Democracy

prenda se llan afirmac tancias y de ceptos, efectiv: ción.
mundo ción ju cho um conside y disti actual estado de inseguridad en los cambios corresponderá siempre una peligrosa inseguridad internacional, contra la cual todas las ligas del mundo serán impotentes.
Las naciones pequeñas se verán en la necesidad de ampararse en la sombra protectora de las grandes potencias; se formarán otros grandes «imperios» colonizadores y anexionistas; y, como fatal consecuencia de este orden de cosas, al desarrollo industrial y económico estará vinculado en una estrecha relación de causalidad, la consolidación de los grandes ejércitos y de las grandes armadas como únicos recursos de proteger aquella prosperidad.
La exclusión de los pueblos neutrales de la liga en proyecto no es, al igual que la de las pequeñas naciones, un signo de los tiempos que permita alentar esperanzas. Tal actitud puede parecer, razonablemente, más un concurso de vencedores que se apartasen para convenir el reparto de un botín, que un conclave de espíritus poseídos por el alto y sereno designio de reorganizar el mundo para la libertad, para el bien y para la justicia. Dejar de lado a los neutrales en la conferencia de Versalles, es tanto como dar una sugestiva primacía a la cuestión militar, relegando a un término secundario las cuestiones más íntimamente relacionadas con la re.
construcción internacional, particularmente la relativa a la cooperación económica del universo.
Los neutrales constituyen el «tercer Estado del género humano. La liga de las naciones, bien que comcho público que cohonesta el despojo y la anexión violenta, el sacrificio del débil, y el empleo de la fuerza como base de toda justicia; en una palabra, de todo cuanto importa la negación más franca y categorica del ideal politico de la democracia. De ahí la necesidad apremiante de romper esos instrumentos de dominación y de despotismo; de ahí la necesidad apremiante de convertir el actual derecho de gentes en un derecho del hombre, sin distinción de pueblos y de razas, allanando las fronteras para asociar y hermanar a los pueblos en la consecución de los destinos comunes. Esa sociedad está en formación. nos dice Alberdi. y toda la labor en que consiste el desarrollo histórico de los progresos humanos, no es otra cosa que la historia de ese trabajo gradual de que está encargada la naturaleza perfectible del hombre. Los gobiernos, los sabios, los acontecimientos de la his.
toria, son instrumentos providenciales de la construcción secular de ese grande edificio del pueblo mundo, que acabará por constituirse sobre las mismas bases, según las mismas leyes fundamentales de la naturaleza mo.
ral del hombre en que reposa la constitución de cada Estado separadamente. la soci cio del blos ir liga, e resulta chos en gue La que pe allá de la ha de luga Unidos otra ca función mocrac ria ha Par con ell: rio mo de una vacione lado la 264 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.