Working Class

CUADERNOS INTERNACIONALES sales. Ese es un mandamiento que ningún hombre puede entender, a menos que tenga mal corazón. Es un mandamiento que no puede pasar de persona a persona, sino tan sólo del Estado a sus anónimos ciudadanos. Tradujo García Pradas)
CUADERNOS INTERNACIONALES de togas y ritos. En consecuencia, dentro de esta cerrada sociedad surge un senamiento de solidaridad y de mutua comprensión, que hace de la procesion un juego de gran destreza, en el que sólo pueden intervenir los peritos en el mismo. De cualquier modo, lo innegable es que entre los abogados de la defensa y de la acusación no hay nunca otra guerra que la artificial. Si por una o por otra parte se revela emoción, quien lo hace es inmediatamente puesto al margen, para ser luego escarnecido. El Juez, sobre todos, actúa de árbiuro en una pugna de ingenio; el acusado, cuya inocencia o cuya libertad es la puesta, a menudo es reducido a la insignificancia; él no imporca; lo importante es tal o cual tiquismiquis legal.
El juez es independiente; el Fiscal general, que acusa, y el letrado defensor, juegan el juego ateniéndose a sus complicadas reglas. Pero ellos y sus congéneres las han hecho, para aplicarselas al mundo que conocen por experiencia: un mundo de propiedad y finanza, de Universidades y clubes, de comilonas y cabalgadas en pos del zorro. la luz de su experiencia, bien pueden creer que han hecho las reglas con imparcialidad, con honradez de intención. Quieren ser justos para la clase trabajadora, para el negro y la prostituta. Pero es difícil legislar bien para un mundo que el legislador conoce sólo de oídas.
Cierto que un brillante abogado puede ser capaz de acomodarse a la mentalidad de su cliente una proeza de empatía, mejor que de simpatia, pero eso es una excepción, y ni aun así es por completo comprensiva. Hay alturas y profundidades de experiencia simplemente fuera de la mentalidad normal entre abogados de la clase media: mundos de pobreza y de sufrimiento, mundos de envilecimiento y de desesperación. Ante los exponentes de tal experiencia, el juez y el abogado medios no pueden hacer otra cosa que seguir el ejemplo de Pilatos y lavarse las manos.
y (1) El novelista Fielding fué, por algún tiempo juez en tribunales de Londres, y a él se debieron en gran parte las primeras reformas encaminadas a humanizar las leyes inglesas protectoras de la propiedad. 2) Se alude a un proceso incoado contra el grupo anarquista londinense de la FREEDOM PRESS, algunos miembros del cual ingenieros, médicos, escritores, caricaturistas fueron condenados a varios meses de cárcel por hacer propaganda insurreccional contra la guerra. 3) Sin perjuicio de contar con que Herbert Read, como todo el mundo, puede tener las creencias que le plazcan, quizá no huelque advertir que su noción de la divinidad no tiene estrecheces de catecismo o sistema teológico, y acaso pueda identificarse con el principio, ley o fuerza de atracción cósmica. No en balde se cuenta entre los mejores conocedores de Wordsworth y Coleridge, que dieron. especialmente, el segundo. un sentido religioso de la naturaleza y de la vida a Godwin cuando a éste dejó de satisfacerle su propio ateísmo. DI Hay justicia en los bajos fondos: léase un libro como STREET CORNER SOCIETY. Sociedad Callejera, o del Arroyo. y se verá cómo está organizada, cómo funciona. Los hombres son naturalmente justos cuando forman agrupaciones espontáneas para jugar, explorar, debatir y hasta para robar. Qué hermosa es la justicia cuando espontáneamente surge en un bote de náufragos! Hay justicia entre los prisioneros y en cualquier comunidad de esclavos. El hombre en sociedad es naturalmente justo, porque la sociedad, si es digna de su nombre, tiene por vínculo la mutua consideración. Es el hombre deshumanizado, reducido a unidad, a cifra de orden, el que ya no tiene sentido de la justicia. Es anónimo, independiente de los demás, indiferente. No siente ni siquiera la emoción cohesiva de la manada de lobos. Está solo, y contra él se alza el Estado: aquel complejo de leyes, reglas y disposiciones carentes de realidad para este individuocifra, que no ha contribuído a hacerlas, cuyo sentido quizá no entiende. No matarás. hé ahí un mandamiento que cualquier hombre puede entender: prohibe cometer un crimen contra otro hombre y un pecado contra Dios. Pero No hablarás de paz y fraternidad univer119. 118