AnarchismBourgeoisieDemocracyErrico MalatestaFascismJohn DeweyLiberalismNeoliberalismPrivate PropertySocial DemocracySocialismWorking Class

CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES Así como los libertarios tomaron la esencia extrema del liberalismo, la llamada socialdemocracia de los partidos que forman en 1889 la Segunda Internacional, y especialmente después de 1900, adopta, las formulaciones prácticas inmediatas de la práctica del liberalismo democrático. La extensión del sufragio, la práctica parlamentaria, la utilización de la legislación con fines sociales, son elementos que hereda por su intermedio el socialismo del sector democrático del antiguo liberalismo.
III vas líneas de la economía y la política. Se piensa que es necesario ajustar ja ideología política, a las nuevas direcciones que impone la política general exterior, el mundo de la economía, y la defensa de situaciones que no se desea extender a las clases populares en ascenso. Masas de ex liberales engrosan los partidos conservadores tradicionales, atemperan su política aliándose con la reacción frente al socialismo naciente y los problemas derlvados de la expansión imperialista. Otros finalmente preludian la defensa, y hasta la fortificación del Estado que antes de hacerlo en la práctica los dictadores europeos de la primera postguerra, estaba en el pensamiento de la alta burguesía y de los militares profesionales. Podría aplicarse la frase de John Dewey, que merece hondas reflexiones: La amenaza, más seria para nuestra democracia, no es la existencia de los Estados totalitarios extranjeros.
Es la existencia, en nuestras propias actitudes personales y en nuestras propias instituciones, de aquellos mismos factores que en esos países han otorgado la victoria a la autoridad exterior y estructurado la disciplina, la uniformidad y la confianza en el líder. Por lo tanto concluía, el campo de batalla está tambien aquí en nosotros mismos y en nuestras instituciones. 5)
El fascismo como ideología había nacido, a través de docenas de escritores separados por la distancia y el idioma, pero amamantados en una misma circunstancia histórica.
Frente al núcleo de los que acusaban hondamente la crisis, estaba el eterno grupo de los que no pudieron o no quisieron enterarse del problema.
Como en Cándido de Voltaire, estos siguieron vegetando en el mejor de los mundos, pregonando las soluciones del siglo XVIII y viviendo falsamente, pues la realidad diaria se contradecía groseramente con sus premisas. Pronto desaparecieron en Europa, aunque más tarde en los países meridionales especialmente como actitud opositora pero sobrevive este tipo de liberalismo todavía en América del Sur, favorecida por el atraso social y económico, y la falta de madurez política de las masas.
Mientras los liberales viven la crisis, el liberalismo, o por lo menos la mayoría de sus elementos ideológicos vitales, no solamente no se pierden, sino que se transvasan a nuevos sectores de la población, a nuevos grupos y países Hay una suerte de trasplante de los conceptos de la libertad política de la valoración positiva del individuo, de la confianza en el progreso, de la fé en la inteligencia como método y hasta de las mismas prácticas del parlamentarismo democrático. Se observa este fenómeno en la masa de la ideología socialista. El socialismo, o por lo menos un sector muy considerable del mismo, retoma la enseña liberal en el mismo momento en que esta parece perderla la burguesía tradicional. Por lo pronto, en una interpretación extremista, a través del anarquismo. Este termina por entonces de constituirse como pensamiento parcialmente autónomo en el seno del socialismo y comienzan sus adherentes a llamarse libertarios, sea partidarios de la libertad. Allí donde el liberal decía, por la defensa del individuo: el Estado es un mal aunque agregaba un mal necesario, el liberalismo dirá que por ser mal el Estado debe desaparecer, y allí donde el liberal confiaba en el progreso especialmente en su faz técnica, el libertario creerá en la fuerza trascendente de la volun: tad como posible de trasmutar la historia. 6)
Pero aparte de la transvasación de ideas del liberalismo al socialismo, apardel núcleo de quienes le abandonan y de aquellos que no son capaces de renovarse, hay que consignar que el sector más vigoroso de esta corriente mantiene sus posiciones después de una transformación de enorme importancia histórica.
Comienza por manifestar la nueva actitud, lo que podría denominarse neo liberalismo por el pensamiento por el momento sin aplicaciones prácticas, de Thomas Hill Green que por 1880, en una conferencia sobre La legislación liberal y la libertad de contratación. decía. La libertad no consiste en la ausencia de la coacción sino en un poder o capacidad positiva de hacer o gozar algo digno de ser hecho o gozado La propiedad privada es una institución que se justifica porque contribuye al bien común no sólo para una clase privilegiada, sino para todos, en la medida en la que la capacidad de cada uno le permite participar en él. 7)
Las consecuencias que deduce son significativas y muestran la distancia recorrida desde el Código Napoleón y los escritos de Jeremías Bentham.
El bienestar colectivo es entonces la condición previa de la libertad y la responsabilidad individuales y el gobierno tiene el deber de regular el sistema económico cuando este no consigue producir resultados humanamente satisfactorios.
Podría decirse que al tiempo que el Socialismo recoge y continúa parte de la herencia del antiguo Liberalismo, este, en su renovación, se acerca a la corriente socialista. En efecto, a este le caracterizan dos ideas: la Justicia Social y el control de la Economía por la Sociedad, y estas dos formulaciones están implícitas en el ideario de Hill Green, John Dewey y Croce más tarde en las reformas del neo liberalismo. Estas líneas que trazamos para las dos últimas décadas del siglo XIX, tienen vigencia para la primera mitad del XX. Se agrava la huída de la burguesía de las posiciones liberales, crece la corriente dictatorial y fascista, decrece el liberalismo tradicional como señaláramos; pero también se llevan a la práctica grandes reformas bajo administraciones públicas de inspiración neoliberal.
En primer término, en pequeños países de problemas simplificados por la juventud y la riqueza económica, como por ejemplo el Uruguay. El conjunto de medidas y prácticas adoptadas de 1904 a 1933 aproximadamente, y especialmente la constitución de 1917, están incluídos en esa corriente.
Es mérito de nuestro país haberse adelantado en esa senda, y segura. 5) Libertad y cultura. de John Dewey, Rosario, Ed. Rosario 1946. 11. 6) La vinculación intima de liberalismo y libertarios ha sido desarrollada en las obras de Rocker y en especial en Ideología y táctica ciel proletariado moderno. Barcelona, Mundial, págs. 109 151 El parlamento, el Estado y la socialdemocracia. La valoración del voluntarismo anarquista está hecha en Malatesta de Luigi Fabbri, Bs. As Americalee, 1947. 7) Citado en Historia de la teoría política de George Sabine México, 1945, págs. 637 640. 8) La idea de que, pesar del temor que todos le tienen el socialismo ha entrado en la historia por la puerta grande. El pseudo socialismo que está surgiendo por todas partes como paliativo, no es sino la confirmación lógica de esta verdad. la hemos visto en Luce Fabbri, Ensayos. 16, octubre 1937, 122, y repetida desde otro ángulo en José Luis Romero El ciclo de la revolución contemporánlea Bs. As. Argos, 1948. 140. 141