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CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES BASTA YA DE IMITAR LOS LUDDISTAS!
Consideremos un momento la doctrina de la revolución, si es que podemos abrir los ojos tras habernos echado tanta tierra. En cualquier Historia del Socialismo se nos dice que el movimiento luddista fué iniciado en Nottingham o en el Lancashire por quienes, mar tillo en manos, destruyeron los telares que les dejaban sin pan al privarles de trabajo. El mismo honor se atribuye a quienes desba rataron las máquinas de coser del desdichado francés que, por inventarlas, consagró su vida a ellas. Como si las máquinas no hubieran sido más socialistas que quienes las destruyeron! La injusticia que aquellos padecían, la que les negaba trabajo y pan, no era culpa de las máquinas que a remediarla venían, sino de un orden social imposible de enmendar a martillazos, y menos a martillazos en la herradura sin culpa. Pero el caso es que el error de los luddistas dió lugar a un error de apreciación que todavia perdura. Se creyó y se cree que aquellos hombres fueron revolucionarios en el más noble sentido del vocablo, pese a ser reaccionarios enemigos del invento que les puso en un apuro; y, por si eso es poco, se persiste en suponer que son revolucionarios. es decir, renovadores socialistas cuantos en todo recurren a la táctica de aquéllos: la del golpe y porrazo, a machamartillo, No es sorprendente, porque ¿en qué consiste la táctica socialista, desde los tiempos de Marx y Bakunin, y aun desde la Conspiración de los Iguales? Precisamente en hacer lo mismo que los luddistas o cosa poco mejor. Veréis: la máquina, el aparato, el instrumento de opresión es el Estado, y hay que destruirlo, hay que demolerlo, hay que volarlo; tal dicen unos, y otros, echándolas de más cucos, dicen que lo interesante es apoderarse de él, quitárselo a quien lo tiene, para hacerle padecer lo que hoy nos hace sufrir. Quién ha de hacer seruejante cosa; quién se ha de encargar de destruir o tomar el aparato de opresión? Un proletariado semajante a los luddistas, hostigado por el hambre, combativo en grado sumo, de feroz arremetida. Cuando Bakunin se desespera, cuando pierde la paciencia ante la injusticia que por todas partes ve, da rienda suelta a su carácter, se olvida de sus ideas más nobles y generosas, aboga por la anarquía de las malas pasiones. invoca una nueva invasión de los bárbaros. claro es, en los amenes de su siglo casi todos sus discípulos claman por invasiones de bárbaros, de luddistas de la estepa, como si fuera posible esperar de ellas otra cosa que la destrucción y barbarie. Esa idea de la máquina y el golpe que la deshace, tipicamente luddista, perdura en el anar quismo; y el concepto del siniestro aparato de opresión, tomado para oprimir, típicamente jacobinista de guillotina, prevalece en el marxismo. esas dos simplezas se reducen las tácticas visibles, predominantes, del socialimo revolucionario, y ambas son indicios mucho más aún: pruebas concluyentes de su inmadurez.
DI ¿Cómo pudieron justificarse en el siglo XIX? En primer lugar, recurriendo por uno y otro lado el de Marx y el de Bakunina la dialéctica hegeliana, que ni reir hace a nadie ya. Reducir el devenir. toda la historia, a un mero juego de tesis, antitesis y síntesis, como quiso hacer Hegel, era un desatino como una casa; pero interpretar la trinidad hegeliana tan esquemática, violenta y traumáticamente como hizo Marx y pareció hacer Bakunin sin darse cuenta, fué un disparate como una catedral. De cualquier modo, la dialéctica marxista ha sido puesta en el montón de chatarra por el biólogo Nicolai, quien a la vez ha advertido que el mismo Marx, sabiendo bien que era falsa, intentó encubrirlo o disimularlo. Si la tesis de mi brazo derecho me destruye la antitesis de nui brazu Izquierdo, me quedo manco, pero no logro síntesis alguna. Si la tesis de la clase proletaria hace papilla la antitesis de la clase explotadora. qué sintesis logra la sociedad? Lo esencial de las sintesis sociales es la coexistencia de tesis y antítesis en pugna, pero no en guerra abierta; una coexistencia en que la acción de la una determina la reacción de la otra, y de tal modo que mediante ambas se transforman ellas mismas. reajustan su equilibrio más o menos inestable, constituyen nuevas síntesis, cada cual de éstas tiene su ley de constitución, su régimen funcional, sus propias normas de desenvolvimiento. No hay manera de separar tesis y antitesis en la sintesis social, que las contiene siempre, de continuo las renueva. Como Proudhom advirtió, la oposición en la conjunción no se resuelve jamás; es el principio de la historia, la ley vital Jel progreso Pero Marx, tras de dar en la flor de suponer que la historia.
hasta su tiempo, era una historia de guerras de clase nada más, recurrió al mito judaico de la redención mesiánica. Su idea principal, según Engels, que la creía tan importante para la Historia como las de Darwin para la Biologia, fué que la milenaria lucha de clases ha llegado ya a una etapa en que la clase explotada y oprimida. el proletariado no puede emanciparse de la clase que la explota y la oprime. la burguesía sin a la vez liberar para siempre a toda la sociedad de la explotación, la opresión y las luchas de clase. Es una idea de sermón, redentorista y mesiánica, que en nada concuerda con la historia conocida ni con la naturaleza de la sociedad. Mas, como tenía una gran belleza, como era sencillísima, como expresaba los anhelos de todos los oprimidos, se aceptó como si fuera otra bulena nueva: religiosamente. Ahora bien; para realizarla había que centralizar según decía el Manifiesto Comunista todos los instrumentos de producción en manos del Estado, esto es: del proletariado organizado como clase dominan.
te. quién no verá la trampa que en el esto es se encierra?
El Estado proletario es la clase dominante de la sociedad prole, tarizada, sin medios de vida ni libertad de que pueda disponer por cuenta propia; una nueva clase privilegiada, y en grado super 18. 19