Si esas normas han sufrido últimamente transgresiones violentas, no es porque sean abstraciones vanas. En la existencia interior de cada Estado también se quiebran a menudo las leyes nacionales; y, si la condición habitual de ella no es la de ser burlada por la fuerza constantemente, esta ventaja se debe al mecanismo tutelar de la justicia más o menos bien organizada en todas las constituciones. Es lo que está aún por organizar, pero no será imposible que se organice, quizá más de prisa de lo que se piensa, entre las naciones independientes. Mientras tanto, sin embargo, fuerzas morales existen que, si no abrigan a los pueblos contra las contingencias de la guerra, mantienen, por lo menos, en torno y arriba de ésta un conjunto de restricciones e imposibilidades, opuestas a los excesos extremos del militarismo desencadenado.
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No se diga, pues, como se ha dicho, que en la esfera donde se agita la política de las potencias mayores, las nociones usuales de la moral doctrinaria no se acogen sino después de alteradas por una grosera liga de egoísmo.
No hay dos morales: la doctrinaria y la práctica. La moral es una sola: la de la conciencia humana, que no vacila en discernir entre el derecho y la fuerza. Los intereses pueden obscurecer transitoriamente ese órgano de la visión interior: pueden obscurecerlo en las relaciones entre los pueblos, como en las relaciones entre los individuos, en el comercio entre los Estados como en el comercio entre los hombres, en los gobiernos como en los tribunales, en la esfera de la política internacional, como en la de los codigos civiles y penales. Pero tales perturbaciones, tales anomalías, tales crisis, no prueban que no exista en nosotros, individual o colectivamente, el sentido de la moralidad humana, o que sean sus fórmulas meras teorías.
No es a la nuestra, pues, que cabe el calificativo de moral teórica. La baja liga del egoísmo entra en casi todos los negocios humanos, y el riesgo de ser anulada la ley por la fuerza, es común a todos los dominios de nuestra voluntad, individual o colectiva. Eso, sin «La autor a bar en elección los dem ros de ejército ejército mentos gobierno bajen de hay otra leyes. Si levantar gobiern ciertas rían el sen otr los nor ses don meses.
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