EngelsMarxMarxismProudhon

CUADERNOS INTERNACIONALES quista, no se le ha valorado como merece en los mismos medios libertarios de Europa. Error que está siendo corregido a juzgar por los plausibles intentos actuales de valorar uno de los más grandes documentos de la filosofía anarquista. Shelley, Godwin y su círculo por Braisford. Ed. Fondo de Cultura. México.
CUADERNOS INTERNACIONALES dencias cristalinas, sus detractores marxistas, como Cuvillier, no tienen empacho en lanzar la piedra de sus relaciones con Luis Napoleon. Calumnia, que algo queda. No pueden evitar este axioma los profesores sotisficados por el marxismo cuando se dirigen a Proudhon. No pueden dejar de revivir en toda su repulsiva intensidad la fobia que ya su jefe le demostró en vida. Lo hacen con las mismas solapadas argucias. Tal vez eso sea la prueba misma de la inmarcesible actualidad de Proudhon y sus ideas. Proudhon. por Armand Cuvillier Pd. Fondo de Cultura. México. Proudhon ſONG El estudio que hace Armand Cuvillier de la personalidad y las ideas de Proudhon resulta un alegato solapado en favor de las opiniones de Marx y Engels sobre el gran anarquista francés. Resumido con criterio cripto mar.
xista, el ideario de Proudhon es alevosamente desfigurado en el libro de Cu villier y caricaturizadas todas sus actitudes personales. No en vano el autor recurre como fuentes exclusivas de información a las opiniones de Marx y Engels, menospreciando testimonios mucho más directos y fidedignos. Este enfoque falsea desde sus comienzos las opiniones emitidas por Cuvillier, para el que toda la bibliografía posterior en torno a Proudhon es anodina, y únicamente aceptable la propalada por los enconados enemigos del pensador francés. Así, los libros de Dolleans, Aron y Denís de Rougemont sobre las ideas de Proudhon y sus proyecciones modernas citadas en el libro de Cuvillier, son puros infantilismos, disquisiciones intranscedentes sobre ideas apagadas y una figura borrosa. Pero la misma empecinada adversión que caracteriza a los secuaces de San Marx contra Proudhon justifica la permanente novedad de algunos de sus inconmovibles principios. No figura su nombre al frente de las actuales corrientes federalistas y de las nuevas tentativas de organización social sin apelar al bárbaro recurso de la dictadura?
Para Cuvillier, todo cuanto no se sujeta en la sociedad al inflexible rigorismo dialéctico carece de contenido perdurable. En esta dogmática apreciación concentra la fuerza medular de su crítica. Ni la vida, ni el pensamiento, ni la acción política de Proudhon se ciñeron a un sistema central e inmutable de pensamiento. Es como si al crítico le molestara el exceso de salud de su biografiado, su afán cotidiano y nunca saciado de actividad, que lo hacen aparecer como un hombre estrechamente vinculado a los azares y pasiones de su tiempo. De esa irrupción violenta en cuanto tenía relación con lo social extrajo Proudhon ideas y experiencias firmes, aunque chocantes, sobre los aspectos más salientes del acontecer humano. Para Cuvillier también es esto malo y peligroso. Un pensador debe encerrarse en su biblioteca y desde allí medir el temperamento y las necesidades de la sociedad.
Hacer es un especie de herejía para el intelectual. El pensamiento de Proudhon carece de consistencia porque vagabundeó demasiado por los hechos de su tiempo. Esta parece ser la conclusión del profesor Cuvillier.
Hay datos más reprobables todavía en el libro, y son aquellos donde se insinúan de manera equivoca algunas de las actitudes y relaciones personales de Proudhon. Es cierto que es imposible desfigurar la furia persecutoria que sufrió durante toda su vida, sus exilios, sus encarcelamientos, las sucesivas confiscaciones de sus libros, su pobreza secular. Pero a pesar de estas eviAMBA EEN. 175 174