EL PABELLON OUBANO¡Maestro! queden tus res cubana, escribió a un amigo la preocupación real de mi estos de la materin sepultados portorriqueño, la siguiente píritu, porque Ud. me la adien la última morada del mun carta.
vina entera, no le hablo de do mientras tu obra se lleva Vése en ella cómo el senpropósito. Escribo, conmovi do en el silencio de un hogar gran altura, como espíritu timiento de la patria se con que por el bien de mi patria único, para que admiten y virtió en aquel corazón en va quedar hoy mismo acaso les sirva de lección tantos una violenta idolatría; se ve abandonado. Lo menos que, flojos de corazón que consi que sentía el próximo sacri en engrandecimiento de esa deran como sa patria al pri ficio y como un ansia secreta virtud, puedo yo hacer, pnesto mer rincón que los acoge, y y vaga de ser la víctima de la que así más ligo que quebranto deberes, es encarar la muerte nosotros los que recibimos de revolución cubana.
si nos espera en la tierra en tus labios la savia para culCayó, y esas sus últimas el mar, en compañía del que, tivar el amor la libertad, palabras, adquieren hoy el por las obras de mi mano y el ante el recuerdo vivo que de valor de un testamento pa respeto de la propia suya y la tí tenemos grabado en el co triótico la andeza de una pasión del alma común de nues.
razón con buril de agradeci profecía.
tras tierras, sale de su casa enamiento, os damos gracias, A Federico Enriquez Carbajal.
morado feliz pisar, llevando llevaremos siempre la efigie Amigo y hermano. lilia inano de valiente, la patria del Maestro inolvidable y del uajada de enemigos hombre patria en el alma, en Tales responsabili lades sue De vergüenza me iba murien len caer sobre los hombres que do, aparte de que la conseñal de sincera veneración.
Transcurrirá el tiempo, se no niegan su poca fuerza al mun vicción mía, de que mi presen.
no, y viven por aumentarie su cia hoy en Cuba es tan útil por agruparán los años y forma. albedrío y decoro, que ia ex lo menos como afuera cuando rán el siglo, ese insecto que presión queda como velada creí en tamaño riesgo que pumina y destruye el cuerpo se intautil, y apenas se puede po. diera llegar convencerme de apoderará de la presente ge ner en una enjuta frase lo que que era mi obligación dejarlo neración coronando de hilos se siría al tierno amigo en un ir solo y de que un pueblo se de plata la cabeza, y el abruzo. Así zo ahora, al con deja servir, con cierto desdén y póstol de la Independencia testar, en el pórtico de un gran de pego, de quien predlicó la Cubana, surgirá siempre codeber, su generosa carta. Con necesidad de morir, y no ella me hizo el bien Supremo y pezó por poner en riesgo su mo visión encantada en el me dió la única fuerza que las vida.
espacio de las aspiraciones.
grandes cosas necesitan, y es Donde esté mi deber mayor, DE saber que no las ve como jue adentro afuera, allí estaré yo.
go un hombre cordial y honra. Ac so me sea dable y obligaULTIMA CARTA do. Escasos, como los montes, torio, según hasta hoy parece, son los hombres que saben mi cumplir amhos. Acaso pueda DE MARTI rar desde ellos y sienten con en contribuir a la necesidad pritrañas de pacibo o de humani. maria de dar a nuestra guerra dad.
Poco antes de partir para reciente, forma tal, que lleve en. queda, después de cam gérme: visible, sin minuciosila guerra, en donde halló la biar rnanos con uno de ellos, la dades inútiles, todos los prinmuerte, y tal parece que la interior limpieza que debe que. cipios indispensables al crédito hubiera presentido, José Mar dar después de ganar en causa le la revolución y la segurití, el alma de la revolución justa una buena batalla. De! dad de la República.
emEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventude Costa Rica.