Anti-communismCommunismStalin

CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES nista queda mucho por perder, los pueblos de Europa y Asia que acaban de luchar y los de América Latina, que han vivido en estrecha dependencia de Estados Unidos, saben que con su triunfo no tienen nada que ganar.
Milla señala específicamente el caso del pueblo español, para el cual resulta evidente que el triunfo de Estados Unidos significaría la perpetuación del régimen tiránico del General Franco. Muchos pueblos de América tienen sobrada razón para creer igual cosa respecto de las sangrientas tiranías que los oprimen.
Después del abandono de la política directa de fuerza que Estados Unidos empleara contra Cuba, México, Colombia, que son los ejemplos más evidentes, aunque ningún país de América estuvo libre de él, la Casa Blanca ha adoptado la fórmula ambigua del buen vecino. que en la realidad consiste en apoyar a todo gobierno americano que sea amigo del gobierno norteamericano, siendo ésta la condición única exigida para ser considerado un buen vecino.
Estados Unidos patrocinó y obtuvo en la Conferencia Panamericana de Bogotá la sustitución del antiguo régimen de reconocimiento internacional con consultas y análisis previos del gobierno instaurado por medios que se apartaban de la continuidad jurídica, por el actual de reconocimiento prácticamente automático.
Con esto han quedado las manos libres para estimular las ambiciones audaces de los caudillos militaristas que, como mal endémico, sufre América y que saben que sus golpes de fuerza y cuartelazos reciben inmediata sanción internacional, con sólo declarar su anti comunismo y su amistad a Estados Unidos.
Así se mantienen en nuestro Continente las más oprobiosas y negras tiranías del mundo entero, como son las que aflijen a los pueblos de Nicaragua, con Somoza; de Santo Domingo, con Trujillo; de Venezuela, bajo su Junta Militar; del Perú, bajo el legalizado mandato de Odría, países donde la libertad humana ha sido radicalmente abolida en todas sus manifestaciones, tanto materiales como espirituales.
Esta política norteamericana ha sido también causa del entronizamiento de dictaduras legales, sancionadas por el apoyo mayoritario de sus pueblos, como es el caso de Argentina, con Perón y Brasil, con Vargas. ha producido hechos tan contradictorios e ilogicos como el triunfo electoral de la minoria conservadora de Colombia y el de fascistas y comunistas, con Paz Estensoro en Bolivia, y el posterior entronizamiento de una Junta Militar.
Las actividades de estos gobiernos tirámicos en sus respectivos países, no obsta, sin embargo, para que Estados Unidos los acepte y admita en conferencias y cónclaves internacionales, destinados a tratar sobre la supervivencia de la libertad y el régimen democrático en el mundo, ni para que, incluso, se les invite oficialmente a enviar tropas para luchar contra la agresión en Corea, cuando ellos mismos no son sino el resultado del triunfo de la agresión contra el derecho Es posible, como lo señala Milla, que millones del pueblo ruso, DI piensen que la guerra, con el triunfo de Estados Unidos, significa la liberación del comunismo burocrático de Stalin; pero para otros millones de los pueblos occidentales este triunfo significaría la perpetuación del predominio anti democrático en lo político y económico internacional que ejerce Estados Unidos. Extraordinaria paradoja a la que nos ha llevado la debilidad norteamericana para defender la libertad frente a la tiranía.
Todos los países de América han sufrido el sistema anti democrático de Estados Unidos, no sólo en las brutales expresiones de su política internacional señaladas anteriormente, sino en la opresión por su poderío económico, expresado a través de una política imperialista más o menos disimulada. Actualmente, lo sufren también los países de Europa, a través de los planes de colaboración militar, que los obligan a desesperados esfuerzos para defender su independencia económica, labor que Inglaterra ha logrado realizar y que la ha llevado, pese a la elogiada amistad anglo estadounidense, a enfrentarse en más de una ocasión a las posiciones de Estados Unidos, y que moviliza la fuerte oposición que Estados Unidos encuentra en todos los países de Europa Occidental, donde la voz popular goza de cierta libertad y encuentra eco en la expresión gubernativa. En este aspecto la posición de España es trágicamente inferior, y es muy posible que sea, precisamente el completo estado de sometimiento en que se encuentra su pueblo el factor predominante en la elección de su suelo, que han hecho los dirigentes norteamericanos, como base de sus operaciones en Europa.
Para señalar gráficamente la penetración imperialista de Estados Unidos basta reseñar brevemente la forma como se desarrolla su política económica internacional.
Por razones obvias todos los pueblos de América tienen como fuente vital de sus compras y ventas el mercado de Estados Unidos.
La gran mayoría de los artículos esenciales y materias primas que estos países producen tienen en Estados Unidos precios congelados. o precios tope. Esto significa que para estos países no rige la ley liberal de la oferta y la demanda. La demanda extraordinaria de materiales bélicos y materias primas, motivada por la situación de pre guerra, no los favorecía en los precios de sus ventas; en cambio, los artículos de consumo, maquinarias, lubricantes, etc. que estos mismos países deben comprar en Estados Unidos tenían precios libres y subían de acuerdo con ese mismo aumento de la demanda. El desequilibrio creado por esta política esos países sólo pueden suplirlo mediante préstamos, contratados con los propios Estados Unidos, para el desarrollo y progreso de su economía, pero empréstitos que los ligan cada vez más.
Isador Lubin, delegado norteamericano al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas fué interrogado por mí en el sentido de si Estados Unidos podrían adoptar, para el pago de los productos y materias primas que compran en América Latina, precios móviles que subieran en la proporción en que se alzaran los precios de aquellos artículos que América Latina debía comprarles. El señor Lubin rechazó esta posibilidad perentoriamente. Dijo, si Estados. 164. 165