EL PABELLON CUBANO en muy grande no cabe en unas Libertador de un pueblo, la in fotrece un grupo de palmeras veo del medio día, el calor se va hapinzas tan desacreditadas. mortal Ayacucho.
mos al vigilante de la torre gua ciendo cada vez más insoportable, Americanos fueron los editores reciéndose tras las movibles veny los vapores producidos por la Todo, pueblo es dueño de primeros de esa obra monumentali tanillas. Otros centinelas lo lejos caldeada vegetación convierten en americarios son los cubanos que recorren pausadamente el puesto irrespirable la atmósfera Los sol.
sus destinos, y la infeliz Cuba aspiran a la independencia de sa de servicio, apocados por el sol y dados, exc pción becha de los que sin duda no debe serlo de los patria de la tutela de España, pa encogiéndose cual ante el fuego están de centinela, desparrámanst suyos propios, sino que éstos, ra ver completo ese libro cuyo úl de una brasa. Hacia el borde del en busca de los sitios que puedan quiera que no quiera, han de timo capítulo ve la luz en los cam. bosque situado al Este, distingue ofrecerles alguna sombra para expertenecer siempre nuestra pos de Cuba, reservándose el epí se un destacamento de soldados tenderse alli en una especie de de amarilloso uniforme, ocupados transitoria siesta. Algunos pocariñosa, buena, generosa y que logo para los de Puerto Rico.
ridísima mamita. Pero debido El suramericano, como el con en cavar larga y, estrecha fosa bres locos están comiendo pláal machetico insurrecto veremos troamericano, que defiende la li para aquellos que durante la no tanos, guayabas y chirimoyas; maá ver si logramos que realmente bertad de la Perla Antillana, 00 che han lanzado el último suspiro. ñana estarán en el hospital gihace otra cosa que estar en el lu De repente uno de ellos vacila miendo y sea lo que en principio y por sin sentido ley de la naturaleza debe ser, gar que la dignidad le exige; én y cae. Lo levantan y lo conducen El joven centinela.
esa lucha por el derecho patrio lá la ligera y vacilante sombra de En uno de los puntos más calupara no tener que confesar se han trocado los andrajos del una palma, donde se le ve boo rosos y que menos sombra ofreque. España es nuestra única servilismo la esclavitud por la queando como un pez salido del ce de esta parte de la trocha, enpatria, en cuya historia no bri túnica de la libertad, desde la cu agua. Los compañeros mientras cuéntrase un centinela que no Ila una estrella solitaria, sino na de Moctezuma, hasta las pam tanto prosiguen su labor, y cuan tendrá arriba de unos diez y seis toda una constelación sin glo pas de la Argentina.
do terminen llevarán al infeliz años de edad. Es de los recien ria que oscurece el cielo de la Todos los hijos del nuevo mun postrado al hospital. Treś cua llegados; y sino de la Habana con humanidad con nubes, preña do tienen derecho simpatizar tro oficiales han hecho ya su apa el último destacamento, lleno de das de sangre y lágrimas.
con los que no olvidan el ejemplo rición, bostezando de fastidio y entusiasmo y. ainbición. Saldré Arráncar la raiz de un go.
del libertador de cinco naciones, sorbiendo pequeños tragos su de la Trocha hecho capitán, les bierno tan malo como ambicio de las garras de la invencible, en café la sombra de un techado.
decía suś. compáñeros, y éstos se El largo rancho que sirve de rieron de él y le åpëllidaron El cuyos sembrar de nuevo dominios no se ponía el Sol.
So, La causa de Cuba és la causa hospital encuéntrase completa. Ternero.
aquel suelo privilegiado los prin de la América.
mente vacío, pues los muertos y El solado que enfermó esta cipios republicanos conquistanAGAETRA.
enfermos han sido removidos an mañana mientras cavabá una fósa, do nuestra independencia. Eso tes de que amatieciese. De repen en la que han sido ya enterrades es tudo. y prometemos, para lo te suena una corneta y se ogé el los muertos de la noche anterior, sucesivo no ocuparnos de quien HORRORES DE LA golpear de los fusiles y el ruido se encueötra en el hospital. Está no combate con sus propias GUERRA DE CUBA de otras armas, formándose las azul, rígido y echando espuma Traducción del Herald.
fuerzas sino que pide auxilio tropas en revista para el ejercicio por la boca; sufre de un ataque matutino. Encuéntrause al man de insolación, y es probable que quien nosotros le debemos res Lluvia, fango y fuego do de un téniente, pues su cápitán muera; pues en toda la extensión petus y que como huéspedes. Pestilencia muerte y desolación. y sa coronel no están por aban de la línea: no se encüentra un bien educados no molestaremos (CONTINÚA. donar la bienhechora sombra.
solo pedazo de hielo. TILA.
Un día en la trocha. do on a nealog centro das filios de la Ahora traená. dos: soldados: de mozos que pasan uno de los fuertes cercanos, que Un día en la trocha es uc día en la Trocha por soldados, encuén. fueron heridos está mañana por INTRUSOS. en el infierno. Elijamos por ejem trase uno que utro convalesciente exploradores insurrectos El uno plo el puesto de Sapotillo. Frente de la fiebre las viruelas. Aigu tiene un balazo en el pecho, y al Llamar en la América Libre ins los desparramados ranchus bos: hus presentan el rojiżo color de tratar el médico de eondearle, es.
trusos los americanos que sim teza el mugriento y fangoso foso, cara de la primera enfermedad, pira. y, rêvere: Afaera:con él y al patizan y defiendeo el movimien del cual se eleva, fluctuando en la la mayor parte de los otros las huyo. es taz orden. que reciben to separatista cubano, es el colmo grisácea anrora cual bardera de oprimidas mejillas, lánguidos mo los camilleros.
de lo ridículo; porque la révolu. muerte, el azuloso miasma de la vimientos y mirada sin brillo del El otro recibiór zupa. Herida en ción que existe hoy en Cuba no fiebre. Ya en las revueltas del último mal.
la cadera, se encuentra allí tiraes de partidos; es y sépanlo una camino que se dirige al Unos cuantos parecen desespe do quejándose y clamando por su vez más los que creen que es gué Mariel, va arrastrándose la triste rados y prontos a desertar, y tomadre.
rra de raza, el esfuerzo que un caravana de enfermos y de heridos en general están sudorosos, De buenas primeras, desapapueblo latino americano hace por dos, quienes el vapor trasladará quemados y derretidos por el sol. rece el sol. y. se oye up. largo truearrojar de sus últimos baluartes a la Habana. Aún pueden distin. No es. extraño que en tales cir no: es la señal de la cuotidiana el antes poderoso dominio de la guirse las blancas caļpillas suspen cunstancias la vida libre de los lluviá. Montones de azulosas y invencible Iberia sobre la Améri sas entre mulas, los negros con insurrectos sea una tentación para negras nubes con su tremenda ca; es el último capítulo de ese ductores de desnuda pantorrilla, ellos, no obstante que el comisa carga de agua, relámpagos y truelibro inmortal cuyos primeros pá la lánguida guardia de soldados riato de los últiinos se rea redu nos, vénse por el Sur. En el corto rrafos escribieron Bolívar, Hidal y los oficiales caballo.
cido veces boniatos, malangas espacio de unos cuantos minutos go, San Martín, Páez, Louverture medida que desaparecen, elé y jutias.
se ha convertido el cielo en un y Sucre, literatos de plumas de vase el sul en el azul del cielo cual Todo esto explica el por qué lívido mar aéreo, y todo el munacero y tinta roja indeleble y con roja bala de cañón, pues no existe nuchos desaparecen durante las do, excepto los centinelas, corre títulos imborrables aunque las ge transición alguva del blanco gris horas de la noche, sin que se vuel guarecerse.
neraciones pasen en tropel, como del alba al calor abrasador del día. va saber de ellos, hasta que en Los techos de guano de los Maípu, Junín, Pichincha, Carabobc, El sol hiere la tierra con látigos medio del fragor del combate se ranchos están llenos de goteras, y Guanajuato. y aquella célebre de fuego y la exhuberante natura encuentran frente frente sus las arañas y alacranes salen mohoja, redactada coc energía de leza permanece en silencio. Ni un antiguos compañeros.
jados y furiosos de sus guaridas vencedor, aquella que hizo del solo tomeguín gorjea en los mato medida qne el sol se eleva en corriendo por las paredes. Al solguerrero infatigable. Mariscal y rrales. Desde la sombra que nos lel firmamento y llegan las horas dado enfermo de insolación le nunca.
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