilización anglo sajona, creó el Imperio británico, el monopolio industrial del siglo XIX, el ansia de supremacía norteamericana, el nuevo monopolio industrial del siglo XX. Si se piensa en la misión de las religiones: cristiana, islámica, etc. debe ser reconocido que esas religiones han provocado la enemistad entre Occidente y Oriente. han establecido el monopolio espiritual de las Iglesias, ejerciendo a fuego y sangre. durante siglos, su influencia sobre la educación y la conciencia de los hombres. En cuanto a la misión de las nacionalidades, de los Estados, es decir: de 202 203