PERSPECTIVA MUNDIAL CUADERNOS INTERNACIONALES EL CONFLICTO POR EL PETROLEO PERSA Por EMILIO MUSE DI Antón Zischka, el informado autor de La Guerra Secreta por el Algodón y Ciencia contra Monopolio. nos ha narrado breve y sugestivamente en su libro sobre la lucha por el dominio del petróleo, la historia impresionante del hombre que descubriera la riqueza del subsuelo iranio. Se ha puesta en duda la misma, y Glyn Roberts, en la biografía de Deterding, menciona al protagonista de aquélla como uno de los tantos pescadores de concesiones que merodeaban por el Cercano Oriente. Sin embargo, Dauphin Meunier en La City de Londres. y Raymond Dior en El Petróleo y la Guerra. la han retomado reafirmando su veracidad. Escuetamente, la historia se refiere a un joven ingeniero llamado William Knot Arcy, que marchó al Oriente con la expresa misión de investigar el subsuelo del Irán. Arcy, después de infructuosos laboreos y rastreos prolijos por la ruta de los antiguos templos persas, descubrió al fin las enormes riquezas escondidas bajo la meseta legendaria, las fuentes de lo que iba a representar una de las más grandes reservas petroleras del mundo. Antes de que aconteciera el importante descubrimiento, Arcy había obtenido del Sha de Persia una de esas concesiones fabulosas, digna de la más exuberante imaginación oriental. Por ella se convertía en el auténtico propietario de todos los productos que se extrajeran del sub suelo iranio, por el largo período de 56 años. Un día, el ingeniero ya encanecido por 20 años de exploraciones y meditaciones metafísicas despertó como uno de los hombres más ricos de la tierra. Pero a Arcy no le interesaba la fortuna ya. En verdad, nunca le interesó bastante. Siempre había sido un religioso a la antigua usanza y terminó como un místico cabal. Despreció el dinero y cayó en el plano de las grandes tribulaciones. Comenzó a imaginar el triste porvenir de ese país endeble bajo la fuerte penetración imperialista de Inglaterra. Pensó en las intrigas políticas, en las fricciones diplomáticas y en los encuentros militares que podrían sucederse sobre el territorio del Irán. Se representó, en suma, la pintura crudamente capitalista de nuestro tiempo, y sintió terror. Arcy creyo ingenuamente que estaba en sus manos evitar la extracción del petróleo persa, y huyó.
El mistico ingeniero se echó encima los más astutos y decididos agentes del servicio secreto de Gran Bretaña. Primero, un gran ofrecimiento de millones de libras esterlinas por el documento del Sha; después, el robo infructuoso en la ciudad de El Cairo; más tarde la tentativa de asesinato. Entre los directores del inocente juego se encontraba un tal Winston Churchill. Arcy, acorralado y temeroso, pero inquebrantable en su decisión, tomó la ruta de América. Hé aquí lo que le aconteció a bordo, narrado por el propio Zischka: Arcy elude los otros pasajeros. no habla con nadie. Pasa su tiempo leyendo los relatos de las sociedades de misioneros. Un sacerdote viata en ese barco. él tampoco habla con los demás. Pronto Arcy se siente atraído hacia aquel hombre de santo aspecto. Este se lamenta de la locura del oro. Dos días antes de llegar a New York, Arcy cuenta su vida a su nuevo amigo. El misionero parece poco interesado al principio, pero de súbito una idea le ilumina. por qué no colocar el precioso documento al noble servicio del evangelio? El Sha había dificultado hasta ese momento el acceso de misioneros a su país, pero si ellos obtenían la concesión, la situación cambiaría del todo seguramente. Antes de que el viaje terminara, el ingeniero traspasa sus derechos al tesoro subterráneo de Persia al misionero inglés. Y, por él, al Intelligence Service. Pues este sacerdote era uno de los hombres más astutos de ese servicio de espionaje sin igual ese cura no era otro que Sidney Reilly Rosemblum.
Inmediatamente después de tan extraordinario acontecimiento se constituyó la Anglo Persian Oil Co, en la que el Almirantazgo y el Intelligence Service participaban con el 56 de las acciones. Recién en mayo de 1914, Churchill informó a los Comunes de esta participación, que fué ratificada, elevándose el capital de la compañía a 600. 000 libras. Estos son los transparentes orígenes de la preciosa joya imperial que los ingleses han tratado de defender hasta hace algunos días con el néctar de la más bella tradición jurídica. casi medio siglo de aquellos sucesos, a través del cual se cumpliera,. como era lógico, los presentimientos de Arcy, Persia decidió nacionalizar los yacimientos petrolíferos y la refinería de Abadán.
No vamos a debatir aquí la legalidad o improcedencia que mastican ahora los británicos, aspectos más que secundarios de una realidad mucho más profunda. Sólo diremos, para ubicar la decisión del parlamento iranio, que en este caso como en tantos otros, las realidades sociales han gravitado de manera principal sobre los acontecimientos políticos. Según una revista norteamericana de abril del año en curso, la oligarquía campesina de Irán, que representa el de la población, posee el 90 de la riqueza (excepto el petróleo. y que el standard de vida de ese país es uno de los más bajos del mundo. La situación financiera del mismo es verdaderamente desastrosa, presentando sus balances un déficit permanente entre las exportaciones e importaciones globales. Son varios los préstamos que ya ha recibido de los EE. UU. y la misma Anglo Iranian facilitó al gobierno, el año pasado, un crédito de 37 millones de dólares. Mientras tanto, la Memoria de la compañía acusa para 1948 una ganancia neta de 50. 700. 000 libras esterlinas, y para 1949, de 38. 700. 000.
Como consecuencia de este formidable desequilibrio económico. 154. 155