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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES término medio, en que se hallaría material para interesantísimas bio grafías. No las hará nadie, seguramente, y es lástima. Hay ejemplos extraordinarios que sería bueno dar a conocer!
JUECES POLICIAS podrida y busca al causante principal para suprimirlo antes de irse él. No tiene miedo. Sabe a lo que se expone y va a cumplir su mensaje. uno de sus mensajes. Sí, hombre; un anarquista puede cambiar el curso de la historia. Lo importante es no actuar por un cuestión de politica pequeña sino para salvar al Hombre. Esto impone respe to e impone miedo. Crees tú que no sería distinta la historia de España si no hubiese fracasado la bomba de Morral? Hay muchos mo dos de andar, desde luego: pero lo heroico da siempre los mejores ejemplos.
Ya había dicho en otro lugar de La Insignia. En una cabecera de banquete organizado en honor del poeta se sentó un jefe de policías junto a él. No lo conocía. Hablaron de lite.
ratura y otras artes. Cuando, por fin, supo de quien se trataba, que dó escandalizado y lo dijo. Jefe de policía usted? Pues mire: es la primera vez que saludo a un hombre de su oficio. Porque su oficio. perdone ustedes el más odioso que se le ha encargado a los hombres. Preguntó luego sobre sus ideas políticas, su posición frente a los jueces y los presos, el derecho de éstos a juzgar a aquellos. El buen ambiente después de aquella magnífica conferencia sobre Quien soy yo. había quitado la natural violencia de los contrastes. To do se limitó a decir, de regreso. Qué policía raro ¿verdad?
Acaso valga la pena repetir aqui estas palabras referidas a torturas policiales que por aquellos días se aplicaban en Montevideo. Las torturas ¡cómo rebajan a los hombres! El que castiga por encargo de terceros para arrancar una declaración contra el compañero o el hermano. eso es un hombre? Quien en tales casos se deja morir sin declarar, merece eterna gratitud del mundo. Pero hay algo que conviene anotar especialmente: cuando el acusado se desar ma a causa de los alambres y la electricidad que pasaron por sus tes.
ticulos; cuando el dolor o el miedo lo apartan de sí mismo y se dis pone a hablar; cuando entran los que escriben: las actas y anotan, anotan mientras otros esbirros corren en busca de nuevas víctimas. éste es el momento en que se debería tener a mano el veneno para suicidarse y hacerle un hijo macho a la Historia. Dias más tarde se refirió de nuevo a los jueces para decir. Quiá! Un juez jamás podrá ser un hombre bueno. Cómo podría serlo haciendo justicia en base a una mala ley. Un juez es siempre una cosa insensible, cuando no un bruto o un sinvergüenza.
La verdadera justicia comienza cuando la ley desaparece, VOLVER LO HEROICO. Esta es la exégesis heroica.
La exégesis anarquista. Escuchad: Hay que salvar al rico.
Hay que salvarlo de la dictadura de sus riquezas porque debajo de sus riquezas hay un hombre que tiene que entrar en el reino de los cielos; EN EL REINO DE LOS HEROES!
Pero también hay que salvar al pobre.
Porque debajo de la tiranía su pobreza hay otro hombre que ha nacido para héroe también.
Din Hay que matar al pobre y al rico para que nazca el HOMBRE.
Cerremos la nota reafirmando que en Montevideo todo fué ser gún los antecedentes de su poesía y la personalidad que lucha a sabiendas de que no hay cimas de felicidad. Cada cumbre evidencia otra cumbre. Cada jornada cumplida señala la urgencia de otra jor.
nada. Jamás se podrá detener la lucha. Cuando conozcamos todos esos mundos y sepamos los secretos que guardan. comprenderemos que es necesario volver a empezar. Seguir adelan te es la consigna eterna. Hasta que puedan estar todas las lenguas en una sola canción, y todas las manos en una sola caricia. Es decir: cuando no queden noches que derribar. De una carta al autor de la nota. En el sentido que León Felipe da al valor del hombre, éste són lo se salva mediante su disposición libertaria. Mucho mejor si ac túa, ya se ha dicho. No sólo escribiendo y hablando, sino volviendo a lo heroico. Porque. Cuando hay tantas trampas en la ley no es posible igualarse en ella. Un anarquista es casi siempre un hombre angélico obrando por imperio de su capacidad amorosa. No puede vivir en una sociedad. 36. 37