CapitalismCommunismCommunist ManifestoMarxMarxismRosa LuxemburgRussian RevolutionSocialismStrikeWorkers MovementWorking Class

CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES diferencia que mostraban los primeros cristianos hacia las cues.
tiones puramente teológicas. Si la aparición está cercana, es a la intensa fe más que a los dogmas a la que hay que consagrarlo todo. Hasta Clemente y Tertuliano, durante más de un siglo, la literatura cristiana se desinteresa de los problemas de teología y presta poco cuidado a las obras. Pero en el instante en el que la aparición se aleja hay que vivir con su fe. es decir, improvisar.
Nacen entonces la devoción y el catecismo. Alejado indefinida.
mente el reino de Dios, San Pablo viene a constituir el dogma. La Iglesia ha dado un cuerpo a esta fe que sólo era una pura ten.
sión hacia el reino entrevisto. Hubo que organizarlo todo aquel siglo, hasta el martirio, cuyos testigos temporales serán las órdenes monásticas y hasta la prédica que volvemos a encontrar bajo el manto de los inquisidores.
Un movimiento similar nació del fracaso de la profecía revolucionaria. Los textos de Marx dan una idea cabal de la intensa esperanza que animaba entonces al espíritu revolucionario. pesar de los fracasos parciales, esta fe no cesó de crecer hasta el momento en que se encontró, en 1917, con sus sueños casi realizados. Luchamos por las puertas del cielo. había gritado Liebknecht. En 1917, el mundo revolucionario creyó realmente haber llegado ante esas puertas. La profecía de Rosa Luxemburgo se realizaba. La revolución se alzará mañana estruendosamente y, ante vuestro terror, anunciará con todas sus trompetas: yo era, yo soy, yo seré. El movimiento Spartakus creyó alcanzar la revolución definitiva ya que, según el mismo Marx, esta debía pasar por la revolución rusa completada por una revolución occidental. 1) Después de la revolución de 1917 una Alemania soviética hubiera, en efecto, abierto las puertas del cielo. Pero Espartakus es vencido, la huelga general francesa de 1920 fracasa, el movimiento revolucionario italiano es yugulado. Liebknecht reconoce entonces que la revolución no está madura. Los tiempos no estaban suficientemente agitados. Pero también. y aquí es donde podemos apreciar como la derrota puede sobreexcitar la fe vencida hasta la exaltación religiosa: Al estruendo del hundimiento económico que se avecina, las tropas adormecidas del proletariado se despertarán como ante el sonido de las trompetas del juicio final y los cadáveres de los luchadores asesinados se pon.
drán de pie para exigir cuentas a aquellos manchados de maldi.
ción. En espera de ese día, él mismo y Rosa Luxemburgo son asesinados y Alemania se lanza hacia la esclavitud. La revolu.
ción rusa queda aislada, viviendo contra su propio sistema, lejos todavía de las puertas celestes y con un apocalipsis por organizar.
La aparición se aleja más todavía. La fé sigue intacta, aunque doblegada bajo una enorme masa de problemas y de descubrimientos que el marxismo no había previsto. La nueva iglesia vuelve a encontrarse frente a Galileo: para conservar su fe va a ne gar el sol y humillar al hombre libre. Qué es lo que dice Galileo en este momento. Cuáles son los errores de la profecía demostrados por la historia? Se sabe qu la evolución económica del mundo contemporáneo desmiente primero un cierto número de los postulados de Marx. Si la revolución debe producirse en la extremidad de dos movimientos paralelos, la concentración indefinida del capital y la extensión indefinida del proletariado, o no se producirá o debiera haberse producido. Capital y proletariado le son igualmente infieles a Marx. La tendencia observada en la Inglaterra industrial del siglo XIX se ha transformado en algunos casos y complicado en otros.
Las crisis económicas que debían precipitarse sen han ido espaciando y el capitalismo ha aprendido los secretos de la planificación y contribuído, por su parte, al crecimiento del Estado Moloch.
Por otro lado, con la constitución sociedades por acciones, el capital, en lugar de concentrarse, ha dado paso a una nueva ca.
tegoría de poseedores menores cuyo interés no es, precisamente, el de promover huelgas. Las pequeñas empresas, en muchos casos, han sido destruídas por la competencia, como había previsto Marx.
Pero la complejidad de la producción ha hecho proliferar, alrededor de las grandes empresas, una multitud de pequeñas manufacturas. En 1938 Ford anunciaba que cinco mil doscientos talleres independientes trabajaban para sus fábricas. Después, esta tendencia se ha acentuado. Se sobreentiende que, forzosamente, Ford corona todas esas empresas. Pero lo esencial es que todos esos pequeños industriales forman una capa social intermediaria que complica el esquema imaginado por Marx. Además, la ley de concentración se ha revelado absolutamente falsa en cuanto a la economía agrícola, estudiada por Marx a la ligera. Esta laguna es importante. Bajo uno de sus aspectos, la historia del socialismo en nuestro siglo puede ser considerada como la lucha del movimiento proletario contra la clase campesina. Esta lucha prolonga, en el plano de la historia, la lucha ideológica entablada en el siglo XIX entre el socialismo autoritario y el socialismo libertario, cuyos orígenes campesinos y artesanales son evidentes. Marx poseía ya, entre el material ideológico de su tiempo, los elementos para una reflexión sobre el problema campesino. Pero la voluntad del sistema lo ha simplificado todo. Esta simplificación debia costarle cara a los Kulaks que constituían más de cinco millones de excepciones históricas y que fueron alineados, por la deportación y por la muerte, dentro de la regla.
La misma simplificación desvió a Marx del fenómeno nacional, en el siglo mismo de las nacionalidades. Creyó que por el comercio y el cambio, por la proletarización misma, las barreras caerían. Pero han sido las barreras nacionales las que han dado en tierra con el ideal proletario. La lucha de nacionalidades se ha revelado tan importante para explicar la historia como la lucha (1) Prefacio a la tradución rusa del Manifiesto Comunista.
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