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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES Literatura de la decadencia para lanzarse en las perspectivas de un mundo nuevo que se intuye a través de las nuevas formas que lo rodean. Tiene en contra la claudicación que significa para el arte, el reconocimiento de un mundo que tiende a limitarlo al círculo de su propia constitución.
Con mayor consecuencia el Romanticismo se colocó con anterioridad, preveyendo resultados y anticipándose a posteriores rebeliones, del costado de la libertad del hombre, frente a la espiral absorbente de la técnica. La trascendencia del Romanticismo, a pesar de la caducidad de sus formas, ha llegado hasta nuestros días, y ha dado a su vez origen a corrientes que permanecen en vigor. De estas corrientes, que vienen oponiéndose a la destruc.
ción de la individualidad humana, cabe esperar mucho. Si bien el Romanticismo no logró los resultados que se proponía, consiguió crear las posibilida.
des necesarias para que el hombre asimilara la gran transformación sin hacerse enteramente esclavo de ella. Sobre la parcial preservación del Romanticismo se hace preciso enfocar las perspectivas de una completa liberación.
Sabato parece no comprender muy bien el importante papel que el marxismo ha jugado en el desarrollo mastodontico del Estado. Atribuye el fenómeno a la fatal trayectoria del capitalismo, pero parece colocar al mar.
xismo al margen de dicha trayectoria. La solución económ que ofrece el marxismo tiende, indiscutiblemente, a la destrucción del capitalismo en tarto que clase. Pero Marx no pudo ofrecer otra solución, con respecto al capital, que la ya apuntada por todos los socialistas de su propia generación. Lo que va realmente ayuntado al Estado hasta constituir con él una sola pieza, no es el capitalismo sino el capital. El propio Marx no supo encontrar otra forma de eliminarlo que no fuera la destrucción del Estado. He aquí el error fundamental del marxismo, porque este último reconocimiento es incompatible con la dictadura del proletariado, en cualquiera de sus formas. Los he. chos han demostrado ahora que todo capital crea a su alrededor un capitalismo, sea particular, sea de Estado Se nos hace absolutamente preciso señalar otro olvido, voluntario o involuntario, en que incurre Sabato. El antimarxismo no tuvo origen especí.
fico en las filas del capitalismo. Este combatió al marxismo con la misma brutalidad con que ha venido combatiendo a toda corriente revolucionaria Colocar al antimarxismo en el campo capitalista, entre las personas interesadas en mantener el estado de cosas. es ignorar llanamente la historia y problemas del socialismo. La polémica Marx Proudhom fué la primera oportunidad en que el marxismo tuvo que hacer frente al antimarxismo; un antimarxismo, por cierto, que nunca pudo blandir el capitalismo. El antimarxismo revolucionario dió origen a la gran crisis de la primera agrupación socialista, y tuvo como fin la escisión de ésta en dos grupos, que se definieron como marxista el uno, como anarquista el otro. La argumentada oposición de Proudhon primero, y muchos otros después, pone en manifiesta evidencia la existencia de un antimarxismo clarividente en las filas revolucionarias. entonces qué? La solución de un problema, aunque sólo sea teórica, depende exclusivamente de su planteo. Que el hombre de nuestros días vive en un estado de nihilista soledad es evidente. El existencialismo de Sartre y el humanismo de Camus, aunque en distinta forma, nos lo recuerdan a cada momento. Pero todavía será necesario renunciar a muchos conceptos establecidos y acercarnos a muchos otros que alguna vez hemos rechazado, hasta que podamos contestar a esta pregunta. La perspectiva bélica que hoy ofrece el mundo sigue siendo la concepción abstracta que el maquinismo ha incorporado a la mente del hombre. Es preciso, sin embargo, aceptar que el reconocimiento del actual estado de la humanidad, constituye por sí mismo el importante paso que nos exije dar nuestra época.
En un ensayo crítico de profunda penetración sobre las revistas juveniles. sus tendencias, su psicología, su lenguaje, su color. George Orwell (1) llega a conclusiones muy ajustadas a la realidad. Señala que en ese género de literatura, una de las principales características emergidas de la guerra es el culto al matón y a la violencia. Esta misma tendencia ha saturado profundamente una buena parte de la literatura general principalmente en la novela norteamericana, y ha invadido la calle en las historietas o tiras de dibujos de los grandes rotativos. Otra de las observaciones de Orwell en su estudio sobre la literatura juvenil de post guerra es el culto al caudillo, la necesidad de que el lector se represente en un individuo superior, casi siertapre una verdadera deformación humana. Adviertase en esta tendencia el impacto dejado en nuestra época por la psicología del hitlerismo o del fascismo en general. Hay que observar que esa superioridad se basa generalmente en la fuerza física y en la astucia, nunca en la generosidad y en la inteligencia pura. Aun hay otro detalle de interés, y es la dosificación de una pornografía bien administrada en esas publicaciones, que refuerza la sensación de salacidad en el lector adolescente. Este hecho llegó en Francia a comprometer el equilibro sexual de muchos jóvenes debido a la cantidai de esas revistas que se pusieron en circulación en muchas de ellas el perso naje central era del sexo femenino y que obligó a los poderes públicos a prohibirlas severamente a pesar de que la pornografía para adultos, y aún la exportación es una de las industrias más floreceientes de aquel pais.
La derivación más importante, por lo nefasta, en este género de literatura, es la que adapta la mentalidad adolescente, en proceso de formación, a los complejos autoritarios, a la dependencia mental hacia el caudillo, el superhombre, el matón. la idea del poder representado en la fuerza bruta.
en una palabra, y ejercido por individuos que hayan dado constantes pruebas de gorilismo. Ya ha explicado el psicoanálisis que el substrato genuino de esas tendencias es el complejo de frustración. Según Orwell, las revistas que más exacerban esta tendencia a la crueldad son las norteamericanas. Escribe. En las revistas yanquis notamos verdadera avidez de sangre, descripciones realmente sangrientas del tipo de lucha en que todo vale, aun saltar sobre los testículos del adversario, escritas en una jerga perfeccionada por gente que cavila perpetuamente en la violencia. He aquí un ejemplo, en palabras, del contenido de una de las revistas de ese tipo de mayor circulación en EE. UU. Avanzó impasiblemente y me aplastó la cara con un derechazo duro como un garrote. Saltó sangre y retrocedí, trastabillando, pero junte fuerzas y le hundi la derecha debajo del corazón. Otra derecha dió de lleno en la boca ya deshecha de Sven y, escupiendo los fragmentos de un diente, me sacudió una izquierda feroz contra el cuerpo. Fight Stories) La plasticidad de este léxico, aplicado ininterrumpidamente a inteligencias de formación mediocre, conduce a resultados de alta insensibilidad social o encuentra derivaciones verdaderamente antisociales el gansterismo, tan cultivado en las grandes urbes norteamericanas. 168. 169