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CUADERNOS INTERNACIONALES COTEJO HISTORICO DE LA REVOLUCION Por GARCIA PRADAS se piensa mal por ser un criminal. Se es un criminal porque se piensa mal. Si se sigue conduciendo al mundo sobre principios falsos, se produce matemáticamente el crimen y el asesinato. Todos aque llos que directa o indirectamente aprueban principios de este gé nero, deben considerarse como asesinos.
Planteado así el problema, si condenamos la sociedad regida y basada sobre esos principios, debemos realizar en el interior de la misma un nuevo contrato social entre individuos. Considerando que la cuestión no puede resolverse en un plano nacional, ya que sólo existen problemas internacionales, no veo nada mejor que realizar internacionalmente esa sociedad con individuos que estén dispuestos a pagar con su persona. Yo reprocho al individualismo liberal que sólo gusta de la libertad los beneficios. Será, pues, necesario que las gentes paguen también con su persona, rechazando, por ejemplo, los honores y cuanto la actual sociedad puede darles, acep tando el dinero necesario, pero nunca más que el necesario, y dispon niendo del resto para cosas que habría que definir. Es preciso que paguen con su persona porque de lo contrario seguiríamos en la mistificación. Además es menester que esos individuos se ejerciten en la predicación. Todavía tenemos periódicos, la palabra y un cierto número de elementos de acción que no son el asesinato. Es un ele mento provisional y modesto que debemos situar en línea para pren servar lo que queda del individuo.
Lo dicho no es desde luego más que una exposición de suge rencias para excitar los espíritus. El destino del individuo está en la decisión que tomemos, en el análisis histórico que hagamos. No se trata de estar de acuerdo y ponerse de inmediato a leer el periódico. Es preciso tomar posición. Gracias a esta decisión, si cier tos valores ejemplares son opuestos a los valores del poder, sostengo que existirá el uno por mil de probabilidades para que el individuo pueda todavia conservar su sitio en un mundo que amenaza con eliminarlo totalmente.
Hubo un movimiento de esta naturaleza cuando finalizaba el mundo antiguo, cuando todo iba mal. Se llamaba la sociedad de los Estoicos. Internacional en la medida que podía serlo entonces, preparó un nuevo ciclo de civilización: el cristianismo. Hemos lle gado a un nuevo vértice que puede significar la muerte o una nueva civilización. Nuestra generación, las gentes que vivimos hoy debemos prepararla. Esta generación está inevitablemente sacrificada. Se trata de saber si su sacrificio será estéril o fecundo, y esto debemos decidirlo nosotros.
DI Dice el anarquista inglés Alex Comfort en su último e interes sante libro. Autoridad y delincuencia en el Estado moderno. que ésta es una época de revolucionarios desengañados. Está en lo cier to, evidentemente: nos lo prueba a diario lo que leemos y oímos, nos lo confirma a menudo lo que pensamos nosotros mismos de cara a la realidad; porque los acontecimientos de estos últimos años en Europa, Asia y América podrán robustecer la fe del fanático en la tremolina revolucionaria ya que tal fe se deleita en hincar clavos con la cabeza al revés, como el baturro de la jota per ro forzosamente han de hacer pensar a otros revolucionarios, hasta obligarles a revisar teorías que habían dado por ciertas. cómo no, si. seamos anarquistas o marxistas de vía ancha o vía estrem cha lo que estamos viendo nos la refuta de manera peligrosa. Por doquier advertimos que la soñada revolución se convierte en una odiosa reacción, que el supuesto avance hacia la igualdad y la libertad se trueca en un retroceso a la tiranía y la servidumbre, que los conceptos barajados por todos los socialistas desde hace al me un siglo no cuadran en modo alguno con las realidades a que se aplican por inercia y tradición. Al notar eso, el verdadero revom lucionario, que se debe a un fin social determinado y perdurable, no a unos medios perentorios, siempre conjugados o declinados por cambiantes circunstancias, se pregunta si se había equivocado. Y, a mi ver, el porvenir del socialismo militante depende de esa pre gunta: de que nos la formulemos, sin temor y pronto, los socialism tas; de que sepamos contestar a ella con valentía y clarividencia; de que agreguemos a la respuesta la inquebrantable decisión de continuar avanzando por donde sea posible.
Yo, que me la he formulado, me apresuro a contestarla: en efecto, nos hemos equivocado de medio a medio; la revolución, tal como la habíamos concebido, fué una ilusión engañosa, que hoy se trueca en desengaño. Más no es éste el lamentable, sino aquella. Pom demos decir, como don Quijote al convertirse en Alonso Quijano el Bueno:. en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño; yo fui loco, y ya soy cuerdo. Si hombres anteriores a la Revolución Francesa, y aun contemporáneos de ella como William Godwinnos TELANJ 9