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CUADERNOS INTERNACIONALES ROQUENTIN LIBERADO por EMILIO UCAR no y anunciando a la vez premios y castigos para los que tomen partido por o contra él en el plano ideológico o crítico, Esta actitud da la razón al marxismo, al stalinismo y al totalitarismo sobre el método y sobre el fondo filosófico del problema. El americanismo es también un pragmatismo idolatra de la faerza. En efecto, la cuestión de saber si una cosa es verdadera queda subordinada en un caso como en el otro a una apreciación de la fuerza, real o virtual del partido al que afirma o al que niega. Una cosa que será cierta. si dispone de la fuerza de las bayonetas, ya es verdadera. dialécticamente hablando.
Para ser un hombre digno del nombre de tal, hay que separar el deber del hecho, y aislar el juicio resultante del interés práctico. Hay que saber defender de todo corazón la causa que se sabe perdida, o la que se sabe que tiene menos probabilidades de vencer. El stalinismo no admite chances ni posibles diversos, sino un solo posible. el que se realizará. La autonomia de la razón sólo puede plantearse por el desprendimiento de los juicios de valor con relación a los juicios de realidad o de probabilidad. Tradujo del francés para Milla. 1) Karl Marx. Tesis sobre Feuerbach eDI Ser así, tal como soy, es una culpa, mi culpa fundamental. He ahi el descarnado postulado existencialista de Jaspers que eleva al hombre a la categoria de sumo responsable en virtud de algo que, por lo mágico, nos cuesta enormemente comprender (no digamos ya sentir. En verdad, el mismo Jaspers admite que a nadie le es dado elegir jamás entre ser como es ser así, o de cualquier otro modo.
Conscientemente, desde luego. Sin embargo el hombre. agregaes permanentemente solidario de sí mismo. de sí mismo como es.
Por eso es responsable. Reconocer, pues, el ser así como cosa propia, crea simultáneamente la culpabilidad. Haya o no habido elección, acto voluntario previo. Esto que para algunos no podría ser otra cosa que metafisiquear sobre la más aventurada abstracción del hombre. es lo que más importa a Jaspers, Sartre, sus antecesores y sus continuadores. Determinismo absoluto, cerrado, sin escapatoria.
II Véase que lo curioso, lo paradojal, comienza cuando los existencialistas asignan al hombre su pobre muñeco atado de pies y manos el máximo de libertad. El hombre de Sartre no es, sencillamente, libre; está obligado a ser libre. Es el soberano de una libertad previa elaboración psíquica y sin finalidad ética; una libertad fría regalo del cielo. que no nace de la tierra, ni se cría entre los deseos del corazón; una libertad que nadie quiere. Los existencialistas olvidan que lo fatal no interesa al hombre, como no sea para trabar relaciones con la muerte. que, aún así, hay quienes lo desprecian.
Por todo esto la fórmula existencialista no cuenta sino con las simpatías de los filósofos, esos extraños seres desprovistos de sensibilidad humana, de auténtico don poético, que juegan su imperturbable partida de ajedrez con oídos sordos a los gritos del hombre, del dolor, de la injusticia, que devastan la tierra.
III Sin embargo, la desazón existencialista (no podría llamarla de otra manera) es, en cierto modo, producto de una de las más ricas experiencias del pensamiento contemporáneo. La escrupulosa tesis. 72. 73