SocialismStrike

CUADERNOS INTERNACIONALES Naturalmente. Como se puede pensar en la huelga teniendo el aparato de represión en las mismas fábricas, siempre presto a funcionar?
Los Taft y los Hartley tienen algo que aprender de Yugoslavia.
DISTRIBUCION DE LOS BENEFICIOS LEON FELIPE Por CRISTOBAL OTERO El Estado se reserva la mayor parte de los beneficios de las empresas.
El Estado dispone también de la totalidad de los productos fabricados, para los que fija arbitrariamente los precios de venta en el mercado. Un por centaje crecido de este plus valía. la famosa acumulación socialista. se destina a la industria pesada, es decir, a la fabricación de guerra tanques y cañones de gran calibre que es extraordinariamente costosa en razón de la escasa capacidad de producción de la industria yugoslava. Así, la cantidad elevadísima de energía que se gasta en la fabricación de objetos no rentables, disminuye más aún la masa de artículos de consumo y los instrumentos de primera necesidad (tractores, por ejemplo. Estas singulares concepciones económicas explican, en parte, la insuficiencia de la capacidad de compra die los trabajadores.
Una pequeña parte de los beneficios se reserva a la conservación y re.
novación del material de la empresa. Pero ni el gobierno, ni las empresas, ni los sindicatos han pensado será realmente un olvido. en fijar el porcentaje de beneficios que corresponde a los trabajadores. No obstante, un director de fábrica nos ha manifestado a este respecto. Los beneficios realizados durante este ejercicio han sido entregados nuestro mejor productor. quién ha sido el mejor productor. preguntamos.
El ingeniero jefe, que recibió 30. 000 dinars. El salario de un trabajador medio durante diez meses!
Se nos ha pedido un artículo sobre León Felipe. Nos parece bien para este primer número de Cuadernos Internacionales.
Le hemos visto y oido durante su larga estada en Montevideo, mejor: le hemos sentido. Por eso estas letras no pueden ser otra cosa que un elogio.
La libertad es su máxima y su minima preocupación. La constante de su vivir. Sin ella como norte y sentido de la actualidad, no se podría concebir al hombre ni sería posible el artista. No es, no podría serlo, militante de cosa alguna que necesite organización previa y respeto para determinaciones fijas. Tiraria al diablo la menor traba que se le opusiese en nombre de leyes, costumbres o lo que fuet se. Su yo más fuerte que todo impedimento, le sobrepone siempre; aún apelando a la locura de que tanto le gusta hablar. Porque la lor cura salva a los hombres, así como la cordura los anonada e inutiliza. Lo peor que le puede ocurrir a la libertad es que se acaben los Quijotes. Porque cuando los relojes marchan demasiado bien, será 17ecesario echarse a temblar. El hombre debe nadar todavíe y por mucho tiempo, contra la corriente; hasta llegar a la fuente de las cosas, meterse en todos los cauces, coronar las cimas, otear el fondo de los hechos y correr a la solución de los problemas respectivos, Libremente, eso sí, para que aquella sea verdadera. La falacia bien Se sabe es cortapisa en que ha venido tropezando la Humanidad desde que le nació una preocupación y una ansia superadora.
León Felipe lleva juntas su poesía y su vida de rebelde. Inseparables. Por eso dijo de él cierta vez Rodolfo González Pacheco. Nadie lo tendrá jamás si no es por coincidencia artistica o ideológica. Quien crea tenerlo se llevará un chasco; verá que se le escu rre de las manos como agua apresada entre los dedos. Es como cier tas aves que cantan hasta cuando comen, y pican si no está suficien temente limpia, la mano que le ofrece granos. Hasta desgarrarla!
Lo sabemos bien. Cómo, entonces, creer en las listas que lo presentan firmando felicitaciones a un tirano? Imposible. Ha de ser treta de interesados, bien conocida por el precisamente. Bastará recors dar cómo le fué necesario defenderse en España; qué esfuerzos de bió realizar a favor de Waldo Frank cuando, por haber éste abando nado sus simpatías comunistas, se le echó encima las groseras dias 33. 32