Anarchism

No los ind es una invadid solapa siones res tra en los permit cio pa internacionales; y el militarismo no perecerá sino cuando venga a ser generalmente reconocida la necesidad, para las naciones, de regirse por una misma norma. Toda la esperanza de que él acabe por extinguirse, reside en que triunfe, una doctrina mejor, reconociéndose que la lucha por el ascendiente militar debe ser abandonada, no por una sola de las partes, sino por todas. Proscríbase el anarquismo internacional, la suposición de que entre las naciones no existe sociedad, reemplazándose esos errores por el reconocimiento franco de un hecho obvio, cual es el de que las naciones forman una sociedad, y de que esos principios donde todos asientan la esperanza de la estabilidad de la civilización dentro de cada Estado, se deben aplicar igualmente como la única esperanza de que se mantenga la civilización en las relaciones entre los Estados.
Para poder hacer del derecho de la fuerza y de la excelencia de la guerra los dos polos de la civilización, necesario sería llevar al mundo superior de la conciencia las devastaciones con que se ha asolado el mundo donde reinan las conquistas materiales de nuestro progreso. El mundo está harto de oir cantar en todos los tonos del entusiasmo la apología del exterminio sistematizado.
ca y le las en plos, la ulti fuente enfern puede tema cánon za: es moral de su se del de su «I los pa de ést esto: por Duplicando la moral, abolieron la moral; y, como la moral es la barrera de las barreras entre las sociedades civilizadas y las sociedades bárbaras, aboliendo la moral proclamaron implícitamente la barbarie como último destino del género humano. Barbarie servida por la física y la química, barbarie adulada por los sabios y los doctos, barbarie dorada por las artes y las letras, barbarie disciplinada en los ministerios y en los cuarteles, barbarie con la presunción de la ciencia y el genio de la organización, pero no por eso menos barbarie, antes barbarie peor, por eso mismo. Maldita sea la guerra que, reduciendo la moral a lacayo de la fuerza, perturbó el sentido intimo de los pueblos, y envolvió en tinieblas la conciencia de una parte de la humanidad.
dos dadan y mue tías, moral ples ta. justici 218 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.