tantes ciales con ci Italia nacion pero mo lo oídos rra sostenga debe ser la confianza internacional mutua. Hariamos mejor en abandonar el propósito de imponer nuestras opiniones a otros, puesto que al hacerlo convertimos a nuestros amigos en enemigos. Nosotros podemos correr riesgos que no correría ninguna otra nación. Tenemos acaso el derecho de pedir a otras naciones amenazadas por peligros inmediatos mucho mayores que abandonen sus medios de defensa, por el simple hecho de que, estando nosotros libres de tales amenazas, decidamos que esa es la norma de conducta que nos agradaría?
Por lo que se refiere al pueblo francés, su pensamiento está más cerca que ningún otro de los más generosos y desinteresados propósitos que puedan fiarse a la sociedad. de las naciones. Ha comprendido ya que, a menos de que ella abrace a todos los pueblos, inclusive Alemania, toda institución que se establezca no será nada más que una alianza como las tantas que se han formado en el pasado. Pero no es el mismo el designio de las mentalidades que lo gobiernan. Influídos por la política inglesa, los estadistas franceses se han dado ahora a la ingrata tarea de obscurecer y desvirtuar la idea fundamental de la liga en proyecto. En este afán proponen realizar una serie de negociaciones tan complejas como embrolladas, de las cuales sólo se puede deducir en concreto que la liga de las nacio nes con los principios fundamentales que le servirán de asidero el derecho de los pueblos de disponer de sí mismos, la limitación de los armamentos y el arbitraje obligatorio será efectiva o no lo será según lo resuelva la conferencia de la paz.
Como se ve por las opiniones traídas a colación, dentro de la posición política liberal, la liga de las naciones, de no ser una simple asociación de sanciones morales, que es lo menos probable, será una alianza de fuerza al estilo, de las tantas que se registran en la historia de la diplomacia. Cualquiera que sea la forma que adopte para hacer efectivas sus resoluciones, se afianzara, antes que en la fuerza de la conciencia jurídica y en los dictados del derecho, en la potencia de las armas cuando no sean baspresa manas deban de la se deb zacion neutra nes un resulta ellas co una a alterar hace con la lo a ca se enc podría está af ral Wi ferenci La ciones nada a Surgid Cos 260 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.