CommunismMarxMarxismNihilismSocialismTerrorismWorkers Movement

CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES no de la historia, cuando nada quede por dominar sobre la tierra.
La consecuencia ideológica ha triunfado de la consecuencia económica: la historia del comunismo ruso desmiente sus principios Volvemos a encontrar, al final de este largo camino, la rebelión metafísica, que avanza esta vez entre el tumulto de las armas y de las consignas, olvidándose de sus verdaderos principios, escondiendo su soledad entre las multitudes armadas, cubriendo sus negaciones con un obstinado ropaje escolástico, vuelta hacia el porvenir, que ha convertido en su único dios, pero separada de él por una muchedumbre de naciones por destruir y de continentes por dominar. Con la acción como único principio y el reino del hombre como excusa, ya ha comenzado a cavar sus trincheras, al este de Europa, frente a otras trincheras enemigas. Traducción de Milla)
No existe, pues, en tal universo, ninguna razón de imaginar el fin de la historia. Sin embargo es la única justificación de los sacrificios solicitados en nombre del marxismo a la humanidad.
Pero ella no tiene otro fundamento razonable que una demanda de principio, al introducir en la historia, reino que se quería único y suficiente, un valor ajeno a la moral; no es, correctamente hablando, un valor sobre el cual pueda determinarse la conducta, sino un dogma sin fundamento que se puede adoptar en un arranque desesperado de soledad o de nihilismo, o que nos veremos imponer por aquellos a quienes les es útil el dogma. El fin de la historia carece de valor como ejemplo de perfeccionamiento. Es un principio de arbitrariedad y de terror.
Marx reconoció que, hasta su tiempo, todas las revoluciones habían fracasado. Pero pretendió que la revolución anunciada por él debía triunfar definitivamente. El movimiento obrero ha vivido hasta hoy en base a esta afirmación, que los hechos no han cesado de desmentir y que ya es tiempo de denunciar En la medida que la aparición se alejaba, la afirmación del reino final, debilitada con razón, se ha convertido en artículo de fe. El único valor del mundo marxista reside ahora, a pesar de Marx, en un dogma impuesto a todo un imperio ideológico. El reino de los fines es utilizado, como la moral eterna y el reino de los cielos, para fines de mixtificación social. Elie Halevy se declaraba incapaz de afirmar si el socialismo conduciría a la república suiza universalizada o al cesarismo europeo. Hoy estamos mejor informados. Las profecías de Nietzsche, sobre este punto al menos, están justificadas. El marxismo, desde ahora, se inspira, contra él mismo y por una lógica inevitable, en el cesarismo intelectual, del cual debe.
mos emprender la descripción. Ultimo representante de la lucha de la justicia contra la gracia, toma a su cargo, sin haberlo que.
rido, la lucha de la justicia contra la verdad. La cuestión que domina al siglo XIX es cómo vivir fuera del estado de gracia. Por la justicia. han respondido todos aquellos que se negaban a aceptar el nihilismo absoluto. los pueblos que desesperaban del reino de los cielos, le prometieron el reino del hombre. La prédica de la sociedad humana se aceleró hacia el final del siglo XIX, en cuyo momento se convirtió en visionaria, poniendo las certidum bres de la sociedad al servicio de la utopía. Pero el reino de la felicidad se alejó, guerras prodigiosas arrasaron la más antiguas de las tierras, la sangre de los sublevados cubrió los muros de las ciudades, y la justicia total sigue estando lejos. La cuestión del siglo XX, por la cual murieron los terroristas de 1905 y que desgarra al mundo contemporáneo, se ha ido precisando poco a poco. Cómo vivir sin gracia y sin justicia? esta cuestión, únicamente el nihilismo y no la rebelión ha respondido. Unicamente, hasta este momento, ha hablado él, adoptando la fórmula de los rebeldes románticos: Frenesí. El frenesí histórico se llama poderío. La voluntad de poder ha suplantado la voluntad de justicia, fingiendo previamente identificarse con ella, relegándola después al térmi.
Dinci 188 189