haber asociación. Contestado siempre como inexequible entre Estados soberanos, el principio de mutua dependencia social que los ligaba, sin embargo, va cada vez más demostrando su realidad y su desenvolvimiento. El comercio no es, como se cree irreflexivamente, un origen de rivalidades agresivas entre las naciones. La ley predominante en su existencia es, cada día más intensamente, la cooperación, cooperación que en las relaciones comerciales tiene el mayor de sus factores; y ese factor conduce sensiblemente el mundo hacia una sociedad internacional.
La guerra ha evidenciado que sea cual fuere el poder y la grandeza de un Estado, circunscripto él a sus propios recursos, no podrá mantener una posición de autoridad en el mundo, ni contar con su propia seguridad. Cada uno de los países aliados, entregado exclusivamente a sus fuerzas, estaría perdido. Ninguno de ellos resistiría a la portentosa concentración de energías organizadas que la Europa central había acumulado contra la Europa sajona, la Europa latina y la Europa eslava. La asociación de esos tres elementos europeos fué la salvación de cada uno de ellos y de todos, en el choque gigantesco que, hace ya dos años, conmueve al viejo continente. Tampoco, del otro lado, ninguna de las potencias del grupo austro germánico, limitada a sus medios, arrostraría el conflicto, a despecho de las maravillas de organización militar acumuladas en casi medio siglo de absorción de toda la vitalidad nacional en la cultura de la guerra.
Esas ventajas amontonadas por los titanes de la fuerza durante 45 años de ininterrumpida preparación guerrera, no tomaban en cuenta un elemento moral con el que, en tales cálculos, no es costumbre contar: la opinión del mundo, esto es, la conciencia de la humanidad, que nunca, en toda la historia del hombre, se pronunció con tal grandeza, con tal intensidad, con tal soberanía.
La confianza absoluta en la victoria por la excelencia de los armamentos, por la incubación de la guerra en la 295 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.